La cercanía directa de Alonso Lujambio, comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), con FeCal afecta la operatividad del instituto, con una actuación muy poco orientada a la transparencia informativa
MEXICO, D.F., 14 de marzo (LA JORNADA).- Bajo la dirección de Alonso Lujambio, en materia de seguridad pública el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) ha entrado en un conflicto de intereses con el gobierno federal y lo ha convertido en un ente “colaboracionista” que ejerce un nivel de acceso a la “transparencia epidérmica”, advirtió la especialista en temas de corrupción de la Universidad Nacional Autónoma de México, Irma Eréndira Sandoval.En entrevista, la experta en temas de transparencia sostuvo que bajo el pretexto de la salvaguarda de la seguridad nacional, “salvo honrosas excepciones” la mayoría de los comisionados están tratando de defender a los grupos de poder y a los intereses enquistados en el aparato de gobierno, por lo que consideró necesario que los legisladores emprendan ya una revisión a la operatividad del instituto para eliminar esas prácticas.En su consideración la cercanía directa del comisionado presidente, Lujambio Irazábal, con FeCal ha afectado la operatividad del instituto, “que está teniendo una actuación muy poco orientada a la transparencia informativa”, en contra del cumplimiento a la normatividad del artículo Sexto constitucional.“Me atrevería a decir que de colaboracionista directo con el gobierno, por lo que el Ifai tiene que entender, con mucha claridad, que su papel no es colaborar con el gobierno sino con la sociedad. Se debe pronunciar a favor de la exigencia ciudadana por el acceso a la información, que cada vez es más lejano en México”, asentó.Para la directora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y la Transparencia de la UNAM, con la imposición de reserva a los temas vinculados con la seguridad pública federal el IFAI realiza una “transparencia de higiene pública”, en las que busca quedar bien con las instituciones y “hacerlas aparecer como modernas y eficientes sin realmente tener un compromiso con la exigencia de la rendición de cuentas”.La corrupción que padece México, insistió, es el mal más importante a combatir en el país –así lo han externado además organismos y expertos mexicanos e internacionales—y el derecho público a la información tendría que empujar hacia ese sentido, “pero eso no lo están viendo desde los planteamientos hegemónicos que se ven en el IFAI”.Dijo que el país vive tres niveles de transparencia: la primera, detalló, es la que priva en los partidos políticos y los gobernantes, quienes utilizan el discurso de la transparencia para legitimar sus acciones, sin entender el fondo del significado del derecho al acceso a la información ni la obligación de informar.La otra es técnica, “que es en la que está cayendo el IFAI”, sí empuja hasta cierto nivel el derecho al acceso a la información, “hasta que topan con interésese económicos y políticos, con los cuales abdican en sus obligaciones de defensa, auspicio y promoción de este derecho”.Se trata, abundó, de “una que se disfraza de transparencia técnica o tecnócrata, en la que toman un posicionamiento político muy claro, que no es meter en aprietos a los gobernantes, a los sujetos obligados”.La última es la que impulsan desde la sociedad las agrupaciones ciudadanas, académicos y medios de comunicación, para combatir la corrupción y obligar a que haya transparencia y rendición clara de cuentas.
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