lunes, mayo 25, 2009

Columna Asimetrías. Negar la Realidad


Por Fausto Fernández Ponte









25 mayo 2009


A los profesores del Colegio de Posgraduados, a los cien días de su huelga reivindicadota de derechos laborales.

I

La realidad es la existencia real y efectiva de algo, según nos lo define el diccionario, en el cual se le describe también como “lo que es efectivo o tiene valor práctico en contraposición con lo fantástico e ilusorio”.

Esa definición semántica se extiende a lo virtual, tan en boga hoy a propósito del desarrollo --sin duda portentoso— de la tecnología de la transmisión y difusión instantánea de sintagmas e imágenes e incluso hologramas. Realidad virtual, pues.

La realidad virtual es la representación de escenas o imágenes de objetos producida por un sistema cibernético/informático que da la sensación de su existencia, aunque ésta no responda a las definiciones de la realidad física o material.

Es realidad imaginada –más no inferida, aclárese-- con sus paradigmas culturales propios. La informática es el conjunto de conocimientos científicos que hacen posible el tratamiento automático de la información por medio de computadoras u ordenadores.

La filosofía, en su turno, define la noción de realidad a partir de la de real –del ser, de la existencia o de la actualidad-- Ciertas metodologías filoòficas consideran que el problema de la realidad es un problema de ìndole mateafìsica.

En el ámbito filosófico las definiciones de la realidad van desde la griega, romana, medieval, la revolucionaria francesa, la de los filósofos alemanes, la materialista (dialéctica e histórica), la crítica (de Santayana), Etc., hasta las actuales.

Filosóficamente, en su significado propio, el término realidad designa el modo de ser de la cosas tangibles e intangibles y ello incluiría situaciones en cuanto existen fuera de la mente humana o independientemente de ella. Es la existencia objetiva en general.

II

En sociología, la realidad se define mediante el discernimiento de la esencia frente a la apariencia y, acusadamente, el cambio. Esto –el cambio-- es fundamental, pues incorpora las leyes del universo, la del movimiento sin fin y las contradicciones.

En política, la realidad es la actualidad frente a la posibilidad y la potencialidad. Todo cuanto es o existe de alguna manera con independencia del sujeto, hallándose determinada por los imperativos de espacialidad, temporalidad y actualidad.

Y por actualidad entenderíase, en política, como el sentido de actuar, obrar y estar sometido a mutua interacción. Esto nos lleva a la realidad social que, en sociología, es uno de sus contenidos básicos como tratado de lo societal.

Pero el hecho de que la realidad sea definida en la política bajo la definición aquí descrita no significa que los políticos la entiendan así o la apliquen con arreglo a sus leyes. En México ello es dramáticamente notorio, por sus secuelas tan dañinas.

Caso en punto es el comportamiento individual y en conjunto de los políticos mexicanos –como un elemento constitutivo del Estado-- en el manejo de las crisis que desde hace 27 años estrujan al pueblo de México.

Éste no ha actuado como un todo para paliar colectivamente los efectos de esas crisis, aunque ello no niega expresiones de aquellos estratos vanguardistas o conscientes del pueblo de México para movilizar las fuerzas sociales y modificar esa situación.

Esa inacción –un viejo aforismo ibérico preconiza que “la realidad nos hace abrir los ojos”-- tendría explicaciones sociológicas objetivas: las crisis se remontan a 1982 en un “continuum” de gradaciones fásicas variopintas. Pero son las mismas crisis.

III

Hace, pues, más de un cuarto de siglo que esas crisis adquirieron una condición cíclica de alternancia perversa de virulencia-latencia larvada-virulencia, aunque su génesis remontaríase cronológicamente a 1946, al concluir la Guerra Mundial II.

Pero es esa fase de virulencia-latencia larvada-virulencia de las crisis desde hace 27 años la que ha incidido como tatuaje herrado en la cosmovisión --consecuencia del vector vivencial-- de la población, cuyo promedio de edad es de ¡27 años!

Ese correlato –una crisis en fase larvaria y virulenta que dura ya 27 años— y un promedio nacional de edad de la población también, precisamente, de 27 años, nos arroja una macabra coincidencia. En promedio, el mexicano no tiene referentes.

El mexicano de 27 años –reitérese que hablamos del promedio de edad de la población-- no sabe de tiempos mejores. Siempre ha vivido en crisis, la cual no puede cotejar mediante el método comparativo. Su registro de la realidad no tiene asideros.

Por añadidura, a ese mexicano promedio –no olvidemos que es de 27 años-- no se le ha escolarizado en un conocimiento preceptivo de las luchas históricas , de reivindicación social, del pueblo de México, sino lo opuesto, desacreditando éstas.

¿El resultado? Está a la vista. Pasividad ante un poder político depredador (o “clase” política) del Estado mexicano cuyos personeros panistas, priístas, perredistas, “verdes”, “convergentes”, Etc., doblan el promedio de edad de 27 años de la población.

Más no sólo eso: también esos personeros tienen otro registro de la realidad objetiva, la cual niegan: bástenos para confirmarlo con escuchar y leer lo que dicen el Presidente de Facto y sus allegados, así como y a sus colegiados en el poder político del Estado.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezpon te.com

Glosario:

“Continuum”: concepto de la sociología marxista que denota la concatenación lògica de diferentes estructuras dentro de un mismo sistema, que expresa una lìnea de desenvolvimiento histórico.

Correlato: correlación.

Espacialidad: relativa a espacio.

Guerra Mundial ii: 1941-1945. Algunos historiadores la conideran en realidad la primera guerra mundial, pues la anterior, de 1914-18, los participantes fueron las potencias europeas.

Santayana, George (1863-1952) filósofo estadunidense nacido en España. Autor de “Razón y sentido común” y “La vida de la Razón”, entre otros libros.

Sintagmas: grupos de palabras.

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