Carlos Fernández-Vega
Casi una hora consumió el director del IMSS, Daniel Karam, ante los legisladores de la primera comisión de la Comisión Permanente en su intento por explicar cómo, supuestamente, tapará el pozo tras la tragedia de la ABC de Hermosillo, hasta llegar al punto toral: ¿dónde están los nombres de los beneficiarios con la ilegal subrogación de guarderías infantiles? ¿Entrega o no tal inventario? Y la respuesta fue tecnológicamente positiva: el escudero de Juan Molinar Horcasitas entregó un disco compacto (con copia para cada uno de los grupos parlamentarios representados en el Congreso) en el que, presume, aparecen los nombres, representantes legales, los propietarios iniciales y los propietarios actuales, con 70 mil hojas de contratos y actas constitutivas y perfiles profesionales de las directoras de cada una de las más de mil 400 guarderías privatizadas por el instituto en la República.
Eso dijo Karam que contenía el disco compacto, lo que provocó el inmediato reclamo de algunos legisladores, en un acto, aseguró, de transparencia sin precedentes y excede la información solicitada. Nada, en cambio, sobre la ilegalidad que representa la privatización de las guarderías y la vileza que significa considerar la formación, educación y seguridad de los niños como simple negocio (sea por adjudicación directa o licitación) y comercializar –al mejor postor o al familiar más cercano– la responsabilidad social del Estado mexicano.
Una larga hora para “sumarnos a la demanda de justicia y castigo a los culpables, porque esa ha sido la prioridad del IMSS “, en el caso de la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo. Para subrayar que hemos actuado en ejercicio de nuestras facultades para que nunca más se repita una tragedia como esta; para pregonar el programa de seguridad y transparencia que se está instrumentando en todas las guarderías del país; para exigir que el deslinde no debe hacer distingos, ni de relaciones políticas o familiares; y para citar cifras ya conocidas y contenidas en informes institucionales pasados.
Pero de esos largos 60 minutos no consumió ni un segundo para explicar detalladamente por qué el gobierno –el de ahora y los de antes– ha violado la ley al subrogar guarderías del IMSS (más de mil 400) y utilizar a los niños como simple mercancía para realizar jugosos negocios privados, concedidos principalmente a los preferidos del régimen en turno. Menos del por qué el gobierno rápidamente se deshace de su obligación legal al privatizar los beneficios sociales constitucionalmente garantizados en demerito de los mexicanos. Tampoco de la responsabilidad de los ex directores del instituto (Juan Molinar Horcasitas y Santiago Levy, entre ellos), pues no me corresponde emitir un juicio al respecto. Habló, sí, de mejorar la calidad del servicio, porque no vengo a defender ningún modelo. Y de plano fingió demencia, al preguntársele: ¿a quién se le ocurrió la brillante idea de nombrar a una licenciada en diseño de interiores por la Universidad de Guanajuato y ex gerente del restaurante El Gallo Pitagórico, ubicado en el mismo estado, como coordinadora de guarderías de la institución; es decir, por qué se designó a Carla Rochín Nieto en esa posición, la cual mantiene incluso después de la tragedia de Hermosillo? Eso sí, anunció que después de lo sucedido en la ABC, estamos cerca de concluir la inspección de todas las guarderías y a punto de crear comités de seguridad en cada una de ellas, con personal del IMSS, de Protección Civil, los de la guardería y los padres de familia, en los que se analizarán todas los problemas y sus soluciones.
Más adelante reconoció que por supuesto que teníamos los contratos (de la subrogación de guarderías), pero decidimos ir más allá; nos dimos a la tarea de ir un paso atrás, perdón de ir un paso adelante; fuimos a las actas originales; hay guarderías (en tal condición) desde 1983 (en el gobierno de Miguel de la Madrid); muchas de ellas funcionan así, (pero) en 2008 se cambió el procedimiento de adjudicación directa por la licitación. Y le aventó la pelota al Congreso sobre si debe quedar la subrogación o no, cuando a todas luces tal procedimiento es ilegal.
Daniel Karam apenas lleva cuatro meses en el cargo, que asumió en los primeros días de marzo de 2009, tras el ungimiento de Juan Molinar Horcasitas como secretario de Comunicaciones y Transportes. Pero no es desconocedor de lo que en el IMSS sucede. Cuando menos es de suponerlo: en su currículum oficial se asegura que de 2002 a 2003 fue coordinador de asesores de la Dirección de Incorporación y Recaudación del IMSS y de 2004 a 2006, coordinador de Fiscalización de esa área, y de 2006 a 2007 director de Finanzas en el instituto. Algo debió saber sobre cómo se repartía el pastel de las guarderías subrogadas; es decir, nada justifica el retraso de 33 días en la entrega de la información que, se supone, contiene el citado disco compacto. Nada, tampoco, que a los dueños de la guardería ABC de Hermosillo le regalaran todo el tiempo del mundo para que obtuvieran, primero, los amparos, hacer maletas y huir fuera de México. Una vez logrado el objetivo de protección para amigos y familiares (de uno y otro bando), un juez gira las órdenes de aprehensión. Demasiada casualidad para ser falsa.
Si desde un principio los del bando de Calderón y los del bando de Bours, con sus respectivos familiares y amigos, se hubieran puesto en los zapatos de los padres de familia que perdieron a sus hijos, y hubieran actuado como si los niños fallecidos y heridos en la ABC de Hermosillo fueron los suyos, los propios, entonces a estas alturas, sin duda alguna, la investigación estaría completa, los responsables –funcionarios y dueños– en la cárcel (no prófugos) y los mexicanos satisfechos con el trabajo de las autoridades. Si hubieran actuado en ese sentido.
Las rebanadas del pastel
Mientras se revisan los nombres del citado disco compacto, el júbilo que la víspera mostró el secretario de Hacienda, Agustín Carstens (ya tocamos fondo), tuvo ágil y puntual respuesta. Ayer, el Fondo Monetario Internacional precisó: la economía mexicana se desplomará 7.3 por ciento en 2009, es decir, el doble de lo que el propio organismo pronosticó en abril pasado, casi tres veces más que la caída promedio en América Latina (-2.6 por ciento) y cinco tantos superior con respecto al descenso promedio mundial (-1.4 por ciento). El de México es el peor resultado económico en el planeta, de acuerdo con el reporte del FMI. Y el epitafio dice así: la recesión aún no ha terminado y la recuperación probablemente será lenta. ¿Algo más? Y el dólar poselectoral a 13.70 pesos.
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