Año 7, número 2457
Lunes 08, diciembre del año 2008
Toda vez que el Partido Gobernante ha caído en el desagrado de la generalidad de los mexicanos al no cumplir sus promesas y tener a la Nación literalmente en la zozobra por su ineptitud y corrupción.
El que un nutrido grupo de inconformes perredistas (justificadamente inconformes) se hayan pasado, cuando menos ideológica y momentáneamente, a las filas del PRI; de igual forma que el hijo pródigo regresó al seno familiar.
Hace prever un futuro negro para las próximas elecciones, en las que el tricolor luce como fuerte favorito (además de que así lo ha demostrado) para obtener la mayoría en el Congreso.
Lo que ciertamente sería un terrible y doloroso retroceso para la Nación; a pesar del refrán que dice que “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Pero de igual manera lo sería si el PAN obtuviera la mayoría de diputados. ¡O el PRD!, Lo que dadas las circunstancias sería impensable, pero horroroso.
No obstante, en el Congreso una combinación equilibrada de las tres principales fuerzas políticas de la Nación, sería tanto como conformarse a ser espectadores de todo tipo de desventuras y latrocinios.
Pues su alianza sería más nefasta que la que tendrán los capos de los diferentes cárteles cuando decidan hacer un frente común a las Autoridades que les han declarado la guerra. Cuestión de tiempo.
Pero ese, y no otro, es el negro futuro que nos espera a los mexicanos en las próximas elecciones federales...
A menos que quienes tienen por mandato constitucional la obligación de defender el Suelo Patrio, se apiaden de los ciudadanos y decidan cambiarle el color al negro futuro que al parecer irremediablemente nos está alcanzando, y lo pinten de verde olivo.
El desorden y la corrupción que en todos los niveles de gobierno hay, ya tienen tintes de tragedia. Y como a todas luces es preferible una dictadura militar, como la que a pasos agigantados nos acercamos, a una dictadura civil, como la que estamos viviendo, pues es mejor que nos vayamos acostumbrando a los colores serios.
Solo que llegar a un arreglo con los narcotraficantes, que es el paso inminente, si lo que se quiere es terminar con la violencia que hay por todos lados; y de paso solucionar la falta de dinero y de empleos, toda vez que los narcotraficantes tienen grandes capitales para invertir.
No sería bien visto que lo hicieran los militares, pues como casi el 50 % de los soldados han desertado para irse con los malosos, se podría hablar de complicidad.
Y haría recordar a John F. Kennedy, quien fue hijo de un contrabandista de alcohol en la época de la prohibición (el equivalente y con el dinero de los narcotraficantes de hoy)...
¡Vaya lío! Pues no se ve otra solución viable para acabar con el narcotráfico, como no sea despenalizarlo.
Lo que daría pauta y paso al hijo del “Chapo” Guzmán para que llegara a la Presidencia; en el entendido de que peor, no lo podría hacer.
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