José Agustín Ortiz Pinchetti
¿Qué está pasando? En unas cuantas semanas nuestra percepción de la realidad nacional ha empeorado. No sólo el presente es oscuro, sino las expectativas son inciertas y esto provoca angustia e irritación. Los probables escenarios del desenlace del régimen han cambiado, no para redefinirse, sino para volverse confusos. La gente empieza a caer en cuenta que el gobierno miente sistemáticamente y que no puede garantizar la vida y la propiedad de los ciudadanos.
La crítica en México está penetrada por la influencia y la corrupción. La mayoría de los comunicadores siguen líneas que favorecen a la oligarquía y al gobierno. Incluso la academia no se apega a la verdad, casi toda apoya en alguna forma al establishment.
La inseguridad amenaza. Los números producen escalofrío. Diecisiete secuestros diarios, 6 mil 500 por año, más de 3 mil asesinatos en la guerra del narcotráfico que ahora ha desbordado hacia la población civil.
Nuestra economía hiperdependiente está sufriendo de lleno la crisis estadunidense. Al descomponerse el entorno, nuestras debilidades se hacen extremas. Aunque las reservas del Banco de México son más grandes que nunca, el sistema es incapaz de generar y distribuir riqueza. Menos crecimiento económico y más inflación, menor tasa de empleo y dependencia extrema de los precios del petróleo conducen a que la perspectiva se vuelva oscura. Será obligado devaluar el peso y subir las tasas de interés. El grupo gobernante se resistirá. Necesita ganar las elecciones de 2009 o por lo menos no perderlas abrumadoramente. Sujetará la política financiera a las necesidades electoreras. Esto podría conducir a un colapso en el otoño de 2009 o poco después. Es una película que hemos visto varias veces.
Pero la gran incertidumbre proviene de la mala política. Calderón y su equipo han resultado incapaces. No se han legitimado después de robarse las elecciones. Están atrapados por la oligarquía y por el PRI. Sus promesas de campaña suenan a burla. Como dice Yuri Serbolov, no se pueden violar los principios y esperar a que el universo lo premie a uno. Las malas decisiones son facturas que tendremos que pagar.
En este contexto de creciente incertidumbre, el movimiento de AMLO es la única estructura que se consolida y crece. No sólo por sus adherentes, comités y brigadistas, sino porque es la única agrupación que actúa como oposición verdadera. Los demás partidos y grupos están a la rebatinga de las ventajas que les proporciona el gobierno. El interés de México les importa un rábano. La marcha del día de hoy en el centro de la capital será una prueba de vitalidad y un hecho portador del futuro.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario