Ricardo Andrade Jardí
En una presunta encuesta, publicada el sábado 3 de enero, en diversos medios, se afirma que dos terceras partes de los ciudadanos israelitas aprueban la incursión militar de su gobierno sobre Gaza. En 1933, dos terceras partes de los ciudadanos alemanes votaron a favor de Hitler y, más o menos, ese porcentaje aprobó en acción o con su silencio las atrocidades que el nazismo cometió no sólo contra el pueblo judío, sino a toda forma de resistencia.
Evidentemente el mundo, extraviado en la economía del mercado y sus atrocidades, nada ha aprendido pues, apenas a cuatro días de los cobardes bombardeos judíos sobre Gaza, la suma de niños asesinados superaba el centenar; la lógica para "justificar" esos crímenes es la misma con la que los alemanes justificaban las atrocidades de nazismo.
Hoy, a 80 años del surgimiento del nazismo, el gobierno judío de Israel y, según nos dicen, una mayoría de judíos civiles, se han convertido en aquello que tanto han denunciado: cada niño, cada anciano, cada civil asesinado en Gaza, por los cobardes bombardeos judíos, por las balas que son origen de las mismas balas que 80 años atrás ejecutaban a los judíos europeos tras el pretexto de su peligrosidad... Hitler empezó una limpia étnica contra el pueblo de Israel y hoy, 80 años después, esa atrocidad es continuada por ese país contra el pueblo palestino, de perseguidos han pasado ha ser perseguidores, nada peor que un ex perseguido convertido en perseguidor.
El pretexto del terrorismo no es más que otro de los engaños del capitalismo, cada niño asesinado es la razón de lucha de un futuro terrorista, es decir, el terrorismo es producto del terrorismo de Estado, los políticos judíos lo saben y por eso harán todo para negar el derecho irrenunciable del pueblo palestino a ser reconocido y por eso, la incursión militar en Gaza no sólo no pretende terminar con el "terrorismo" sino fomentarlo.
El descalabro financiero mundial requiere de cortinas de humo que obliguen a las masas enajenadas del planeta a aceptar sin mayor resistencia un Estado de Excepción a nivel mundial; a aceptar la imposición militar global, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, el que por supuesto, resurgirá con toda su ira, después de la masacre judía sobre el pueblo palestino, que a nadie le quepa dudas; el dolor de unos es tan fuerte como el dolor de los otros. Los judíos sienten igual que los palestinos, aunque en su "verdad étnica" no sean capaces de reconocerlo, como no lo fueron los alemanes frente a las atrocidades que perpetraban, por aprobación o en silencio, contra el pueblo judío y contra todo aquel que se atreviera a denunciar la estupidez humana.
Muy poco duró la esperanza en que Obama sería distinto. Un afroamericano convertido en aliado de la ultra derecha nazi que hoy gobierna al pueblo judío, parece haber elegido ser. Al parecer, aprendió muy poco de la historia y no sólo se han condenado a repetirla sino que esta vez han decidido ser los ejecutores asesinos de la misma. Lindo año el que nos espera, entre la amenaza del hambre y la lucha contra el terrorismo, mientras en México el narcotráfico toma el control de toda la vida institucional y el desgobierno espurio remata los bienes de la nación, el patrimonio, pues, de todos, a los que al parecer algunos mexicanos han, "voluntaria y enajenadamente", renunciado.
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