El ex jefe de las fuerzas especiales británicas en Afganistán, Sebastian Morley, quien renunció el año pasado en protesta por el manejo de la invasión, describe la operación militar en ese país como inútil y la compara con el inicio de la guerra en Vietnam.
LONDRES, Inglaterra, 7 de marzo (REUTERS/AFP).- Un ex comandante británico en Afganistán describió la operación militar al sur del país como inútil y la comparó con el inicio de la guerra en Vietnam.
El ex comandante reservista del Servicio Aéreo Especial británico, Sebastian Morley, que renunció el año pasado en protesta por el manejo del conflicto, dijo que las operaciones están siendo socavadas por una falta de tropas y recursos.“Pienso que ni siquiera hemos rayado la superficie en lo que va del conflicto”, dijo en una entrevista al diario Daily Telegraph publicada el sábado.“Creo que el nivel de bajas y desgaste sólo aumentará. Esto es el equivalente al inicio del conflicto de Vietnam, hay tanto más por venir”, señaló.Las declaraciones públicas de Morley fueron las primeras desde que se separó de las fuerzas militares británicas.“Salimos a realizar operaciones, tenemos una pelea con los talibanes y volvemos al campamento a tomar té. No estamos controlando el terreno”, sostuvo.En respuesta a sus comentarios, el Ministerio de Defensa dijo el sábado que la situación de seguridad es manejable y señaló que la llegada de más tropas estadounidenses durante el verano tendrá un gran impacto.Así, El ex jefe de las fuerzas especiales británicas (SAS) en Afganistán calificó de “inútil” la campaña militar contra los talibanes, y estimó que le recordaba la guerra de Vietnam en sus comienzos, en una entrevista el sábado con el Daily Telegraph.“Es el equivalente del comienzo de la guerra de Vietnam”, juzgó el comandante Sebastian Morley, en su primera entrevista desde que renunció a su cargo en noviembre, tras criticar la crónica falta de equipamiento de las tropas desplegadas en Afganistán.“El número de víctimas y el desgaste de las tropas no harán más que aumentar”, estimó, denunciando una guerra “inútil”, y acusando al gobierno británico de tener “las manos manchadas de sangre” con su incapacidad para equipar correctamente a los soldados.“Hemos tomado pequeñas porciones de territorio en la provincia de Helmand (sur de Afganistán), y nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que nuestra influencia sobrepasa un perímetro de 500 metros más allá de nuestras bases”, argumentó.“Salimos en operaciones, peleamos con los talibanes y luego regresamos al cuartel para el té. No controlamos el territorio. Los talibanes saben dónde estamos. Saben bien que hemos regresado al campamento”, afirmó.
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