Sique
No es nada nuevo que este gobierno espurio esté por desmantelar los sindicatos. La implantación de políticas neoliberales desde hace treinta años está relacionada directamente con la disminución del poder sindical y se basa en provocar la máxima desconfianza de los trabajadores hacia los sindicatos.
El gobierno neoliberal y sus representantes saben perfectamente lo que significa que en un país haya sindicatos fuertes e independientes y por eso los debilitan, los condicionan y los hacen dependientes del dinero público. El gobierno corrupto es el primer corruptor de todo lo demás, así lo han hecho con el PRD y con todo gremio que vaya en contra de sus intereses que nos son más que los intereses de la oligarquía. Los vicios sindicales que son producto de la cultura del egoísmo, la corrupción y el cada quien para su santo producen la reacción de una parte de la izquierda y de millones de trabajadores: el rechazo hacia los sindicatos "vendidos". Desafortunadamente esto deriva en el deterioro progresivo de las condiciones laborales. Lo que hay que hacer es cambiar la cultura sindicalista pero de ninguna manera desaparecer los sindicatos ni restarles fuerza. Así como lo que hay que sanar es la corrupción dentro de los partidos de izquierda pero de ninguna manera desaparecerlos.
De las primeras estrategias que se utilizan para debilitar un movimiento emancipatorio de la naturaleza que sea es aniquilar al líder, eso lo sabemos desde el Cid Campeador hasta nuestra experiencia con AMLO. Sin embargo, no lo lograron en ninguno de los dos casos.
La existencia de sindicatos fuertes y comprometidos con los intereses de los trabajadores es actualmente más trascendental que nunca. Es muy importante apoyarlos. No nos limitemos a lamentar lo sucedido ni nos sintamos impotentes ante las estrategias neoliberales. Tenemos que evitarlas, unirnos a la lucha para darles mayor fuerza frente a una patronal que se fortalece cada vez más en su irracionalidad y egoísmo.
Javier Lozano Alarcón declara que le tiene "totalmente sin cuidado la demanda de juicio político", y claro, como no le va a tener sin cuidado si está obedeciendo el mandato de sus patrones que tienen la fuerza de los medios y en todo caso del ejército.
Sin embargo, a esta historia todavía le falta mucho por concluir. La lucha sigue. El SME tiene que luchar por su sobrevivencia porque se está jugando la de millones de trabajadores en todo el país. Así que un llamado al pueblo de México, la lucha sindical que ahora libra el SME es de todos, porque el siguiente paso es privatizar la industria eléctrica.
La movilización aunque moleste es una de las pocas armas, diría que la más efectiva, que tiene el pueblo para inconformarse con las arbitrariedades de las autoridades, así que lejos de enojarse con quienes defienden sus derechos, deberíamos dirigir nuestro enojo contra quienes cometen las injusticias y sumarnos a esta protesta. No está en juego el yo sino el nosotros. Si el SME sale victorioso, la lucha por todas las demás reivindicaciones que necesita el país se fortalece.
Los medios procurarán poner a la ciudadanía en contra del SME, los calificarán de charros, corruptos y vándalos, no caigamos en el juego. Inventarán mil cosas, promoverán el odio, la violencia y la división. Pero ya es tiempo de que no caigamos en una trampa tan anacrónica que a pesar de serlo les sigue funcionando. No es posible que nos sigamos tragando las mismas artimañas de hace siglos cuando todas y cada una de ellas se han ido cayendo ante el juicio histórico.
Hay que apoyar al SME, entre todos podemos revertir esta decisión. Es una de las batallas en las que hay que vencer después de las múltiples derrotas que hemos estado sufriendo dentro de la vida democrática del país.
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