Evo Morales seguirá en el poder
■ Evo Morales, ratificado en el referendo boliviano
■ El fantasma del golpismo permanece
■ El fantasma del golpismo permanece
Miles de simpatizantes salieron a las calles de La Paz para celebrar que el presidente boliviano y el vicepresidente Álvaro García fueron ratificados en su cargos tras celebrarse el referendo revocatorio. De acuerdo con conteos rápidos, 62 por ciento votaron por el sí. Tras conocer los resultados, el mandatario llamo a la unidad del país mediante el diálogo y dijo que "lo que el pueblo ha expresado con su sufragio es para consolidar el proceso de cambio". Sostuvo que seguirá con la recuperación de los recursos naturales y la consolidación de las empresas del Estado Foto Reuters
Una aymara participa en Walata Chico, norte de La Paz, en el referendo revocatorio de Bolivia, en el que el presidente Evo Morales fue ratificado con 62 por ciento de la votación
Una aymara participa en Walata Chico, norte de La Paz, en el referendo revocatorio de Bolivia, en el que el presidente Evo Morales fue ratificado con 62 por ciento de la votación
Por arrasadora mayoría (de 60 a 62 por ciento de los votos), Evo Morales fue ratificado por los bolivianos en la presidencia de aquella nación. Junto al líder indígena, el vicepresidente Álvaro García Linera fue confirmado en su cargo, mientras cuando menos tres prefectos (una suerte de gobernadores) deberán hacer maletas y dejar los cargos públicos que el pueblo no quiso refrendarles.
De acuerdo con información preliminar, en la jornada de ayer Evo Morales obtuvo una votación incluso mayor a la que registró (53.7 por ciento) en las elecciones presidenciales de diciembre de 2005, por medio de las cuales llegó al Palacio Quemado.
Los resultados preliminares del llamado referendo revocatorio realizado ayer en todo el territorio boliviano confirman el holgado apoyo popular con el que cuenta el líder indígena. Sin embargo, la copiosa votación a su favor no aleja al fantasma golpista que deambula por la realidad boliviana. Por el contrario, lo fortalece, toda vez que la oligarquía golpista seguirá maniobrando, junto con los “amigos” de la Casa Blanca, en contra del gobierno popular.
Paralela a la ratificación de Evo como presidente de Bolivia, los primeros resultados del referendo de ayer parecen confirmar la estancia en sus cargos de los prefectos integrantes de la llamada “media luna”, o lo que es lo mismo, las cabezas visibles de la oligarquía golpista de aquella nación, a saber: Rubén Costas (Santa Cruz), Ernesto Suárez (Beni) y Mario Cossío (Tarija), a la vez “representantes” del movimiento secesionista que se reporta en aquella entidades, las más ricas de la nación sudamericana, y promotores de la “segunda república” (para ellos las ganancias, para el resto la miseria).
Entre otras gracias, esta cuarteta promotora del golpismo forma parte de los grupos de poder que ferozmente se opusieron a la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por Evo Morales, los mismos que con una sonrisa aceptaron que las trasnacionales no sólo se quedaran con la riqueza hidrocarburífera boliviana, sino que aplaudían que esas empresas se quedarán con más de 82 por ciento de la renta derivada de esa actividad, mientras el Estado sólo recibía migajas, si es que eso sucedía.
Nacionalizada una de las principales riquezas económicas de Bolivia, la oligarquía de aquella nación, a la que sirven los prefectos ratificados, exigen regalías por “derechos sobre los hidrocarburos”, luego de que defendieron a las trasnacionales y aplaudieron la masacre que con tal fin ordenó en 2003 el “presidente” Gonzalo Sánchez de Lozada, mejor conocido como El Gringo.
Analistas bolivianos recuerdan que los citados prefectos formaron parte del grupo empresarial que intentó fallidamente evitar la nacionalización de los hidrocarburos. “Después de los primeros cinco meses de gobierno de Evo Morales se nacionalizaron los hidrocarburos para el Estado boliviano y mejoró los nuevos precios de exportación a Brasil y Argentina, logrando que en dos años y medio Bolivia reciba por exportación de hidrocarburos miles de millones de dólares que se han destinado al fortalecimiento de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), infraestructura, fomento a la producción agrícola y políticas sociales que benefician a los niños y los adultos mayores de 60 años. Las prefecturas, municipios y universidades del territorio nacional reciben ahora más de 3 mil 900 millones de bolivianos, gracias a la nacionalización de los hidrocarburos.”
La Agencia Boliviana de Información reportó, al filo de las 19 horas de México, que el presidente Evo Morales “fue ratificado con 62 por ciento en el referendo de mandato popular de hoy, y además subió en ocho puntos porcentuales su votación respecto a las elecciones del 18 de diciembre de 2005, cuando obtuvo 53.7 por ciento de los votos. Sobre 87 por ciento de la votación, la Red ATB proyecta 62 por ciento de votos a favor de la ratificación del presidente Morales y el vicepresidente Alvaro García Linera y también son ratificados cinco prefectos y tres son revocados. Son revocados los prefectos de La Paz, Luis Paredes; Manfred Reyes Villa, de Cochabamba, y aún está en duda la situación de los prefectos de Oruro, Luis Alberto Aguilar, y Leopoldo Fernández, de Pando. Contra todas las proyecciones de analistas que aseguraban que el presidente Evo Morales sólo repetiría su votación de 2005, las encuestas indican que el mandatario boliviano cuando menos incrementó su votación en ocho puntos porcentuales”.
Evo Morales ha sido ratificado en su cargo por decisión de los bolivianos, lo que amplía su margen de maniobra, pero al mismo tiempo las principales cabezas visibles del golpismo en aquella nación parecen reportar el mismo resultado, lo que de ninguna forma destraba el apretado nudo que reporta Bolivia. De hecho, originalmente los golpistas supusieron que con el referendo revocatorio por ellos promovido el que tendría que hacer maletas, y rápido, sería Evo, pero cuando registraron que eran ellos quienes corrían el riesgo, intentaron recular, sin resultados.
Por el contrario, el propio Evo llamó a la población a participar en el referendo, y lo convocó a “no boicotearlo ni sabotearlo, pues por este medio el pueblo decidirá con su voto qué autoridad presta un servicio al pueblo boliviano y cuál no… las transformaciones profundas no sólo dependen de un presidente o un equipo de ministros, sino de la voluntad política de todos y cada uno de los bolivianos y de sus instituciones”.
El problema, pues, allí está y dependerá de la habilidad política del líder indígena y de la fortaleza popular, porque desde semanas atrás el quid ya no era la realización o no del referendo, sino la decidida organización del golpe de Estado. Como bien lo advirtió el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, “la estrategia ya no es frenar el referendo revocatorio, sino derrocar al presidente de la república y desplomar el orden democrático… Los recientes acontecimientos en Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija, con el uso de recursos de las prefecturas para movilizar a grupos de personas que protagonizan hechos de violencia, constituyen el preludio del golpe; es lo mismo que ocurría en los golpes de Estado de los años 80”.
Las rebanadas del pastel
Asegura la Secretaría de Hacienda que “el proceso de apertura de la economía se ha traducido en una reducción considerable de la pobreza en todas sus acepciones y en una mejora en la distribución del ingreso”. Tiene razón, y la mejor muestra son los 80 millones de mexicanos pobres y los 10 ricos de Forbes.
De acuerdo con información preliminar, en la jornada de ayer Evo Morales obtuvo una votación incluso mayor a la que registró (53.7 por ciento) en las elecciones presidenciales de diciembre de 2005, por medio de las cuales llegó al Palacio Quemado.
Los resultados preliminares del llamado referendo revocatorio realizado ayer en todo el territorio boliviano confirman el holgado apoyo popular con el que cuenta el líder indígena. Sin embargo, la copiosa votación a su favor no aleja al fantasma golpista que deambula por la realidad boliviana. Por el contrario, lo fortalece, toda vez que la oligarquía golpista seguirá maniobrando, junto con los “amigos” de la Casa Blanca, en contra del gobierno popular.
Paralela a la ratificación de Evo como presidente de Bolivia, los primeros resultados del referendo de ayer parecen confirmar la estancia en sus cargos de los prefectos integrantes de la llamada “media luna”, o lo que es lo mismo, las cabezas visibles de la oligarquía golpista de aquella nación, a saber: Rubén Costas (Santa Cruz), Ernesto Suárez (Beni) y Mario Cossío (Tarija), a la vez “representantes” del movimiento secesionista que se reporta en aquella entidades, las más ricas de la nación sudamericana, y promotores de la “segunda república” (para ellos las ganancias, para el resto la miseria).
Entre otras gracias, esta cuarteta promotora del golpismo forma parte de los grupos de poder que ferozmente se opusieron a la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por Evo Morales, los mismos que con una sonrisa aceptaron que las trasnacionales no sólo se quedaran con la riqueza hidrocarburífera boliviana, sino que aplaudían que esas empresas se quedarán con más de 82 por ciento de la renta derivada de esa actividad, mientras el Estado sólo recibía migajas, si es que eso sucedía.
Nacionalizada una de las principales riquezas económicas de Bolivia, la oligarquía de aquella nación, a la que sirven los prefectos ratificados, exigen regalías por “derechos sobre los hidrocarburos”, luego de que defendieron a las trasnacionales y aplaudieron la masacre que con tal fin ordenó en 2003 el “presidente” Gonzalo Sánchez de Lozada, mejor conocido como El Gringo.
Analistas bolivianos recuerdan que los citados prefectos formaron parte del grupo empresarial que intentó fallidamente evitar la nacionalización de los hidrocarburos. “Después de los primeros cinco meses de gobierno de Evo Morales se nacionalizaron los hidrocarburos para el Estado boliviano y mejoró los nuevos precios de exportación a Brasil y Argentina, logrando que en dos años y medio Bolivia reciba por exportación de hidrocarburos miles de millones de dólares que se han destinado al fortalecimiento de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), infraestructura, fomento a la producción agrícola y políticas sociales que benefician a los niños y los adultos mayores de 60 años. Las prefecturas, municipios y universidades del territorio nacional reciben ahora más de 3 mil 900 millones de bolivianos, gracias a la nacionalización de los hidrocarburos.”
La Agencia Boliviana de Información reportó, al filo de las 19 horas de México, que el presidente Evo Morales “fue ratificado con 62 por ciento en el referendo de mandato popular de hoy, y además subió en ocho puntos porcentuales su votación respecto a las elecciones del 18 de diciembre de 2005, cuando obtuvo 53.7 por ciento de los votos. Sobre 87 por ciento de la votación, la Red ATB proyecta 62 por ciento de votos a favor de la ratificación del presidente Morales y el vicepresidente Alvaro García Linera y también son ratificados cinco prefectos y tres son revocados. Son revocados los prefectos de La Paz, Luis Paredes; Manfred Reyes Villa, de Cochabamba, y aún está en duda la situación de los prefectos de Oruro, Luis Alberto Aguilar, y Leopoldo Fernández, de Pando. Contra todas las proyecciones de analistas que aseguraban que el presidente Evo Morales sólo repetiría su votación de 2005, las encuestas indican que el mandatario boliviano cuando menos incrementó su votación en ocho puntos porcentuales”.
Evo Morales ha sido ratificado en su cargo por decisión de los bolivianos, lo que amplía su margen de maniobra, pero al mismo tiempo las principales cabezas visibles del golpismo en aquella nación parecen reportar el mismo resultado, lo que de ninguna forma destraba el apretado nudo que reporta Bolivia. De hecho, originalmente los golpistas supusieron que con el referendo revocatorio por ellos promovido el que tendría que hacer maletas, y rápido, sería Evo, pero cuando registraron que eran ellos quienes corrían el riesgo, intentaron recular, sin resultados.
Por el contrario, el propio Evo llamó a la población a participar en el referendo, y lo convocó a “no boicotearlo ni sabotearlo, pues por este medio el pueblo decidirá con su voto qué autoridad presta un servicio al pueblo boliviano y cuál no… las transformaciones profundas no sólo dependen de un presidente o un equipo de ministros, sino de la voluntad política de todos y cada uno de los bolivianos y de sus instituciones”.
El problema, pues, allí está y dependerá de la habilidad política del líder indígena y de la fortaleza popular, porque desde semanas atrás el quid ya no era la realización o no del referendo, sino la decidida organización del golpe de Estado. Como bien lo advirtió el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, “la estrategia ya no es frenar el referendo revocatorio, sino derrocar al presidente de la república y desplomar el orden democrático… Los recientes acontecimientos en Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija, con el uso de recursos de las prefecturas para movilizar a grupos de personas que protagonizan hechos de violencia, constituyen el preludio del golpe; es lo mismo que ocurría en los golpes de Estado de los años 80”.
Las rebanadas del pastel
Asegura la Secretaría de Hacienda que “el proceso de apertura de la economía se ha traducido en una reducción considerable de la pobreza en todas sus acepciones y en una mejora en la distribución del ingreso”. Tiene razón, y la mejor muestra son los 80 millones de mexicanos pobres y los 10 ricos de Forbes.
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