Año 6, número 2516
Jueves 05, febrero del año 2009
Si bien es cierto que las devaluaciones son en veces convenientes para que los sistemas económicos adquieran por sí mismos su justo equilibrio; lo que está sucediendo en nuestro México es una auténtica debacle económica con una significativa devaluación del peso de la que nadie quiere hablar.
Sin que para nada influencie el que ya se hayan gastado más de 16 mil millones de dólares para estabilizar el peso, pues nuestra moneda continúa por el tobogán, al parecer deslizándose imparable.
Pues enclavados en una economía globalizada; y sin que exista un respaldo real a nuestra moneda, pues las “reservas” ni siquiera se encuentran en nuestro suelo, poco o nada es lo que se puede hacer ante la casi total dependencia que tenemos del exterior.
Por no decir que las monedas ya no son respaldadas por el patrón oro, como antiguamente sucedía, sino que ahora las sostienen las armas, aunque esto suene horrible (quizá por ser cierto) sobre todo para un mundo “civilizado” que presume de Democracia, y desde luego de Justicia.
La solución, cuando menos para nosotros los mexicanos a quienes el destino dotó de enormes riquezas. Tantas y tan grandes que llevan cinco Siglos saqueándonos impunemente…
Y todavía tenemos lo suficiente en “El Cuerno de la Abundancia”, como para seguir haciendo camadas y camadas de millonarios cada seis años (por no decir que cada tres).
Es que regresemos a nuestras originales fuentes de riqueza y retomemos el peso de plata (que es lo que todavía tenemos, aunque ya no en tanta abundancia. De recordar que de la mina “La Valenciana”, en el tristemente panificado Guanajuato, salieron las tres cuartas partes de la plata que algún día circulara por el mundo.
Como lo han venido diciendo los especialistas en la materia que se han cansado de proponerles a los depredadores gobiernos que hemos tenido, que regresemos a nuestra moneda fuerte. Lo que no es nada nuevo.
Por lo que si no se lleva a cabo la tan sencilla y lógica operación, toda vez que no podemos seguir por el mismo camino, será un acto literalmente suicida, y además querrá decir que nuestros gobernantes, o son unos ineptos que no tienen mucha idea de lo que significa gobernar.
O son unos corruptos que por razones e intereses inconfesables continúan siendo parte de un show que en nada nos ha beneficiado a los mexicanos; pues es difícil pensar que pueda haber otra explicación.
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