Barómetro Internacional
El nuevo Plan Colombia amplia fronteras
Por Diego Olivera
Luego de un período de cierta “calma” en América Latina la administración del presidente Obama, comienza a seguir el derrotero del intervencionismo estadounidense al apoyar indirectamente el golpe en Honduras, que sin este espaldarazo no podría mantenerse frente a la condena internacional. Ahora avanza sobre Venezuela, para tratar de acusar al gobierno bolivariano del presidente Hugo Chávez de “paraíso del narcotráfico”, como también de propagar “ideas” subversivas en el Continente a través de la iniciativa del ALBA y los petrodólares, el gobierno Obama lanza un mensaje similar al que pregonaba su antecesor, el imperialista George Bush.
Muchos apostaron idealistamente a un cambio en EEUU con la investidura de Barack Obama. Tanto por su condición de negro y por su origen inmigrante, como por ser un político joven. El mundo soñaba con un nuevo gobierno, que dejara las guerras, que estableciera nuevas relaciones económicas y políticas. Pero la realidad una vez más supero a la ficción. El mantenimiento de la guerra en Irak y Afganistán, las presiones en la OTAN para la creación del escudos vía satélites de misiles, y el apoyo soterrado al gobierno de facto de Honduras, son algunos síntomas de que no existen premisas para concebir un cambio en el modelo imperialista. Sólo existen sus propias contradicciones imbuidas en la grave crisis económica mundial, que ellos mismos generaron.
Colombia presta su territorio a militares de EEUU
Muchas veces analizamos las similitudes en hechos históricos que han ocurrido en América Latina, tales como el papel de algunas naciones en determinados períodos, o las posturas asumidas por el gobierno del presidente Álvaro Uribe a favor de la política de los EEUU. Esto nos retrotrae al papel jugado por los sectores de la oligarquía bogotana, que en el período de la Gran Colombia conspiraron contra el proyecto de unidad, siendo el vocero de estas posturas el entonces vicepresidente Francisco de Paula Santander,
Este proceso alcanzado en 1826 tras su regreso victorioso, se confirmó la elección de Simón Bolívar como presidente y Santander como vicepresidente de la Gran Colombia, pero las diferencias habían llegado a ser muy profundas entre ambos políticos, al punto de que los bolivarianos respaldaban la implantación de la constitución boliviana en la Gran Colombia, mientras Santander y sus adeptos preferían mantener la constitución que se había firmado en Cúcuta.
En septiembre de 1828 tuvo lugar un atentado contra Bolívar. En el atentado fue involucrado Santander a pesar de que nunca se pudo demostrar su participación; y fue condenado a muerte, pero debido a sus altos servicios a la patria, el Libertador le conmutó la pena por la de destierro. En 1830 sucedieron la renuncia y muerte de Bolívar y la disolución de la Gran Colombia, y resultando en el poder el sector civilista, se decidió llamar a Santander para que asumiera tras la firma de la constitución de 1832, la presidencia de la república de forma interina. Así mismo, el general fue restituido en sus honores y rangos militares, de los cuales había sido despojado cuando el destierro.
Este breve recuento histórico vuelve a replantear la tesitura de una oligarquía, que opta por aliarse con EEUU contra la unidad de Latinoamérica, que ha fungido de vocero de los Tratados de Libre Comercio (TLC), que violó el territorio de Ecuador con apoyo estadounidense, para asesinar a dirigentes de las FARC y civiles, que detuvo y deportó a dirigentes sociales venezolanos que viajaban hacia Panamá, para apoyar al pueblo de Honduras, en el reciente golpe de estado.
La instalación de bases estadounidenses y la inmunidad (impunidad) para sus soldados
Aún recordamos el debate en la ONU sobre la solicitud de los Estados Unidos, de dar inmunidad a las tropas estadounidenses que realizaban actividades en Medio Oriente (Irak) en Asia (Afganistan), y en otros lugares del mundo. En muchas de estas naciones, pudimos observar videos que asombraron al mundo, con torturas indescriptibles para esta nota, asesinatos sin juicio, violaciones, es decir aplicaron la ley al estilo del viejo Oeste, cuando masacraban impunemente a los indígenas y robaban sus tierras.
Hoy nuevamente el gobierno colombiano asume la violencia para combatir al pueblo colombiano, entregando su territorio a las unidades estadounidenses que operarán en bases militares de Colombia, dándoles las manos libres para actuar, juzgar y ejecutar a cualquier sospechoso, bajo la cláusula de inmunidad solicitada por el Gobierno de Obama. Sobre este concepto de la inmunidad declaró el presidente Hugo Chávez que “es algo “horrible” que nunca se vio en la historia de estos pueblos, explicó que “con esta prerrogativa si un soldado yanqui mata, roba, trafica droga o comete cualquier delito, no puede Colombia hacerle nada. Y esto ha sido impuesto a muchos países en el mundo”.
Esta nueva avanzada de EEUU en Colombia con la anuencia del presidente Uribe, denota la aplicación de la denominada guerra de cuarta generación, donde el centro o eje de la estrategia del pentágono, es cercar e intentar destruir a la revolución bolivariana, señalada como el epicentro de los cambios en América Latina. Un anuncio temprano de esta estrategia fue la invasión a territorio ecuatoriano, bajo el pretexto de defensa extraterritorial. Hoy, son las nuevas acusaciones de que las FARC tienen armas del Ejército venezolano. Estos argumentos ya habían sido esgrimidos en otras oportunidades por los ministros colombianos.
Ahora, basado en el supuesto de que Venezuela no combate la drogas bajo el mando de la DEA, EEUU ha creado una versión en la que Venezuela es el “paraíso” de la droga. En ese marco de especulaciones y mentiras, el mensaje de la Canciller Clinton arrecia contra el gobierno bolivariano, creando el marco internacional de la existencia de un modelo corrupto y por ende antidemocrático. La vieja estrategia subversiva de la CIA, emerge con mayor fuerza en la era Obama. Las mentiras de vinculaciones del gobierno de Chávez con narcotraficantes, terroristas, o la existencias de Uranio para ser enriquecido, son algunos de los falsos argumentos con lo cuales piensa justificar nuevas sus bases militares.
Luego del fracaso del plan Colombia, que no liquidó a los nuevos carteles de la droga, no logró desmantelar a los grupos armados de las FARC, el mayor productor de estupefacientes y el mayor consumidor del mundo, los EEUU, han fortalecido su alianza estratégica con el gobierno colombiano para tener una punta de lanza segura en la región.
Pero su principal enemigo en América Latina son los cambios, los países que adoptan modelos alternativos, los nuevos ejes organizativos, como El Grupo de Río, el ALBA, la UNASUR. Estructuras políticas de los países que lograron frenar la escalada militar de Colombia en Ecuador, que condenaron el golpe en Honduras, pero sin poder revertirlo debido al solapado apoyo de los EEUU.
diegojolivera@gmail.com
jueves, agosto 06, 2009
Una nueva ofensiva de EEUU contra Venezuela
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