lunes, marzo 23, 2009
La desconfianza
México es un país que se muestra temeroso y fragmentado. Por una parte se refugia en sí mismo, y por la otra busca una tímida inserción en el mundo sin gran claridad, estrategia o consenso. Tal es una de las conclusiones de un estudio demoscópico realizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en el que se revelan las percepciones, valores y posiciones de los mexicanos ante la comunidad internacional. La investigación detecta una mezcla de desconfianza y pragmatismo ante Estados Unidos, así como indefinición respecto del papel que México debe jugar en América Latina.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, visitará México cuando en la mayoría de su población predomina “el pesimismo y la desconfianza con respecto a Estados Unidos, a los logros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a las posibilidades de una integración más profunda” con esta región.Ante ello, los mexicanos “parecen coquetear” con América Latina, subcontinente cuya cultura le es afín. Sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre “el papel que México debe desempeñar en esa región ni sobre la manera óptima de integrarse a ella, ya que no existe una voluntad de liderazgo, dominan las actitudes ambivalentes hacia los países del área y no existe consenso para apoyar económicamente a Centroamérica”.Así, los mexicanos consideran que acercarse a América Latina es “la opción más deseable, pero no necesariamente más factible que la integración con América del Norte”.Estas son algunas de las conclusiones del informe México, las Américas y el Mundo, realizado por Guadalupe González, Ferran Martínez y Jorge A. Shiavon, especialistas en relaciones internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).El informe tiene como propósito descubrir “las percepciones y las actitudes” de la población mexicana y de sus líderes acerca del papel que desempeña México en el mundo y los efectos que sobre sus vidas tienen los acontecimientos internacionales.Es, en suma, un estudio de opinión pública basado en dos encuestas nacionales: una aplicada a una muestra representativa de la población y otra a “líderes” de diferentes ámbitos: funcionarios públicos de alto nivel, legisladores, dirigentes partidistas, empresarios, académicos, periodistas y representantes de ONG. El informe señala que en el primer caso la encuesta se efectuó del 14 de agosto al 6 de septiembre de 2008 y su margen de error fue de +/- 2%. En el segundo caso, el sondeo se realizó del 8 de julio al 1 de septiembre del mismo año, con un margen de error de +/- 5.4%.El estudio –presentado el pasado 2 de marzo bajo los auspicios del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi)– revela que los mexicanos tienen opiniones y sentimientos diversos y, en muchos casos, contradictorios.
Por ejemplo:
El 83% de los ciudadanos se siente “muy orgulloso de ser mexicano” y 84% se opone a que un extranjero nacionalizado pueda ser presidente de la República. Sin embargo, 49% aceptaría la presencia, de agentes estadunidenses en aeropuertos, puertos y fronteras de México para combatir el narcotráfico, y 45% estaría de acuerdo en que México y Estados Unidos formen un solo país si ello significa una mejor calidad de vida.También 58% de la población y 76% de las élites aprueban que criminales mexicanos sean extraditados a Estados Unidos; 55% de los primeros y 70% de los segundos están a favor de recibir ayuda financiera de Estados Unidos para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.“El nacionalismo mexicano se desvanece cuando está en juego la seguridad o el bienestar de las personas”, acota el informe.Pese a la tradicional política exterior de no intervención, 70% de la población considera que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene derecho a autorizar el uso de la fuerza militar para evitar violaciones graves a los derechos humanos, aunque ese apoyo baja a 59% cuando se trata de intervenciones armadas para “reestablecer a gobiernos democráticos”.Más aún, 65% de la población y 61% de los líderes están de acuerdo con que México ocupe un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, e incluso 6 de cada 10 ciudadanos opinan que México debe participar en Operaciones de Mantenimiento de Paz conducidas por la ONU. En ese punto, los líderes difieren: 59% de ellos opina que México no debería participar en esas misiones. “La posición de las élites es mucho más cercana a la de las instituciones militares mexicanas, que en principio se oponen a cualquier tipo de participación de México en operaciones militares”, señala el informe.
Ensimismados
De acuerdo con el informe, los mexicanos están más encerrados en sí mismos y en sus problemas que hace cuatro años: tienen menos interés por lo que ocurre en el mundo, disminuyeron sus contactos con el exterior y, además, tienen pocos conocimientos sobre la política exterior del país.Y ofrece cifras: en 2004, 40% de la población mostraba “mucho interés” por las noticias sobre las relaciones de México con el exterior; ello se redujo a 22% en 2008. El número de personas que viajó al exterior y que mantuvo contactos con gente de otros países se redujo de 68% a 49% en ese mismo período.Y exhibe la falta de conocimiento de la población en estos temas: la mayoría no identifica las siglas de la OEA (76%), de la SRE (70%) e incluso de la FIFA (55%). El 58% no sabe que el euro es la moneda de buena parte de los países de la Unión Europea. El único organismo que identifican ampliamente (61%) es la ONU. Igualmente saben el nombre del presidente de Estados Unidos (67%) y el del gobernador de sus respectivos estados (70%), pero sólo 2% conoce el nombre de la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.Ante la pregunta sobre ¿cuáles considera que deben ser las prioridades de la actividad de México en el exterior? La mayoría de los mexicanos apuntó las siguientes dos: “el combate al narcotráfico y al crimen organizado” (población 81%, líderes 91%), y “proteger los intereses de los mexicanos en el exterior” (población 76%, líderes 85%). Por cierto, ambos temas estarán en la agenda de los encuentros que las autoridades mexicanas sostendrán con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el presidente Barack Obama durante sus visitas programadas para el 25 y 26 de marzo y 16 y 17 de abril, respectivamente.De acuerdo con el documento, 55% de los mexicanos se siente latinoamericano, 7% norteamericano y 24% ciudadano del mundo. Sin embargo, los cinco países que les provocan más interés no son de la región. Se trata de Canadá, España, Alemania, China y Japón. Por el contrario, cuatro de las cinco naciones que le son menos atractivas son latinoamericanas: El Salvador, Perú, Cuba y Venezuela, las cuales en este rubro sólo están arriba de Irán.Las opiniones cambian cuando la encuesta pregunta cómo se perciben 13 países, si como “amigos”, “socios”, “rivales” o “amenazas”. Las respuestas explican que “la afinidad no necesariamente implica una relación estratégica con ellos”, consigna el estudio.Y muestra los resultados:Para la población, los principales amigos son los países latinoamericanos: Perú (59%), Chile (58%) y Argentina (57%), mientras que los principales socios son Estados Unidos (51%), Canadá (44%) y Japón (34%). Los líderes opinan de manera similar: ven como amigos a Perú (76%), Guatemala (72%) y Argentina (69%), y como socios a Estados Unidos (78%), Canadá (73%) y Japón (61%).Así mismo, la población considera como rivales a Venezuela (13%), Cuba (12%) y Colombia (10%), y como amenazas a Venezuela (28%), Colombia (10%) y Cuba y Estados Unidos (8% cada uno). Para los líderes los principales rivales son China (25%), Venezuela (13%) y Brasil (10%); mientras que las amenazas son Venezuela (28%), China (17%) y Cuba (10%).
Entre dos Américas
Inevitablemente anclados en el continente –con cuyos países tienen relaciones mucho más intensas que con los del resto del mundo–, los mexicanos no parecen saber con cuál región deben profundizar su proceso de integración: con América del Norte o con América Latina.Según el informe, en este punto están divididos en tres partes: 35% de la población y 37% de los líderes opina que con América Latina, con la que se tiene una fuerte identidad cultural; otro 30% de los ciudadanos y 27% de las élites prefieren que sea con América del Norte, con la que se tienen los mayores nexos económicos y donde se encuentra la mayoría de los emigrantes del país, y 22% de la población y 31% de los líderes consideran que debe intentarse con ambas regiones.El informe disecciona los resultados de las encuestas sobre la relación de México con Estados Unidos. Dice que ésta es “ambivalente”, pues “es el único país al que la abrumadora mayoría de los mexicanos considera socio y no amigo”.“En este sentido –explica– las reacciones de los mexicanos con su vecino del norte son eminentemente pragmáticas, pues se reconocen las relaciones económicas existentes y se percibe que en el futuro serán todavía más importantes, aunque se siente un relativo agotamiento en el proceso de integración con ese país.”Abunda: “En términos económicos, la cercanía con Estados Unidos se encuentra en desaceleración. En 2006, la mayoría de los mexicanos pensaba que la vecindad con Estados Unidos era más una ventaja (población 52%, líderes 85%) que un problema (población 39%, líderes 13%). En 2008 creció el escepticismo: 46% de los ciudadanos lo ve como problema y 45% como ventaja y entre los líderes la sensación de que es un problema aumentó de 13% a 26%”.Recuerda que “en 2006, 54% de los mexicanos declaró que estaba muy o algo de acuerdo con que ‘México y Estados Unidos formen un solo país si esto significara una mejor calidad de vida’ para ellos. En 2008 esa postura se redujo a 45%”.Detalla incluso que bajó a 36% cuando a la pregunta de que México y Estados Unidos formaran un solo país se le excluyó el factor sobre “el mejoramiento de la calidad de vida”.“Así, dice el informe, pareciera que el pragmatismo desbordado hacia Estados Unidos se matiza” debido a la percepción de que las relaciones con ese país sufren un “agotamiento”. Además, “los sectores nacionalistas duros parecen mantenerse vivos tras prácticamente 15 años de vigencia del TLCAN”.De hecho, el documento señala que la imagen de este tratado comercial se ha deteriorado entre los mexicanos, y poco más de dos terceras partes de ellos (67%) consideran que se deben renegociar algunas de sus partes, sobre todo en materia agrícola.A pesar de que la mayoría de la población considera benéfica la inversión extranjera, 67% se opone a que México y Estados Unidos firmaran un acuerdo para permitir dicha inversión en el sector petrolero mexicano. El informe va más allá. Afirma que en la relación de México con Estados Unidos “predomina la desconfianza, la cual ha aumentado notoriamente en los últimos años, tanto en el público como en las élites. Para los primeros, pasó de 43% en 2004 a 53% en 2006 y a 61% en 2008; mientras que para los segundos creció de 41% en 2006 a 64% en 2008”.El documento llama la atención sobre un hecho: cuanto más lejos se está de la frontera norte, más se desconfía de ese país (45% en los estados del norte; 62% en los del centro y 72% en los del sur).
“Temerosos y fragmentados”
El informe recuerda que en “los últimos años” México se distanció de América Latina. Lo atribuye a una combinación de factores: el proceso de integración a América del Norte empujado por el TLCAN; el viraje hacia gobiernos de izquierda en la mayoría de los países de la región, lo que implicó “un mayor distanciamiento con los gobiernos panistas de México”; el desinterés de Estados Unidos hacia el subcontinente y las crisis económicas en el Cono Sur, que “abrieron vacíos de poder, los cuales fueron llenados por Brasil”.Sin embargo, apunta, “al identificarse un estancamiento en las posibilidades de profundización de la integración con América del Norte y del agotamiento del esquema del TLCAN”, el gobierno de Felipe Calderón impulsó la reinserción de México en América Latina, “so riesgo de quedar aislado.“En concordancia con ello –señala–, 52% de los ciudadanos mexicanos y de los líderes consideran que las relaciones de México con América Latina están mejor que hace 10 años y que serán aún mejores en 10 años más (55% de la población, 80% de las élites).Sin embargo, no tienen claro qué papel debe desempeñar México en la región: 46% de la población y 54% de los líderes dicen que de “cooperación”; mientras que 41% de los ciudadanos y 45% de las élites opinan que de “liderazgo”.De hecho, de una lista de países de la región, México obtuvo el mayor porcentaje (22%) como “el país más influyente”, seguido por Brasil (18%), según los ciudadanos mexicanos. Los líderes tienen una percepción totalmente diferente. Para ellos Brasil es el más influyente (64%), seguido por Chile (15%) y en tercer lugar México (9%).Incluso, la mayoría de los mexicanos (58%) no está a favor de invertir recursos para desarrollar la economía de los países de Centroamérica, a pesar de que ello acrecentaría la influencia de México en esta región. “En suma –dice el informe–, se observa un latinoamericanismo muy claro en las preferencias de los mexicanos (…) Sin embargo, no hay actitudes comprometidas ni en el público ni en los líderes, como lo demuestra el caso de la ayuda a las economías centroamericanas.”En sus conclusiones, los investigadores del CIDE son tajantes: “Identificamos un México temeroso y fragmentado, que por una parte se refugia en sí mismo y que, por la otra, busca una tímida inserción en el mundo sin gran claridad, estrategia o consenso”.El pasado 2 de marzo, durante la presentación del informe, la senadora y excanciller Rosario Green interpretó las posiciones diversas, contradictorias y dubitativas tanto de la población mexicana como de sus líderes. “Son reflejo de la falta de un liderazgo claro y coherente” del gobierno de Felipe Calderón.
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