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El presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, inició este jueves, el viaje que lo llevará a la frontera con su país, desde donde intentará reingresar pacíficamente. Entretanto, el gobierno de facto decretó un nuevo toque de queda en las regiones fronterizas, desde las seis de la tarde a las seis de la mañana.
Durante una rueda de prensa que ofreció desde la embajada de Honduras en Managua, previa a su partida, Zelaya dijo que espera, que a su arribo, las Fuerzas Armadas "se sometan a la autoridad que el pueblo escogió", y que no se manchen las manos con la sangre de su jefe de Estado. Aseguró que su regreso será pacifico, y tiene como objetivo "buscar el diálogo y que vuelva la paz a nuestro país".
Manifestó que "el pueblo ya se está trasladando hacia la frontera, y esperamos que nos acompañen en esta labor del regreso de un presidente legítimanete electo, que fue sacado por unos golpistas que quieren apropiarse de la riqueza del pueblo hondureño".
Denunció que el pasado 5 de julio, cuando intentó aterrizar en el aeropuerto de Toncontín, en Tegucigalpa, no sólo murió el joven de 19 años, sino que fallecieron tres o cuatro personas más, algo que el gobierno de facto no ha admitido.
Cuestionado sobre qué pasaría si lo apresan cuando intente cruzar la frontera, pues así lo ha anunciado el gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti, Zelaya recordó que contra él no ha pesado nunca una sola demanda y destacó, como dato curioso, que luego del golpe de Estado, aparecieron 20 cargos en su contra.
Ante este hipotético escenario se preguntó si la justicia que lo juzgará sería "la justicia de Micheletti (...) la justicia del golpista".
"Estoy dispuesto a someterme a cualquier tribunal internacional", que de verdad garantice un proceso limpio y justo, agregó.
El mandatario indicó que la mediación que presidió su homólogo Óscar Arias ''llegó a su límite'', luego de que las autoridades de facto no aceptaran las condiciones propuestas para el retorno de la constitucionalidad a la nación centroamericana.
Asimismo, manifestó que su regreso será pacífico en búsqueda de "proclamar la restitución de la democracia en el pueblo hondureño, eso fue lo que intentamos dialogar en Costa Rica, pero no hubo consenso en ninguno de los puntos", con la comisión de las autoridades de facto.
Cúpula militar debe bajar los fusiles
Reiteró a las Fuerzas Armadas, especialmente a la "cúpula militar", a que bajen sus fusiles y permitan su ingreso.
"No podemos arriesgar nuestro futuro, a los soldados les pido que no se manchen de sangre, y que en la frontera logremos un acuerdo nacional para que se restituya la paz y la democracia", precisó.
Insistió en que la constitución de la República de Honduras establece que a las autoridades las escoge el pueblo en las urnas y sólo el soberano tiene la potestad de removerlos de sus cargos.
"Estos golpistas han traicionado al pueblo, nosotros nos hemos comportado a la altura y se deben recrudecer las medidas en contra de los protagonistas del golpe", afirmó.
En ese sentido, Zelaya aseveró que su gobierno es demócrata, mientras que la derecha de su país ha escogido "el camino de las armas".
"Hay represión y violencia en Honduras y personas asesinadas, frente a eso, yo llamo al diálogo y a la conciliación también. La derecha se está uniendo para revocar a los gobiernos que quieren hacer cambios para mejorar nuestra sociedad, esos cambios los queremos hacer pacíficamente", dijo el mandatario.
Instó a la comunidad internacional a que no deje de apoyar al pueblo hondureño que se ha mantenido en protesta desde el pasado 28 de junio, cuando se produjo el golpe de Estado.
"Defender al pueblo hondureño, es defenderse a sí mismo, si dejan que esto pase la democracia estaría destruida en el siglo XXI. Mi presencia para reunirme con mi pueblo es un derecho. La democracia es un valor y no podemos renunciar a ello, debemos luchar con dignidad, pero con paz", sostuvo.
Tras esta comparecencia ante los medios, Zelaya partió en una caravana rumbo a la frontera con Honduras, donde espera encontrarse con su familia y cientos de personas que ya se han movilizado para recibirlo, confirmó el equipo de enviados especiales de teleSUR.
Simultáneamente el gobierno golpista hondureño anunció esta tarde, que se iniciará un toque de queda en las zonas fronterizas. este jueves. a partir de las seis de la tarde, y culminará a las seis de la mañana. En el resto del país continuará de la medianoche a cuatro y treinta de la mañana.
Dicha prohibición al tránsito nocturno de personas y vehículos, se espera que se mantendrá en el país "de conformidad como vayan los sucesos", y argumentó que busca "resguardar" a la población.
Un gran encuentro
Por su parte, la canciller legítima de Honduras, Patricia Rodas, expresó, minutos antes de salir en la caravana, que el gobierno hondureño reconoce los esfuerzos de la comunidad internacional para deponer las actitudes de los golpistas, así como el esfuerzo de la gente en las calles.
Dijo que Zelaya "va a encontrarse con ese pueblo que tiene grandes convicciones por la democracia, a pesar del Ejército que ha sido utilizado para reprimir a nuestro pueblo, pero para allá vamos, a ese gran encuentro con nuestro pueblo".
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