Francisco Rodríguez
Indice Político
Para Danilo Alberto, un rey que llegó en las vísperas
EL EQUIPO FINANCIERO del señor Felipe Calderón vive una pugna eterna. Los señores Agustín Carstens Carstens y Guillermo Ortiz Martínez sostienen puntos de vista contrastantes sobre la crisis financiera que agobia al planeta y, por ende, cada cual empuja distintas recetas en los oídos del ocupante de Los Pinos. Por si fuera poco, al secretario de Hacienda y al gobernador del autónomo Banco de México, los “grilla” Luis Téllez Kuenzler, titular de la SCT.
En materia económica, el muchacho colocado al frente de la dependencia que antes fuera de Industria y Comercio, no da una. Cámaras industriales y comerciales cotidianamente cuestionan las aptitudes de quien consideran apenas si está listo para hacerse cargo de una dirección general, si no es que de una jefatura de departamento. Gerardo Ruiz Mateos, quien antes de llegar a la política (jejeje) vendía refacciones, necesita urgentemente ser refaccionado él mismo.
Con estos colaboradores, pues, es que Calderón inicia el que se augura va a ser el peor de los años que, hasta ahora, van de su Administración. Peor que los dos anteriores, sí, por los ya consabidos efectos de la debacle de los mercados mundiales de dinero.
Descoordinado, también en pleitos constantes, el equipo anti-criminal deja también mucho qué desear. Son proverbiales ya los golpes que, entre sí, dan y reciben Eduardo Medina-Mora y Genaro García Luna, para disfrute y goce de los delincuentes que, organizados o desorganizados, prácticamente ya han convertido al territorio nacional en un narco-Estado y a sus habitantes en rehenes que tributan mensualmente a cambio de que estos grupos les brinden “seguridad” e, incluso, les allanen trámites burocráticos, cual los aduanales, de los cuales ya se han hecho cargo.
Los equipos de trabajo del señor Calderón, cual se ve, no dan el ancho. Lo peor es que en los años previos, no tan complicados cual se augura va a ser 2009, demostraron sus incapacidades con creces. ¿Podrán remontar sus divisiones, ineptitudes y desórdenes al interior de sus dependencias “creciéndose” ante las varias crisis?
Somos más quienes lo dudamos, que aquellos quienes puedan esbozar una certeza.
Entre estos últimos, empero, se encuentra el representante diplomático del saliente George W. Bush. La embajada a cargo del texano Antonio Garza inició el 2009 asumiendo el papel de cheerleader o animadora porrista de Calderón y sus huestes.
Un boletín dio cuenta el 31 de diciembre de lo bien que el decadente imperio considera va el calderonismo en la lucha contra el narco. Otro más, fechado el 2 de enero, se deshace en elogios a la “estable” situación financiera y económica del país, y encomia al máximo el pan anticlimático que, pintando escuelitas, echa a andar este día el equipo de Calderón.
Demasiados elogios suenan sospechosos. Sobre todo cuando la visión desde Washington contrasta con lo que se vive aquí.
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