Año 8, número 2484
Lunes 05, enero del año 2009
Como si la situación internacional en torno a la Franja de Gaza y el desproporcionado bombardeo israelita, que no permite el paso de medicinas ni de agua, no fuera ya lo suficientemente crítica, el Presidente del Parlamento iraní, Alí Larijani, declaró que la “invasión” a la citada Franja “será la tumba de Israel”.
No habiendo llegado a ningún arreglo para llevar a cabo una tregua, pues el Estado Israelí no mostró ninguna intención para que se lograra, al cumplirse una semana de los intensos bombardeos que han dejado más de 400 muertos y miles de heridos, las tropas israelitas han oficialmente cruzado la frontera (aunque extraoficialmente se supo que han estado tomando posiciones desde hace días) y unos 25 mil milicianos de Hamas se aprestan para defenderla.
Ante las protestas de casi todo el mundo, muchas de ellas airadas, los judíos han iniciado una guerra desigual, que seguramente traerá dolorosas represalias; y no solo para los directamente involucrados.
Siendo pertinente recordar que las guerras en veces se sabe cuando y cómo empiezan, pero casi nunca no se sabe cómo es que van a terminar, ni cuales serán sus consecuencias.
Consecuencias como generalmente suelen ser los actos terroristas a los que acuden quienes saben que la justicia no existe y se ven orillados a ello. El terrorismo es de desesperados y solo se puede combatir con el diálogo, que infortunadamente es lo que menos hay.
Negarse a dialogar con los terroristas (y no solo con los terroristas) es poco prudente y poco político. Y semejantes declaraciones como las de Alí Larijani, solo agravan aún más las cosas, pues pudieran ser lo que ha estado esperando el Gobierno norteamericano, pues aunque Dick Cheney declaró que las acciones bélicas las tomó Israel sin consultar con los EEUU, se sabe que están necesitados de una guerra que reactive su economía.
No habiendo llegado a ningún arreglo para llevar a cabo una tregua, pues el Estado Israelí no mostró ninguna intención para que se lograra, al cumplirse una semana de los intensos bombardeos que han dejado más de 400 muertos y miles de heridos, las tropas israelitas han oficialmente cruzado la frontera (aunque extraoficialmente se supo que han estado tomando posiciones desde hace días) y unos 25 mil milicianos de Hamas se aprestan para defenderla.
Ante las protestas de casi todo el mundo, muchas de ellas airadas, los judíos han iniciado una guerra desigual, que seguramente traerá dolorosas represalias; y no solo para los directamente involucrados.
Siendo pertinente recordar que las guerras en veces se sabe cuando y cómo empiezan, pero casi nunca no se sabe cómo es que van a terminar, ni cuales serán sus consecuencias.
Consecuencias como generalmente suelen ser los actos terroristas a los que acuden quienes saben que la justicia no existe y se ven orillados a ello. El terrorismo es de desesperados y solo se puede combatir con el diálogo, que infortunadamente es lo que menos hay.
Negarse a dialogar con los terroristas (y no solo con los terroristas) es poco prudente y poco político. Y semejantes declaraciones como las de Alí Larijani, solo agravan aún más las cosas, pues pudieran ser lo que ha estado esperando el Gobierno norteamericano, pues aunque Dick Cheney declaró que las acciones bélicas las tomó Israel sin consultar con los EEUU, se sabe que están necesitados de una guerra que reactive su economía.
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