Editorial del Diario Libertad

Año 7, número 2441
Viernes 21, noviembre del año 2008

Discursos improcedentes..

Mientras el desfile del 20 de Noviembre pierde cada vez más su esencia nacional y deja de representar su verdadero fondo, adoptando patrones norteamericanos, de los cuales las chicas en minifalda (a las que antes se les llamaba “banderilleras”) son lo más rescatable.

Siendo propio el momento para recordar las palabras de Montesquieu, cuando dijo que “La descomposición de todo gobierno comienza con la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado”…

El señor Calderón y su Secretario de Gobernación, quien por sentido común debiese ser un experto en perseguir delincuentes, no en defenderlos (pero ¡en fin!, por alguna razón quiere tenerlo cerca don Felipe) pronunciaron, frente al Monumento a la Revolución, sendos discursos en los que lo mismo hablaron de la lucha armada revolucionaria y de nuestros próceres, que de la lucha personal del señor Calderón en contra de los narcotraficantes; cuando ciertamente nada tiene que ver la una con la otra.

Dando la lectura de que el Titular del Ejecutivo no piensa ni remotamente rectificar el erróneo camino que tomó desde que inició su mandato, pues todavía presumió de los logros obtenidos al incautar grandes cantidades de dinero, armas y drogas, como nunca antes se había hecho (lo que también es cierto, sin embargo palpablemente no basta).

Pero sin hablar del enorme costo social y económico que se está pagando por su necedad; sobre todo cuando la droga sigue en las calles y los Cárteles se reacomodan de la noche a la mañana.

En cuanto al daño económico que se les ha hecho a los Barones, cabe comentar que si el súper tanquero de 330 metros de eslora con más de dos millones de barriles de petróleo que fue secuestrado por piratas somalíes, transporta una mercancía con valor de 100 millones de dólares.

Es bueno saber, para evaluar logros, que una tonelada de cocaína pura, en Los Ángeles, tiene el mismo valor que lo que transporta el buque saudí, es decir, cien millones de dólares. Porque una tonelada tiene un millón de gramos y cada gramo cuesta 100 dólares allá del otro lado.

Cuestión de hacer cuentas y entender que diariamente cruzan los océanos submarinos “desechables” que llevan entre 4 y 10 toneladas de cocaína rumbo a los EEUU. Por lo que decir que se les va ganando, es no tener ni idea de lo que está sucediendo.