Ricardo Andrade Jardí
¿No quiero ser catastrofista, pero lo peor está por venir?, afirma con conocimiento de causa el monopolista de las comunicaciones Carlos Slim, ese sujeto que cobra las tarifas telefónicas más caras del planeta pese a que ofrece un servicio bastante deficiente. Lo peor está por venir, sin contar que, lo peor, es mucho peor de lo que ya es, el desempleo que tan sólo en dos meses (nov 2008/ ene 2009) supera el medio millón de parados, cifra que se engrosa cada minuto, y menos mal que el usurpador sería ¿el presidente del empleo?, que si no ya superaríamos, según su propaganda electoral, los millones, que serán, sin duda, en los próximos meses, y no por culpa de AMLO, los desempleados del ¿empleo? y, sí, parece un juego de palabras, pero no, es tan sólo la lógica de la derecha impuesta en el desgobierno federal, que hace muy bonitos show mediáticos en Davos, pero que es incapaz de enfrentar la realidad y menos aún de enfrentarla con honestidad ante los hechos.
La crisis financiera global, producto de una economía mundial basada en la especulación del mercado, lejos de toda lógica científica, arrastrará peligrosamente a todos los que sean incapaces de ver más allá de sus intereses privados y pretendan la ceguera como solución de lo que es evidente, el capitalismo, ¿bueno? o ¿malo?, más ¿democrático? o menos ¿democrático?, ha llegado a un punto de quiebre y se puede prolongar su agonía o impulsar sus contradicciones y generar la ruptura necesaria para buscar otros caminos: los posibles o hasta los imposibles, pero bajo ninguna forma habrá salvación, bajo la lógica del mercado, la especulación y el ¿proteccionismo? del capitalismo, pues, de cualquier color que se le ponga.
Lo peor está por venir, efectivamente, lo peor, de lo peor, las redes del narcotráfico cada día más violentas irán avanzando en sus posiciones político-económicas, la IMPUNIDAD seguirá fortaleciéndose como norma de la incapacidad gubernamental y la ilegitimidad de un ¿Ejecutivo? servil a los intereses del empresariado pornochatarra, que ha colaborado a hacer de nuestra clase política: la más cínica, la más perversa y, sobre todo, la más mediocre del planeta.
Y, frente a todo lo peor que está por venir, como lo anuncia Slim y antes que él los economistas más calificados en la materia lo han anunciado desde tiempo atrás, está la mentira de la ¿fuerza que hace de México un país grandioso?, según la telecracia.
Efectivamente, México, debe ser un país grandioso, cuando ni 70 años de priísmo y 25 de neoliberalismo han podido destruirlo. Pero la mentira y la necedad nos están arrastrando a construir una sociedad, sin retorno posible, fincada sobre bases de ¿competitividad? a cualquier precio, a la nula solidaridad, a la falta de cooperativismo y al desmoronamiento ético. Una sociedad donde nadie es capaz de renunciar al más mínimo confort, aunque eso signifique salvar ocho hectáreas de Selva Lacandona, por poner un ejemplo.
Efectivamente lo peor está por venir y quienes han abusado de los privilegios de la IMPUNIDAD, saben lo que viene y son de todas formas los que más tienen que perder, pues el desempleo masivo significará aprender, por las buenas o por las malas, a renunciar a todo lo que no nos es esencial para sobrevivir y eso significa una considerable pérdida para los Slim aunque tal vez sea el aporte fundamental para una vida futura digna, justa y ambientalmente responsable, para la mayoría y desde las mayoría.
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