LA LUPA DE GONZALEZ IÑIGO 364
Vida: Cerrazón en política, deporte, petróleo…y alegría
Los chupa-cabras
Vida: Cerrazón en política, deporte, petróleo…y alegría
Los chupa-cabras
Me da gusto medir el impacto de estas LUPAS. Tras la LUPA anterior aparecieron al otro día, el viernes, y en la prensa nacional dos esquelas de la familia Martí, una dedicada a Jorge Palma Lemus y la otra a Fernando y Jorge. Bien por ellos, bien por rectificar y dar su lugar a su chofer, que también era una persona.
1- Desde la antigua Grecia solo los deportistas han sido capaces de dar a los pueblos la alegría que no les han dado sus gobernantes. En México, hasta ahora, solo algunos deportistas proporcionan alegría a sus compatriotas, mientras no salgan a competir fuera. De los gobernantes me temo que solo nos proporcionan alegría cuando son nuestros compadres y nos pasan algún negocito. Ante la falta de logros, la alegría la obtenemos con las borracheras, de alcohol y de poder, y con otras minucias como la obtención de dinero fácil, producto de actividades ilícitas. ¿Por qué somos así? Por nuestro origen traicionado e individualista, y por la sencilla razón de que no pensamos en los demás ni en el bien común. Gastamos nuestras energías en discutir y jalar cada quien por su cuenta. Creemos que todo es político, de grupos y mafias, se nos olvida que los partidos políticos son simples medios para llegar al poder para transformar la sociedad, pero no fines en sí mismos. Nuestro famoso nacionalismo revolucionario es una muestra, una más, de nuestra incapacidad de abrirnos al exterior. Lo mismo aparece ese nacionalismo en los deportes que en temas cruciales como la famosa soberanía alimentaria y ahora la energética.
2- Nuestro desempeño olímpico no merece siquiera un comentario. Estamos peor que hace 40 años, cuando llevamos a cabo las Olimpiadas del 68. En aquellos años, con el pentotal (PRI) en el poder, el pretexto para no tener democracia era que el partido dominante garantizaría la paz social y con ella el desarrollo económico. En aras de ambos objetivos, y bajo el amparo del famoso nacionalismo revolucionario, nos estancamos en todo y perdimos no solo una década, como sostiene ahora el chupa-cabras (CSG), sino medio siglo, e incluso un siglo completo. Desde 1910 hasta el momento, incluido por supuesto el sexenio del egresado de Harvard, el balance no es nada halagador si se le mide en calidad de vida y desarrollo humano. Decir que perdimos la década de Zedillo y Fox juntos es tan cierto como decir que perdimos también la de los sexenios anteriores. Vergüenza nos debería dar sostener lo contrario, y no ver que una España, tras una dictadura, ha logrado avances espectaculares en desarrollo integral, especialmente en el mundo deportivo.
3- El chupa-cabras y sus achichincles están empeñados en lograr que el PRI regrese a Los Pinos, para demostrar a la ciudadanía que “su proyecto” es mejor. Se les olvida que lo hicieron muy mal en muchas cosas. Apuestan a nuestra mala memoria. Los ciudadanos independientes no les perdonamos a los cabecillas de la nomenklatura priista, entre otras cosas, que con 70 años de dicta-blanda, sin tener que compartir el poder con nadie -con un ejecutivo todo-poderoso y sin un congreso dividido-, no hayan podido organizar y desarrollar un sistema deportivo competitivo a nivel mundial. Las Olimpiadas del 68 no fueron motivo suficiente para ponerse a trabajar con seriedad en materia deportiva, nos quedamos en las grillas y las pugnas, y en las corruptelas de los de cuello blanco. Los compromisos y los apellidos aparecieron por doquier, aún en los deportes masivos, estos señores, beneficiados con el Fobaproa por sus relaciones políticas, lo mismo regentean diarios y hospitales que confederaciones deportivas. El resultado de tanto desmadre es que no es creíble que con más de cien millones de habitantes no tengamos una sola figura deportiva. Vamos, ni siquiera tenemos un equipo de fútbol en los actuales juegos olímpicos de China.
4- Cansados de no contar con un equipo competitivo, y de no obtener altos ingresos publicitarios, los dueños de las televisoras que controlan el fútbol nacional rompieron la cortina de nopal y contrataron a un seleccionador sueco, que -según dice- impondrá una renovación total, no sólo física, sino nutrimental y de rehabilitación. A esto último no le entiendo, rehabilitar es habilitar de nuevo o restituir a alguien o algo a su antiguo estado. ¿Nos van a regresar a las selecciones anteriores? ¿Qué es rehabilitación? En el equipo técnico del sueco destaca un preparador físico que es argentino. Para herir nuestro nacionalismo, en su seleccionado destaca la presencia de jugadores naturalizados, con apellido extranjero. Según el propio seleccionador carecemos de delanteros con capacidad ofensiva suficiente, y no sería nada raro que tengamos pronto un equipo con mayoría de jugadores extranjeros naturalizados. Esa sería la realidad de seguirse la ruta que exige la competitividad: la calidad y el desempeño. Que jueguen los mejores, aunque hayan nacido en la Patagonia.
5- Es que en casi todo estamos atrasados, por vivir aferrados a nuestra cerrazón cultural. Y a nuestros miedos de perder nuestros privilegios. Piénsese en este penoso asunto de la inseguridad pública, de los asesinatos y los secuestradores. Un tema tan de moda. La ciudadanía sabe de antemano que nada se solucionará con cárceles especiales y aisladas y con más policías especializados anti-secuestro, que muchos jueces seguirán siendo comprados por los delincuentes y que las discusiones de los legisladores con el Ejecutivo sobre la cadena perpetua serán de nuevo en vano. Otro show mediático. De nuevo se oyen voces en las diferentes clases sociales de la necesidad de contratar a uno o varios equipos especializados de rambos israelitas o australianos expertos en comunicación por celulares y en la detección y desmembramiento de células delictivas. No harían ruido. Seguir sin hacer nada efectivo es esperar que un milagro guadalupano detenga a tanto desalmado, que vive en la impunidad y se cobija en tanta corrupción institucional. Esperar la pena de muerte es otro de tantos absurdos en un país experto en los derechos humanos de los criminales.
oikos mailing listoikos@lists.yumka.com
1- Desde la antigua Grecia solo los deportistas han sido capaces de dar a los pueblos la alegría que no les han dado sus gobernantes. En México, hasta ahora, solo algunos deportistas proporcionan alegría a sus compatriotas, mientras no salgan a competir fuera. De los gobernantes me temo que solo nos proporcionan alegría cuando son nuestros compadres y nos pasan algún negocito. Ante la falta de logros, la alegría la obtenemos con las borracheras, de alcohol y de poder, y con otras minucias como la obtención de dinero fácil, producto de actividades ilícitas. ¿Por qué somos así? Por nuestro origen traicionado e individualista, y por la sencilla razón de que no pensamos en los demás ni en el bien común. Gastamos nuestras energías en discutir y jalar cada quien por su cuenta. Creemos que todo es político, de grupos y mafias, se nos olvida que los partidos políticos son simples medios para llegar al poder para transformar la sociedad, pero no fines en sí mismos. Nuestro famoso nacionalismo revolucionario es una muestra, una más, de nuestra incapacidad de abrirnos al exterior. Lo mismo aparece ese nacionalismo en los deportes que en temas cruciales como la famosa soberanía alimentaria y ahora la energética.
2- Nuestro desempeño olímpico no merece siquiera un comentario. Estamos peor que hace 40 años, cuando llevamos a cabo las Olimpiadas del 68. En aquellos años, con el pentotal (PRI) en el poder, el pretexto para no tener democracia era que el partido dominante garantizaría la paz social y con ella el desarrollo económico. En aras de ambos objetivos, y bajo el amparo del famoso nacionalismo revolucionario, nos estancamos en todo y perdimos no solo una década, como sostiene ahora el chupa-cabras (CSG), sino medio siglo, e incluso un siglo completo. Desde 1910 hasta el momento, incluido por supuesto el sexenio del egresado de Harvard, el balance no es nada halagador si se le mide en calidad de vida y desarrollo humano. Decir que perdimos la década de Zedillo y Fox juntos es tan cierto como decir que perdimos también la de los sexenios anteriores. Vergüenza nos debería dar sostener lo contrario, y no ver que una España, tras una dictadura, ha logrado avances espectaculares en desarrollo integral, especialmente en el mundo deportivo.
3- El chupa-cabras y sus achichincles están empeñados en lograr que el PRI regrese a Los Pinos, para demostrar a la ciudadanía que “su proyecto” es mejor. Se les olvida que lo hicieron muy mal en muchas cosas. Apuestan a nuestra mala memoria. Los ciudadanos independientes no les perdonamos a los cabecillas de la nomenklatura priista, entre otras cosas, que con 70 años de dicta-blanda, sin tener que compartir el poder con nadie -con un ejecutivo todo-poderoso y sin un congreso dividido-, no hayan podido organizar y desarrollar un sistema deportivo competitivo a nivel mundial. Las Olimpiadas del 68 no fueron motivo suficiente para ponerse a trabajar con seriedad en materia deportiva, nos quedamos en las grillas y las pugnas, y en las corruptelas de los de cuello blanco. Los compromisos y los apellidos aparecieron por doquier, aún en los deportes masivos, estos señores, beneficiados con el Fobaproa por sus relaciones políticas, lo mismo regentean diarios y hospitales que confederaciones deportivas. El resultado de tanto desmadre es que no es creíble que con más de cien millones de habitantes no tengamos una sola figura deportiva. Vamos, ni siquiera tenemos un equipo de fútbol en los actuales juegos olímpicos de China.
4- Cansados de no contar con un equipo competitivo, y de no obtener altos ingresos publicitarios, los dueños de las televisoras que controlan el fútbol nacional rompieron la cortina de nopal y contrataron a un seleccionador sueco, que -según dice- impondrá una renovación total, no sólo física, sino nutrimental y de rehabilitación. A esto último no le entiendo, rehabilitar es habilitar de nuevo o restituir a alguien o algo a su antiguo estado. ¿Nos van a regresar a las selecciones anteriores? ¿Qué es rehabilitación? En el equipo técnico del sueco destaca un preparador físico que es argentino. Para herir nuestro nacionalismo, en su seleccionado destaca la presencia de jugadores naturalizados, con apellido extranjero. Según el propio seleccionador carecemos de delanteros con capacidad ofensiva suficiente, y no sería nada raro que tengamos pronto un equipo con mayoría de jugadores extranjeros naturalizados. Esa sería la realidad de seguirse la ruta que exige la competitividad: la calidad y el desempeño. Que jueguen los mejores, aunque hayan nacido en la Patagonia.
5- Es que en casi todo estamos atrasados, por vivir aferrados a nuestra cerrazón cultural. Y a nuestros miedos de perder nuestros privilegios. Piénsese en este penoso asunto de la inseguridad pública, de los asesinatos y los secuestradores. Un tema tan de moda. La ciudadanía sabe de antemano que nada se solucionará con cárceles especiales y aisladas y con más policías especializados anti-secuestro, que muchos jueces seguirán siendo comprados por los delincuentes y que las discusiones de los legisladores con el Ejecutivo sobre la cadena perpetua serán de nuevo en vano. Otro show mediático. De nuevo se oyen voces en las diferentes clases sociales de la necesidad de contratar a uno o varios equipos especializados de rambos israelitas o australianos expertos en comunicación por celulares y en la detección y desmembramiento de células delictivas. No harían ruido. Seguir sin hacer nada efectivo es esperar que un milagro guadalupano detenga a tanto desalmado, que vive en la impunidad y se cobija en tanta corrupción institucional. Esperar la pena de muerte es otro de tantos absurdos en un país experto en los derechos humanos de los criminales.
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