domingo, noviembre 23, 2008

Día decisivo para la Revolución Bolivariana

Hoy, domingo 23 de noviembre, es un día decisivo para el futuro de la Revolución Bolivariana, ya que el pueblo escogerá en las urnas a la dirección política del país, lo cual determinará — entre otras muchas cuestiones en juego — la continuidad acelerada de los proyectos socio-económicos puestos en práctica por el gobierno del Presidente Hugo Chávez en los 10 últimos años.

Ese día, más de siete millones de venezolanos están convocados a participar en las elecciones regionales y municipales, en las que serán electos, o reelectos para los próximos cuatro años, los gobernadores de 22 estados —menos el de Amazonas, desfasado en su ciclo de comicios con el resto de la nación — 328 alcaldes, 233 miembros de consejos legislativos, 13 concejales al Cabildo Metropolitano de Caracas y siete al Ayuntamiento Metropolitano del Alto Apure, con siete mil aspirantes a los cargos en disputa.

Los dos únicos puestos que no están en discusión son el de Presidente y vicepresidente de la República.

Aún cuando los analistas coinciden en que los candidatos del novel Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) aparecen como favoritos dada la capacidad de movilización y reconocida aceptación ideológica en sus bases, el presidente Chávez, quien cuenta ahora con un 70% de respaldo popular, según encuestas, ha exhortado a sus seguidores a acudir masivamente a los colegios electorales, ya que el gran enemigo de estos comicios es el tradicional abstencionismo existente en esa nación sudamericana, donde el voto no es obligatorio.

Un ejemplo doloroso de cómo influye el vacío ciudadano se verificó en el referendo del 2 de diciembre del 2007 sobre reformas constitucionales, la única confrontación perdida por el chavismo luego de nueve victorias consecutivas en las urnas, debido a la ausencia de ciudadanos que, por inercia o confusión, desestimaron dar su voto positivo a la propuesta gubernamental.

Analistas coinciden en que luego de arrasar en los referendos anteriores, la Revolución sufrió su primer revés, aunque por un margen aritmético insignificante (apenas una diferencia de 49 mil boletas) lo que demostró que la contrarrevolución ganó porque subió la abstención, ya que tres millones de venezolanos, la mayoría partidarios de Chávez, no acudieron a votar.

En aquella ocasión, y ahora en forma casi similar, Chávez advirtió: "Nos derrotamos nosotros mismos".

Estos comicios también son cruciales para después intentar una nueva reforma constitucional (que debe ser solicitada por la ciudadanía) para dejar expedito el camino a la reelección del Presidente en el 2012, además de que su resultado es un botón de muestra de cómo podrían comportarse las elecciones legislativas del próximo año.

ESTRATEGIA DEL PSUV

De ahí que para estos comicios el PSUV trazó una nueva estrategia que consistió en convocar a la ciudadanía para que propusiera a los candidatos de ese Partido desde la base a los distintos cargos, y luego hizo una labor agotadora pero segura en cuanto a llegar hasta el último ciudadano, barrio por barrio, explicando el proceso eleccionario, quienes eran sus postulados, cómo votar de manera correcta, los planes de desestabilización puestos en práctica por los contrarrevolucionarios, el significado del acto de votación para el futuro nacional, entre otros asuntos.

La oligarquía opositora, representada en la práctica por los propietarios de los grandes medios privados de comunicación masiva, ha librado una batalla descomunal contra Chávez y el proceso bolivariano, pues si el gobierno pierde puestos claves, constituye en el orden interno un retroceso en el programa de justicia social llevado a la práctica por los bolivarianos.

Aunque con contradicciones después resueltas, lo cual habla mucho a su favor, el Ejecutivo chavista ha literalmente transformado la nación de Simón Bolívar de un aliado de Estados Unidos a un gran ente integrador de la sociedad latinoamericana, con la creación de diferentes entidades unitarias, como la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), proyectos conjuntos con Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Nicaragua y Cuba.

Ha impulsado la creación de la Unión de Naciones Suramericas (UNASUR), y de entidades bilaterales o regionales vinculadas al tema del petróleo (del cual es el quinto exportador a nivel mundial) con la constitución de PETROSUR, PETROCARIBE, PETROANDINA, en tanto colabora con otras naciones, inclusive algunos territorios norteamericanos donde hay signos de pobreza, al venderles su combustible a precios preferenciales.

Por lo tanto, lo que se juega el domingo en Venezuela es también, en buena medida, el futuro de los diversos proyectos que lleva adelante ese país en el orden internacional y que, de ganar la contrarrevolución, con seguridad serían suspendidos de inmediato.

La Revolución Bolivariana ha obtenido sustanciales éxitos en el orden interno con la puesta en marcha de unos 30 programas sociales a favor de la población más humilde, ya que ha redistribuido las ganancias petroleras a favor del pueblo, aún cuando sus reservas internacionales superan los 33 mil millones de dólares.

Bajo el mandato de Chávez, el poder popular dispuso recursos y poder de decisión a los Consejos Comunales, estimuló el cooperativismo socialista, nacionalizó sectores claves de la economía y la emblemática siderúrgica Sidor.

Pero, y quizás lo más importante, devolvió la dignidad a su pueblo, al más humilde, el que durante décadas sufrió la discriminación y vivió bajo la línea de pobreza.

De ahí que, de manera habilidosa, algunos elementos que antes pertenecían al PSUV y decidieron separarse de esa organización, proclaman que, de ser electos, no eliminarán los programas revolucionarios, como uno de los argumentos utilizados para confundir a la ciudadanía.

¿Qué partidos están en la confrontación?

Junto al oficialista Socialista Unido aparecen candidaturas de aliados minoritarios al gobierno, como el Partido Patria para Todos y el Comunista de Venezuela, que no quisieron integrarse al PSUV y los que se autocalifican como "chavistas independientes".

Del lado opuesto están los disminuidos tradicionalistas Partido Social Cristiano (COPEY), los socialdemócratas Movimiento al Socialismo (MAS) PODEMOS, Acción Democrática (AD) y Alianza Bravo Pueblo (ABP), Primero Justicia (expresión novedosa de la antigua extrema derecha, similar al PODEMOS de Bolivia).

La contrarrevolución afirma que ganará entre dos y seis estados, pero Chávez, por el contrario, ha transmitido a la ciudadanía la confianza de que el PSUV resultará victorioso en los 22 territorios en confrontación, aún cuando hay dos gobernaciones opositoras en la actualidad.

Incluso el antichavista jefe político de Zulia, Manuel Rosales, quien dice que resultará reelecto, tiene listas sus maletas para trasladarse a Colombia o Panamá después de que ejerza el voto, pues si pierde, tendrá que enfrentarse a la justicia venezolana por acusaciones de corrupción en su contra, según denunciaron el pasado jueves dirigentes del PSUV.

CHÁVEZ: TIEMPO Y CORAZÓN

Estas últimas horas son decisivas para que la población reflexione sobre su postura en los inminentes comicios a los que Chávez ha dedicado tiempo y corazón, apoyando con su presencia a los candidatos del PSUV e incluso suspendiendo los domingos su programa Aló Presidente, pues ese día se celebraron los grandes mítines en los estados en los que él participó.

Cuando concluya el último sufragio mediante el voto digitalizado en los 34 mil 800 puntos habilitados, la contrarrevolución, si pierde como se espera, puede salir a las calles a denunciar supuestos fraudes, tal como han alertado los dirigentes chavistas, aún cuando hay 134 invitados extranjeros para observar la transparencia del proceso en diferentes estados.

Para evitar eventuales provocaciones, el Plan República movilizó unos 140 mil efectivos militares y milicianos, que custodian los medios electorales en los centros de votación, en tanto están acuartelados los efectivos de las policías estatales y municipales, así como los miembros de las fuerzas armadas.

Si la contrarrevolución decide lanzarse a la vía pública en señal de protesta, como hizo recientemente cuando se vio perdida en Nicaragua, la población chavista deberá apelar a la calma, pues precisamente lo que busca la oligarquía es la confrontación incluso armada para dar la imagen de un país en caos.

Este es uno de los pasos habituales que en otras ocasiones ha dado la maquinaria capitalista como parte de los siempre fracasados planes desestabilizadores organizados desde Estados Unidos con el apoyo de los medios periodísticos devenidos sus principales aliados y propagandistas.

El momento en Venezuela es de enorme tensión. Confiemos en que las palabras de Chávez llamando a las urnas no hayan caído en el vacío, tras dedicar cientos de horas a alentar y apelar a la conciencia de sus conciudadanos.

De lo que hay absoluta seguridad es de que el Mandatario posee el respaldo mayoritario de su pueblo, que lo identifica como su máximo líder, pero tampoco puede ignorarse cuan embrollado es el camino de las Revoluciones cuando se mueven diversos intereses, incluso dentro de sus filas.

Lídice Valenzuela

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