miércoles, mayo 20, 2009

Olivos, Empleos e Influenza

Por Fausto Fernández Ponte









20 mayo 2009


“El virus A/H1N1 existe; su epicentro fue Perote, Ver., y el gobierno lo ocultó. Pero como dice Mark Siegel, el virtus más poderoso es el del miedo”.

Carlos Fazio.

I

A varias congregaciones o poblados del municipio de Perote, en el Estado de Veracruz, se le atribuye el origen, en México, del virus de la influenza llamada primero aviar-porcina y, luego, aviar-porcina-humana, conocido también por su còdigo A/H1N1.

Específicamente, se atribuye la presencia inaugural del virus en los habitantes de la congregación de La Gloria, en dicha circunscripción municipal, en donde causó estragos. El primer fallecido por el virus fue un niño –la “víctima cero”--.

Pero han sido todos (¡sí, todos!) los habitantes de los demás poblados –desde rancherías hasta congregaciones, según la denominación legal de los villorrios en el Estado de Veracruz-- los afectados de una guisa o estilo o forma u otra.

Existe psicosis. Y su punto axial está en las Granjas Carroll, una verdadera masa de cerdos criados y procesados en condiciones que, a la luz de lo que que ha ocurrido, no son muy sanitarias. Esas granjas son propiedad del consorcio trasnacional Smithfield.

Smithfield es la tercera corporación trasnacional de Estados Unidos en materia de abasto de alimentos de origen animal, particularmente el cerdo, el cual cría y procesa para el mercado estadunidense y de varios otros países, incluyendo México.

Ésta corporación trasnacional fue de las primeras en establecerse en México al amparo del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, en 1994. Instaló plantas en Perote y el Estado vecino de Puebla y, en 1999, en Sonora.

En Perote, Granjas Carroll, de Smithfield –cuya producción se destina en su mayor parte al Distrito Federal y los Estados de México, Veracruz y Yucatán-- han creado muchos empleos directos e indirectos, aunque a un costo ambiental y social altísimo.

II

Pero es la creación de los empleos lo que obliga al poder político del Estado de Veracruz a ignorar los daños --irreparables en casos como el del niño o “víctima cero”-- causados por las Granjas Carroll. Hay descontento y agitación entre los habitantes.

Esa singularidad de la empresa ha contribuido a ahondar y estrechar las relaciones con los personeros municipales del poder político del Estado de Veracruz. Sospecharíase de una empatía logística con ciertos proyectos personales o políticos de funcionarios.

“No podemos deshacernos de Granjas Carroll porque si (éstas) se van de Perote nos dejarían un gran montón de desempleados y aguda crisis económica; nos crearía un enorme problema”, comentó un funcionario del poder político del Estado de Veracruz.

Ese funcionario –de rotunda investidura congruente con su alta jerarquía político-burocrática— clamó: “hay que llevarle soluciones al señor Gobernador que no impliquen desempleo en Perote, sino al contrario, que cree más empleos”.

Y que no dañe, al mismo tiempo, el ambiente, sino lo opuesto: que contribuya a crear empleos y revertir los daños ambientales y restaurar el equilibrio entre el quehacer industrial humano y los imperativos de la Naturaleza. Las víctimas son seres humanos.

Esto nos lleva al ocurrente proyecto de cultivar el olivo e industrializar éste en el Valle de Perote con inversión financiera y tecnológica privada española, autorizada ya para su desembolso y dispensa programada y sin obstáculos operativos de la misma.

Empero, ese proyecto está inexplicablemente detenido, pues las decisiones para su instrumentación –plantar olivo y construir almazaras-- han sido demoradas en el poder político del Estado de Veracruz. Nadie allí da razón del por qué. Hay evasivas.

III

¡Cuáles son esos vallados? ¿Miopía en el poder político? ¿Desidia, acaso? ¿Parálisis en el andamiaje de la toma de decisiones estratégicas? ¿Ignorancia? ¿Mellado sentido de los tiempos políticos? ¿Expectativas irreales de gajes crematísticos, tal vez?

Los inversores españoles no se explican la demora y temen que ésta sea una posposición indefinida del proyecto, sobre todo si, desde su óptica, la coyuntura económica –estrictamente empresarial— y política es de lo más propicio.

Cierto. Cultivar el olivo e industrializar su fruto –la aceituna— para producir aceite es una actividad que genera muchos empleos y tiene, por consecuencia, el efecto de dinamizar la economía no sólo local, sino también la regional.

Así Perote se convertiría en la capital del olivo en México, que es una imagen mucho más grata que la actual, la de ser el epicentro de la peste viral que aun se cierne amenazadora sobre los habitantes de esa región y, desde luego, del país.

En Veracruz y en México –y diríase también que en el mundo— la región de Perote es la capital de la peste mexicana, como ya se le conoce en otras latitudes a la influenza A/H1N1. Ello ya ha inhibido inversiones extranjeras; éstas siguen cancelándose.

Es aconsejable reactivar el proyecto olivarero en Perote mediante una oportunamente lúcida decisión en el poder político del Estado de Veracruz. No daña al ambiente y restituye equilibrios ecológicos, y crea muchos empleos fijos de buen nivel de ingresos.

Ello detonaría el desarrollo económico y social que contribuye a desactivar los detonantes de frustraciones e irritación en los habitantes de esa amplia región, coadyuvando a la gobernabilidad que deviene de la seguridad en el empleo.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezponte.com

Glosario:

Almazaras: plural de almazara. Molinos de aceite.

Vallados: cercados, bardados. Obstáculos.

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