Agencia Indoamericana de Prensa
CHILENOS RECHAZAN A LA CONCERTACIÓN Y EL PINOCHETISMO
De acuerdo a los últimos sondeos y encuestas realizadas en la ciudad capital de Chile, Santiago, y cuando el país esta pronto a vivir una nueva jornada electoral para elegir nuevos alcaldes y concejales (26 octubre), la ciudadanía han expresado un profundo rechazo a la coalición de gobierno denominada Concertación, que es encabezada por la mandataria Michelle Bachelet, con una desaprobación que alcanza a un 60%.
Igual situación de rechazo vive la coalición de extrema derecha, conocida como Alianza por Chile y que es heredera del legado político de la dictadura pinochetista, y que también es condenada en las encuestas en un 60%.
El último sondeo desarrollado por Adimark (septiembre), viene a reflejar una vez más que los chilenos se sienten profundamente decepcionados, descontentos y frustrados ante el cogobierno realizado hasta ahora entre la Concertación y la derecha golpista y reaccionaria encabezada por la UDI y RN.
Si bien es cierto la coalición de gobierno ha pretendido presentarse ante la ciudadanía y los electores como un conglomerado de centro-izquierda, lo cierto que en la práctica política concreta, ésta le ha dado continuidad a toda la obra económica política y de la dictadura durante ya más de 18 años de gestión, que se han caracterizado por la aplicación fundamentalista de las directrices económicas neoliberales que tienen sumido al país en un crecimiento gradual de las injusticias y desigualdades sociales, sin que se produzcan cambios de fondos en lo que respecta a una mejor redistribución de la riqueza nacional.
El cogobierno entre Concertación y Pinochetismo durante todos estos últimos años, ha significado tener sumido a ambos conglomerados políticos, en la mediocridad más absoluta, en el circo-show, en el farandulismo, la confrontación permanente en cuestiones de políticas vacías y que no son de preocupación de la gran mayoría de los chilenos.
Ambas coaliciones política durante todos estos años, han estado al servicio de la búsqueda de las mejores formas posibles, para proteger los intereses de la clase económicamente dominante del país, de allí que la ciudadanía y los electores sienten una profunda indiferencia hacia la conducta asumida por estas castas políticas que cogobiernan el país.
Pero no solo eso, la población las asocia cada vez más con la corrupción, el tráfico de influencias y las ambiciones políticas, relacionadas con el control del poder para beneficio de unos pocos.
Lo cierto es que en Chile hay un agotamiento del tipo de democracia heredado de la dictadura, hay un cuestionamiento creciente a la representatividad real del mundo parlamentario, pues no debemos olvidar que el actual sistema electoral es antidemocrático y excluye a alrededor del 15% del electorado de su derecho a tener representante populares en el Congreso de la nación, lo que de por sí ya habla muy mal del tipo de “democracia” existente en el país del cono sur.
Además los chilenos perciben claramente que el engendro constitucional heredado de la dictadura y que se encuentra actualmente vigente en el país, es necesario cambiarlo de manera que garanticé la soberanía real del pueblo chileno sobre su destino. La conformación de una Asamblea Constituyente se esta tornando en una cuestión de primer orden, pues el país necesita una legalidad que sea representativa de todos los sectores de la vida nacional. De lo contrario la rabia, la rebelión y el descontento, se seguirán anidando hasta que un día logre estallar, con graves consecuencias para la convivencia nacional.
Al observar esta última encuesta podemos apreciar, que los problemas que más preocupan a la población, continúan sin soluciones de fondo, de allí que los consultados en reiteradas oportunidades desaprueban la gestión del gobierno de Bachelet y la Concertación en materias como; el Transantiago en donde la desaprobación alcanza un 82,4%, el 77,7% percibe corrupción en ambos conglomerados políticos, la población observa en un 85,1% que no hay soluciones reales a la creciente delincuencia generada por el modelo económico vigente. También la ciudadanía rechaza en un 58,1% la forma en como el gobierno de la Concertación ha buscado resolver la grave crisis en que está sumido el problema educacional chileno. Así como en un 56,6 % rechaza la actual gestión económica del gobierno de Michelle Bachelet, gestión que continua al servicio de los grandes empresarios, las trasnacionales y la oligarquía económica y financiera nacional. Las formas en como se han enfrentado los problemas vividos en el ámbito de las políticas de salud es condenado en un 57,2%. Y un 50,9% percibe que los gobiernos de la Concertación no han tenido políticas claras en materia medio ambientales.
Ahora lo cierto, es que estas preocupaciones de la ciudadanía y los electores, seguirán sin soluciones de fondo, pues el modelo económico vigente se encuentra al servicio de la clase económicamente dominante y no en la solución de los problemas más acuciantes de los chilenos. De allí la decepción de la gente con la autodenominada clase política del país y el cogobierno entre Concertación y Pinochetismo.
Cabe destacar que la única coalición política que mantiene un apoyo fijo entre un 11 y13% de forma reiterada en el mismo tipo de encuestas, es el pacto Juntos Podemos Más, lo que refleja que es un apoyo duro y conciente. Dicho conglomerado que representa las posiciones de los sectores progresistas, humanistas y de izquierda, se encuentra excluido de la vida política nacional y casi sin cobertura de prensa, pues los medios de comunicación en alrededor de un 90% se encuentran bajo el control del pinochetismo (UDI-RN). Lo que dificulta sobremanera que dicha coalición pueda abrirse paso como una alternativa real al neoliberalismo.
El conglomerado de Gobierno según la encuesta, suscita un apoyo del 19,4% y el pinochetismo representado por la Alianza Por Chile (UDI-RN) aglomera un apoyo del 18,9%. El espectro ciudadano y electoral que no se siente representado por el actual mundo político chileno, redunda en un 46,2%.
Ahora cualquier alternativa que surja con perspectiva de futuro, no bastara que tenga un programa o proyecto estratégico atractivo, sino que tendrá que ser capaz de decirle a la ciudadanía de que forma pretenden resolver las preocupaciones más inmediatas de los chilenos, eso en relación a las cuestiones de carácter socio-económico, como políticos (Constitución, sistema electoral, etc.) y de desarrollo del país.
Finalmente cabe agregar, que las elecciones municipales del 26 de octubre van a reflejar claramente la correlación de fuerzas real existente en el país, que marcara a la Concertación, el pinochetismo, y la izquierda, además que determinara el rumbo político que tomará el país para las elecciones presidenciales de diciembre 2009.
Eduardo Andrade Bone
02/10/08
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