Barómetro Internacional
Paramilitares, parapolítica, sicariato, casinos, formas de exterminio y lumpenización que aplica la burguesía a los trabajadores en Venezuela.
Manuel Sutherland
La agudización de la lucha de clases en Venezuela es impresionante. A pesar de los esfuerzos en negarla (A. Muller Rojas, Vicepresidente del partido del gobierno PSUV) la ferocidad de los acontecimientos hace de Venezuela un epicentro de batallas por tomar el control de un país que maneja las reservas de petróleo más grandes del mundo. La los terratenientes, la Camarilla más anticomunistas del Chavismo y una caterva de empresarios importadores, se disputan la posibilidad de captación de renta y de la apropiación de plusvalía criolla. Ese forcejeo se ha recrudecido con el reivindicativo accionar de la clase obrera, los proletarios rurales y una cantidad de campesinos (que a pesar de ser numéricamente bajo, por la alta urbanización nacional) han protagonizado una defensa insigne de la Ley de Tierras, a pesar de lo blanda que es, ya que deja recovecos legales útiles para mantener extensas cantidades de tierra ociosas en pocas manos.
El rebrotar del fascismo (refinado por las tácticas importadas del narco-paramilitarismo colombiano) ha causado ya la muerte por encargo de 230 líderes campesinos, decenas de dirigentes obreros (6 en los últimos 7 meses) y una cantidad de homicidios por encargo, que ni siquiera salen en al prensa, debido a que son hechos con tal saña, que la policía los archiva como “ajuste de cuenta”[1]. Un sucinto panorama debe empezar con el fenómeno paramilitar, desde su origen y plenitud latinoamericana: Colombia.
Los Narco-Paracos, como estrategia criminal de la burguesía en Colombia, para someter al terror a millones de personas
En Colombia, no hubo Reforma Agraria, por más tibia que fue en otras partes del continente permitió cierto avance redistributivo, allá, no. La concentración de la posesión de la tierra está en manos de los terratenientes más reaccionarios del continente: en sólo el 0,4% de los propietarios está el 61% de las tierras cultivables y mejor situadas, sólo el 1,7% está en manos del 54% de pequeños propietarios[2], y en Colombia eso es más grave que en Venezuela, debido a que existen cerca de 8 millones de pobladores rurales, que están en situaciones de trágico desamparo. De hecho, Colombia es el segundo país con más refugiados internos después de Sudán, con una cifra que ronda de los 4 millones, 25% más que toda la población del Uruguay.
Colombia, es el país cuyas inversiones extranjeras (casi todas de EEUU) se triplicaron en el lapso de 5 años, mientras en el caso venezolano han descendido notablemente [3]. Nuestros vecinos tienen cerca de 20 millones de pobres, 7 millones en la Indigencia (1 de cada 6 colombiano es indigente)[4] con un desempleo real, que según R. Cantor, alcanza al 41% de la población. Colombia es el undécimo país más desigual del mundo, con un escandaloso coeficiente de Gini que ronda el 58%[5], en circunstancias así es fácil entender por qué: como Colombia es el país con la tercera ayuda militar más grande de EEUU y como la masacre de izquierdistas hace imposible cualquier trabajo político más allá de keynesianismo tropical, debido a que la Oligarquía colombiana es responsable del asesinato de 8 de cada 10 sindicalistas en el mundo.
Se calcula que el año 2008 hubo casi 150 asesinatos a líderes sindicales, sin contar golpizas, amenazas, heridos etc. Lo que hacen inverosímil cualquier intento por cambiar el sistema, sin utilizar las armas para la defensa y organización de la clase obrera. No hay otra posibilidad, que no sea defender con las armas el derecho de emancipación de los pueblos. A pesar que algunos crean que la lucha armada “pasó de moda”, está out o que toda lucha en foquista y atrae innecesariamente a la represión, nosotros consideramos que las FARC-EP son una alternativa de lucha y defensa de la vida de los militantes de izquierda, ante el genocidio más perseverante de América.
De la Horrenda situación anterior, nuestra burguesía venezolana, ha aprendido las prácticas de Narco-Paramilitares de los Neogranadinos, y ha usado técnicas de opresión de forma tal, que el sicariato es ya, una forma primigenia de lucha, al fallar o dilatar las usuales tácticas de soborno a las corruptas instancias del estado burgués venezolano. Así, el acercamiento que han tenido ambas burguesías, ligadas por su antichavismo (ven a Chávez como un Comunista recalcitrante) ha hecho que una eduque a la otra, y le enseñe las formas más viles y fascistas en el combate contra trabajadores que plantean mínimas reivindicaciones.
Los Terratenientes Criollos y el mar de sangre en el campo que se desprende hacia la fábrica
El fuste militar en la apropiación de las tierras en Venezuela a inicios de la Independencia, le dio un rasgo más atrasado y menos industrial del que tuvo en otros países el desarrollo rural. No sólo eso, la vinculación abyecta con el imperialismo, convirtió a muchos de esos “héroes”, en testaferros de los foráneos, que se apoderaron de inmensas cantidades de terreno, como la hacienda El Charcote de 200 mil hectáreas de propiedad inglesa. Así las cosas, transnacionales del negocio forestal poseen cerca de 600 mil hectáreas, marginando a millares de pobladores, desgastando y deforestando tierras para acumular ganancias extraordinarias sin que se haga absolutamente nada. ¿Por qué? Fácil, las grotescas extensiones de tierra no son problema. No. La caracterización de latifundio radica según nuestra Ley de Tierras (2001) en: “que sean baldíos de la Nación y estén totalmente incultas e improductivas”[6] Todo ello contribuye a que en los arduos y larguísimos casos jurídicos de “rescate” de esas tierras, los Terratenientes argumenten idioteces como: “Somos una reserva de biodiversidad agroecológica”, demostrando eso, al enseñar a lo lejos con un binocular: un caimán y dos pajaritos en un nido.
Las negociaciones por la tierra de los latifundistas Azpúrua y su haciendita plenamente ociosa de 10 mil hectáreas La Marqueseña, son una muestra de la incomprensión supina del problema. Si contraponemos Reforma vs. Revolución, como Rosa Luxemburgo, nos damos cuenta que el reformismo negocia con los latifundistas, los lleva a juicios extenuantes, expulsa a los pobladores que tratan de regresar a sus propias tierras antes expropiadas y piensa en hacer alianzas “estratégicas” para producir lo que nunca antes los terratenientes produjeron. Las tácticas de la Democracia Social, jamás solucionarán el problema de la tierra, que es un problema de la reproducción de la vida, con parcelamientos de tierras para minifundios, conucos o huertos, No. Esa es una práctica mil veces ensayada por el populismo, que ha llevado a la quiebra a millones de campesinos.
A pesar de todo lo moderada de la Ley (entre otras cosas, latifundio se considera 5 mil hectáreas incultas en adelante), los terratenientes y la burguesía criolla han sido sumamente enérgicos en la forma de aplastar a los luchadores por la tierra. Es famoso el video donde líderes de FEDENAGA, queman la Ley de Tierras en una rueda de prensa y juran vengarse de cualquier campesino que ose a invadir sus tierras. Desde allí, ha recrudecido una feroz persecución a todo aquel que trate de cuestionar la feudalidad de la tierra, y fruto de esta cruzada, han asesinado a cerca de 230 líderes campesinos, más otras centenas de luchadores menos conocidos. Además, unos 1500 proletarios rurales y campesinos, están siendo sometidos a régimen de presentación judicial por “atreverse” a regresar a sus tierras. Todo ello con impunidad del gobierno bolivariano, que se dice campesino, pero conserva el sistema judicial burgués que ha hecho imposible que se encarcele a los autores intelectuales (y una alta cantidad de los materiales) de estos crímenes.
Paramilitares, bingos, prostíbulos y la anuencia del gobierno
En estos diez años de chavismo hemos visto un singular aumento de las actividades que describimos en éste subtítulo. Lejos de posiciones moralistas y adustas, es notoria y penosa, la proliferación de lupanares, casas de juego y una serie de negocios donde la burguesía hamponil, se encarga de lumpenizar a buena parte de la población; explotándolos como prostitutas, sirve-jugadores o extrayéndole dinero por la vía de la venta del sueño de riqueza fácil, drogas y el alcohol como depresor ilustre. En estos negocios, la burguesía se alía con el paramilitarismo y empieza un proceso de lavado de dinero de proporciones bárbaras. Así, la burguesía financia, esconde y reparte el negocio del crimen en una serie de lugares que en vez de cerrarse, funcionan ahora a plena luz del día, pululan por doquier y son el escaparte perfecto para las mafias de explotadores, paramilitares y narcos.
Es pública la cercanía de algunos funcionarios del gobierno bolivariano que avalan no sólo la impunidad de estos grupos paramilitares y sus secuaces, sino que incluso los defienden soterradamente y según el intelectual afecto al gobierno Luís Britto García: “Pobre Venezuela, que prepara una ley suicida para legalizarles sus aparatos de legitimación de capitales provenientes de delitos…Parapolítica, paracasinos y parabingos: es el proyecto social que intenta legitimar el Proyecto de Ley de Impuesto a las Actividades de Juegos de Envite y Azar.” [7] Es menester recordar, que una ley tan retrograda, es planteada en la Asamblea Nacional cuya totalidad de efectivos fueron en la plancha del gobierno Bolivariano que a diario plantea el socialismo del siglo XXI.
No es todo, los paramilitares en Venezuela son responsables abiertos de los crímenes sobre la clase obrera, generalmente hacen vida pública en barrios muy populosos, y en parroquias enteras (Petare) son responsables de amedrentar a la clase trabajadora e inducirla a votar por candidatos fascistas. Los “paras” manejan trenes de servicios en restaurantes y centenares de empresas donde se encargan de obligar a obreros a cotizar para sus canallescas organizaciones, siendo a la vez, gendarmes de la burguesía, a la hora de aplacar a sangre y fuego cualquier intento de reivindicación económica.
La Burguesía Industrial y Comercial copia el sicariato e importa paramilitares como brigadas de choque delincuencial y patrullaje antisindical…Algunos casos
Hay pequeños pueblos enteros en Venezuela donde los paramilitares ya están cobrando peajes y patrullan abiertamente, con una concupiscencia dramática por parte del gobierno. El periódico Panorama, del estado Zulia, donde el Chavismo es más débil, calcula que hay cerca de 1500 Paramilitares fuertemente armados en actividades de sicariato, casinos y prostíbulos. La asociación entre burgueses y estos mercenarios ha cerrado las puertas a trabajos políticos con la clase obrera y somete a la población a criminales humillaciones por parte de semejantes vándalos que actúan en plena impunidad y que aparte de ser represores de toda reivindicación social, se yerguen como la sustitución organizada del hampa en una red de extorsiones, secuestros y robos de gran magnitud.
Los sicarios “independientes”, están siendo desplazados por “paras” profesionales, a pesar de que aún actúen de manera relativamente frecuente. De hecho, el asesinato de Argenis Vásquez Marcano, quien era Secretario General del Sindicato de la Planta Toyota, fue realizado por un “supuesto” independiente, que al inicio fingió un ajuste, pero luego cambió su declaración. En noviembre pasado los dirigentes de la UNT en Aragua, Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena, fueron baleados por sicarios en un restaurante. Estos dirigentes obreros encabezaban una huelga contra la empresa colombiana Alpina y habían tomado la determinación de tomar la fábrica, ante la negación a la discusión del contrato colectivo con la empresa. Este horrendo crimen muestra la forma como la burguesía está resolviendo los conflictos laborales.
En febrero del 2009 también fueron ultimados a balazos dos trabajadores huelguistas de la empresa Mitsubishi que respondían a los nombres de Javier Marcano y Pedro Suárez, por parte de la Policía del Estado Anzoátegui, cuyo gobernador es un fiel lugarteniente del chavismo y otrora destacado promotor de los derechos humanos y ahora manchado por tan abominable resolución del conflicto. La solidaridad de los trabajadores de nómina de la Mitsubishi, con los 135 Tercerizados despedidos en la planta y la posterior toma de la misma; fue salvajemente aplastada por una turba de policías de la gobernación, que tras horas de intimidación, irrumpieron en la sede de la empresa con una violencia insólita, similar a la Guardia Blanca Zarista, de la película de Eisenstein La Huelga, donde la orden fue aniquilar a mansalva. Acá no hubo jinetes ni rifles, sólo vehículos y pistolas (absolutamente ilegales a la hora de encargarse del orden público) que sirvieron para una masacre, que quedó plasmada en decenas de videos que en Youtube se pueden observar.
También el pasado cinco de abril fue asesinado el dirigente del sindicato de Cerámicas Caribe, Jorge Lozada, este último homicidio fue adjudicado por las autoridades al hampa común. Todo ello, a pesar de las fuertes vinculaciones de lucha de ese obrero y las evidentes sospechas de paras o sicarios. Cabe destacar, que parte de la intelectualidad genuflexa al chavismo, “insto” a los obreros luego de sus protestas ante estos crímenes, a bajar la “conflictividad”, no darle razones al imperialismo y no hacer huelga para desestabilizar al Gobierno. Es decir, para esos mercenarios de la pluma y la propaganda, el problema es la popularidad del proceso bolivariano, y no la vida de quienes lo defienden. No es extraño en ellos, que aparte de perseguir y hostigar a compañeros comunistas en sus reductos burocráticos y académicos, se atreven a decir como Elio Córdova, que a los residentes de Venezuela no les afecta en nada el aumento del 33% en el IVA, debido a que TODOS Compramos TODO en los mercados populares del gobierno, donde consumimos TODO lo que necesitamos. O “argumentan”: “Hoy en día tenemos un Estado que prefiere endeudarse él antes que transferirle los costos de la crisis a los más necesitados”[8], como si el Estado fuera un ente celestial que se mantiene con el dinero que brota de ideas filantrópicas de personas que para nada trabajan.
En noviembre de 2007 fue asesinado William Junior, quien como nos cuenta G. Gómez, era dirigente sindical de los trabajadores de la construcción, perteneciente a la Unión Bolivariana de Trabajadores (UBT). El hecho fue perpetrado de forma dantesca en plena Asamblea Obrera en el Municipio Roscio del Estado Bolívar. La descripción de G. Gómez es esclarecedora sobre la metodología empleada: “Llegaron unos 40 matones que se bajaron de varios carros y rápidamente se le fueron encima al dirigente esgrimiendo sus armas. Luego de golpearlo repetidamente, le descargaron siete tiros, causándole la muerte, e hirieron también a un trabajador, sin que los demás pudiesen hacer nada para evitarlo. Realmente actuaron como una banda paramilitar apabullante [9]”
La ausencia de justicia y la necesidad de la toma de conciencia para la construcción del Socialismo Revolucionario
Los canallas burócratas exigen cartas y cartas, denuncias y denuncias a la Fiscalía y procedimientos que por lo largo y costoso, facilitan la defensa de millonarios autores intelectuales de los crímenes y en el peor de los casos garantizan su escape. La justicia burguesa no puede castigar a sus creadores. A pesar de que el mismo Presidente Chávez dice a diario lo necesario de los cambios radicales y lo nefasto que es el estado burgués que él maneja, no aparece por ninguna parte, atisbo de cambio estructural que implique un salto cualitativo en las relaciones sociales de producción basadas en la propiedad privada, la alienación y la explotación.
Por ello, es necesario que la clase obrera se unifique en torno a un programa que se plantee la gestión efectiva de los medios de producción, mediante los Consejos Revolucionarios de Trabajadores que permitan saltar por encima de las amarras burocráticas y las persecuciones burguesas. Un Consejo que configure el control efectivo de las grandes empresas y su absoluta propiedad social. Un Consejo que decida en Asamblea junto con la Comunidad y el ente de Planificación Centralizada (no el Ministerio que tenemos de Planificación), ¿Cómo, Dónde, Cuándo, Porqué y Para qué? Producir. Todo ello amerita de un aparato político que organice las acciones de la clase y pueda aplastar militarmente a la criminalidad burguesa y su abobinable Propiedad Privada. Dura es su ausencia, pero trabajamos por su formación…
manuel1871@gmail.com
Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM)
[1] La policía cuando observa crímenes en los cuales hay mucho ensañamiento (20 o 30 disparos) suele archivar el evento, lo consideran como una riña interna entre bandas de delincuentes, y ni siquiera realizan averiguaciones.
[2] Ver el discurso del Renan Vega Cantor, ganador del premio Libertador al Pensamiento Crítico, por su libro, Un mundo incierto, un mundo para aprender y enseñar. 2008. disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=71788
[3] En Venezuela ha disminuido a pesar de la inversión en Petróleo en al Faja del Orinoco, que es realizada en forma de Join Ventures con transnacionales de todo el mundo.
[4] Ibíd. Cit. 1.
[5] Informe del Desarrollo Humano 2005, ONU. El Gini es un indicador parcial que estima la repartición del ingreso en la población, dividida en deciles.
[6] Ley de Tierras, promulgada en la Ley Habilitante 2001, extracto resaltado por el autor.
[7] Luís Britto García, Paramilitares, Parapolítica, Parabingos, Paracasinos. Publicado en Ultimas Noticias, y disponible en http://www.altercom.org/article147866.html
[8] Ver artículo de Elio Córdova, donde explica de forma aterradora, como aumentar el IVA y el endeudamiento interno es una medida muy socialista e híper revolucionaria: http://www.kaosenlared.net/noticia/algunas-reflexiones-sobre-medidas-economicas
[9] Gónzalo Gomez, Una acción contra el sicariato: van 26 activistas sindicales y populares asesinados en Guayana, escrito para ANMCLA, disponible en http://www.controlobrero.org/content/view/214/1/
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