De Praxedis:
Los mexicanos hemos regresado, retrocedido ya a 1810 cuando nuestros gobernantes se llamaban virreyes porque obedecían órdenes del Rey de España del otro lado del océano Atlántico. Creo que vamos a necesitar otro Miguel Hidalgo y Costilla y otro Jose María Morelos y Pavón con sus consiguientes insurgentes para liberar a México de la esclavitud política y económica.
Felipe Calderón, el usurpador, jefe de la banda de saqueadores del país acaba de ir a España para recibir órdenes de qué es lo que debe de entregar a los inversionistas extranjeros para que las utilidades se vayan fuera del país. Una situación parecida con nuestra relación criminalmente dependiente con Estados Unidos donde nosotros ponemos los muertos y ellos obtienen las ganancias.
Así que no hemos aprendido nada en 500 años de historia; 300 años de coloniaje español, 200 años de coloniaje norteamericano y ahora un nuevo siglo con nuevo coloniaje; una combinación de coloniaje Hispano-Norteamericano. Un nuevo siglo desgraciado para los mexicanos que se traducirá en más pobreza, más violencia, más desintegración, con sus consecuencias funestas para todos. Yo no me preocupo por mí porque me queda muy poco tiempo en el planeta tierra. Me preocupo por mis hijos y mis nietos que van a vivir en un mundo terrible por culpa de nosotros, por culpa de usted lector también porque elegimos a sátrapas para que nos representara en el senado, un senado traidor que le da permiso al usurpador para ir a vender a México, ir a vendernos a nosotros. El senado sabe perfectamente que el usurpador lo que quiere es mantenerse en el poder a cambio de vender a México y todavía así le siguen dando permisos para ir por el mundo a ver quien nos compra, como en subasta.
Es toda nuestra culpa, ni siquiera del senado ni del presidente porque ellos están allí porque nosotros los pusimos sabiendo que eran una mafia de bandidos y los bandidos a eso se dedican, a robar y a vender lo que no es suyo, es su profesión y ellos escogieron esa profesión desde hace mucho.
Los mexicanos renunciamos a nuestros valores antiguos de nuestros abuelos de honestidad, de patriotismo, de dignidad, de servicialidad, de justicia y de temor de Dios y por eso estamos obteniendo los resultados funestos de esas conductas. El castigo que merecemos es que nos gobiernen, nos exploten y nos humillen nuestros enemigos, los enemigos de México, el antiMexico.
Ojalá recapacitemos y empecemos por cambiar nosotros nuestras propias conductas para así poder exigir a nuestros gobernantes para que cambien también y si no lo hacen simplemente a no volver a votar por ellos.
Por lo pronto vamos a celebrar en 2010 nuestra impotencia para hacer realidad un México verdaderamente independiente y justo. La sangre de los héroes y mártires que nos dieron patria nos siguen esperando pacientemente que nos pongamos las pilas y que realmente empecemos a merecerlos y nos empecemos a preocupar por el país que les estamos dejando a nuestros hijos.
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