Juan R. Menéndez Rodríguez
"Llamo rumiantes a los hombres que se pasan rumiando la miseria humana, preocupados de no caer en tal o cual abismo".- Miguel de Unamuno
(Escritor y filósofo de origen español. Rector vitalicio, a título honorífico, de la Universidad de Salamanca, que crea una cátedra con su nombre. En 1935 es nombrado Ciudadano de Honor de la República).
Ni el famoso Gabinetazo de Vicente Fox Quesada, acompañado en su momento de expectativas para examinar los problemas nacionales, ni el liliputiense usurpador de nombre Feli-pillo ahora, a quien unieron pocos mexicanos sus esperanzas, se atrevieron a un cambio de perspectiva para resolver o intentar enfrentar la responsabilidad del más alto encargo dado por la Nación. Mucho de culpa tienen por esto en la caída libre que lleva su partido en las últimas elecciones. En España, país que visitó recientemente, el liliputiense usurpador Feli-pillo declaró a la prensa y a los grupos con los que se reunió su disgusto por los resultados en la consulta y debate del Senado de la República que analiza su iniciativa de Reforma Energética.
Claro que debe estar disgustado. De cada veinte intervenciones que nos presenta el canal de televisión del Congreso, 19 van abiertamente en contra, y la que va a favor de la propuesta no tiene más sustento que el comparativo de lo que hacen otros países y "las condiciones actuales del mercado".
Abrumado por la golpiza recibida, decidió cambiar al que le ayudaba en la esquina, a Santiago Creel Miranda, pero los que le tunden continúan aún en el ring; tendrá otra toalla en el descanso, otra voz le dirá ¡sube la guardia… cuídate del cruzado de izquierda!, pero esto no cambia para nada las condiciones del debate ni los resultados. En el fondo, el liliputiense usurpador siente la gran distancia abierta con el pueblo y sus efectos en las elecciones a las que debe asistir su partido este año y, sobre todo, en el 2009, cuando se reestructura la Cámara de Diputados federal. Si el Partido Acción Nacional pierde nuevamente, Feli-pillo será el más solitario de los gobernantes en la salida de su fraudulento mandato y estará dejando una Banda Presidencial, que jamás le perteneció, en el representante legítimo de otro partido. Tal vez porque esta realidad lo consume, habló como habló y dijo lo que dijo en España: "Al debate energético llegaron los políticos…", descalificando así los resultados vertidos hasta hoy, y a los organizadores del evento. Se olvidó que él no representa un régimen político; que su actividad política se sustenta en los principios de un partido político y que usurpa, cual profesional de la delincuencia electoral, la Presidencia de un Estado Nacional fundado en principios políticos.
El debate sobre el futuro petrolero en México ha demostrado que el régimen político sustentado en la Constitución Mexicana no está agotado. La inmensa mayoría ciudadana, sin conocer ni a fondo ni ligeramente la propuesta del liliputiense usurpador, se siente lastimada en su nacionalismo más profundo y rechaza lo que se propone. Los foros del Senado de la República han dado voz y argumento a ese legítimo sentimiento popular; ¿quién llevó a Feli-pillo a estos terrenos? Tendrá que decirlo algún día, pero también en España pidió a los empresarios de aquel país invertir en el petróleo de México, en las carreteras, pidió invertir en todo porque todo ofreció. No se trataba, como hace siglos, de cambiar oro por "espejitos"; más que eso: era un ‘te doy lo que tengo’.
A Feli-pillo le aterra la presencia y la voz de los políticos. Los asuntos de Estado son cosa de políticos, sobre todo en Europa, políticos comprometidos socialmente con los fines e intereses de sus comunidades desarrolladas en marcos legales y constitucionales.
Por tanto, amable y estimado lector, existe un urgente reclamo de cada mexicano bien nacido, para volver a los políticos conscientes capaces de convencer a empresarios y trabajadores y lograr acuerdos responsables por el bienestar de la Nación.
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