El presidente del Grupo Carso no parece dispuesto a seguir esperando que Felipe Calderón cumpla su promesa de allanarle el camino hacia el triple play, por el apoyo que le brindó el tercer hombre más rico del mundo en pleno conflicto postelectoral de 2006. La advertencia fue hecha desde entonces: el holding podría salir de México y mudarse a Brasil. La reestructuración de América Móvil para absorber Carso Global Telecom y Telmex Internacional es el primer paso.
Con más de tres años a la espera de que las autoridades de la SCT autoricen el cambio de su título de concesión para permitirle la entrada al mercado de triple play en México, el magnate Carlos Slim inició este 2010 con una contraofensiva empresarial que puede desembocar en la ruptura con el gobierno de Felipe Calderón y el traslado del gigantesco holding a Brasil, el segundo país donde tiene el mayor número de suscriptores de telefonía fija y móvil (42 millones), después de México (59.5 millones).
La ruptura cumpliría con la advertencia que el propio Slim le planteó a Calderón la noche del 4 de septiembre de 2006, en plena crisis postelectoral. En aquella ocasión, el magnate le advirtió al entonces presidente electo que si su gobierno le impedía ingresar al mercado de la televisión restringida –clave para los servicios de triple play– retiraría sus inversiones de México y las concentraría en otro país de América Latina.
Los compromisos derivados del Acuerdo de Convergencia, publicado en el Diario Oficial el 5 de octubre de 2006, no se han cumplido. Por el contrario, las recientes licitaciones de las bandas 1.7 y 1.9 Mhz para los servicios de telefonía celular de cuarta generación (cuádruple play) tienden a beneficiar a Televisa y a Nextel, competidores de Telmex; la licitación de la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad está direccionada para beneficiar a Telefónica, el adversario más importante de las empresas de Slim, y apenas el 14 de diciembre de 2009 el gobierno de Calderón le otorgó la concesión por 664.5 millones de pesos a Axtel, empresa rival de Telmex, para construir la infraestructura informática que originalmente serviría para la creación del Servicio Nacional de Identificación Personal (SNIP).
La primera señal de la contraofensiva de Slim se dio a conocer el 14 de enero de este año. Su filial América Móvil (con 250 millones de suscriptores en 18 países) anunció una reestructuración para intercambiar acciones y absorber a Carso Global Telecom (Telecom) y a Telmex Internacional. Sólo en México, Telmex y Telcel continuarán operando de manera separada.
Considerando los países en los que opera, América Móvil se convertirá en el cuarto holding de telecomunicaciones a nivel mundial, por debajo del gigante China Mobile, con 518 millones de usuarios; de la inglesa Vodafone, con 303 millones, y muy cerca de la española Telefónica, con 268 millones de usuarios. América Móvil tiene presencia en América Latina y siete naciones de Europa. La reestructuración le permitiría desplazar a la alemana Deutsche Telekom y la colocaría en posición de competencia en telefonía fija en todo el continente.
Con excepción de México, las empresas de Carlos Slim pueden dar los servicios convergentes de audio, internet y televisión restringida (triple play) en las otras naciones donde operan, especialmente en Brasil, país que se transformará en el mercado más importante para el grupo, de acuerdo con los análisis de las consultoras Acciones y Valores Banamex e Ixe.
De concretarse esa integración, Brasil representará 32.1% de sus ingresos, seguido por México con 29% y Colombia con 9.4%, según James Rivett, analista de Acciones y Valores Banamex.
Tan sólo en un año, entre septiembre de 2008 y septiembre de 2009, América Móvil pasó de 35.6 millones de suscriptores a 42.27 millones en Brasil, una tasa de crecimiento de 18.5%, muy por encima del 7.3% registrado en México, de acuerdo con el reporte bursátil del propio holding.
Su tercer mercado en importancia es Colombia, junto con Panamá, donde tiene 27.3 millones de suscriptores y una tasa de crecimiento de 7.8%, seguido por Argentina, Paraguay y Uruguay, con 17.7 millones de suscriptores a través de la filial Claro y un índice de crecimiento de 10.3%.
Un estudio del banco Ixe, elaborado por Manuel Jiménez, calculó que América Móvil puede llegar a tener ventas por 50 mil 600 millones de dólares y utilidades netas por casi 8 mil millones de dólares en 2010. El pronóstico es que la reestructuración del holding puede tardar un año.
Según fuentes del sindicato de telefonistas, esta operación desfondaría a Telmex en México, pues toda la inversión se iría a los países donde opera América Telecom, además de que contrataría a las centrales sindicales más blandas.
La queja
“Telmex opera en 18 países y sólo en uno de ellos (México) tenemos problemas jurídicos”, se quejó el propio Slim durante una extensa conferencia de prensa el pasado miércoles 20.
Slim negó que la operación anunciada el 14 de enero se tratara de una fusión o de la creación de un nuevo holding. “Algunas personas están confundidas y llegaron a pensar en una fusión, pero no es así, no han entendido la oferta”, aclaró.
Sin embargo, fue muy explícito al reconocer que, a diferencia de otras naciones, en México no se le ha permitido a Telmex ingresar al mercado del triple play. “Dicen que Telmex es un monopolio y hay 500 operadores en el país; le dicen monopolio y no puede ofrecer servicios de televisión. Es un discurso. Claramente no compartimos esa opinión”, afirmó al ser cuestionado sobre las resoluciones de la Comisión Federal de Competencia (CFC) sobre dominancia en el mercado telefónico.
“En México tenemos el brazo amarrado, pero en América Latina sí hay triple play, cuádruple play y hasta home run”, afirmó Slim, quien insistió que “desgraciadamente, no ha habido esa convergencia en México. Por eso no nos hemos cruzado de brazos.”
La contraofensiva de Slim incluye hasta el apoyo para financiar nuevos canales de televisión restringida a nivel latinoamericano. “En contenidos nos interesaría un History Channel o una especie de National Geographic, pero sobre México y América Latina. Nos gustaría hacer o promover que alguien haga eso”, afirmó.
Ante la imposibilidad de crecer en el segmento de televisión por cable, Slim y los principales ejecutivos del grupo anunciaron que invertirán 10 mil millones de pesos en este 2010 para alcanzar 12 millones de suscriptores en servicios de banda ancha y aumentar la velocidad de la conexión de su servicio de internet inalámbrico (Infinitum) de 2 a 10 megabytes.
El anuncio constituyó también un revire a los servicios de internet que ofrecen las cuatro grandes empresas de televisión por cable: Cablevisión, Cablemás, TVI y Megacable, a través de la alianza comercial conocida como Yoo. Las tres primeras son filiales de Grupo Televisa.
La oposición más clara a la reestructuración de América Móvil fue expresada por la Cámara Nacional de la Industria de Televisión por Cable (Canitec), organismo también cercano a los intereses de Televisa. En un comunicado, el organismo consideró que “sería aberrante” si la CFC aprobara “esta fusión”.
“La Canitec demanda a la CFC no ‘darse por sorprendida’ ante las pretensiones de las empresas del Grupo Carso de conformar un verdadero cártel de las telecomunicaciones”, afirmó la Canitec. Este organismo fue el mismo que interpuso una demanda ante la Cofetel por la alianza entre MVS, EchoStar y Telmex para dar los servicios de televisión restringida a través de Dish y ha insistido en la condición monopólica de Slim para frenar su ingreso al triple play.
El 20 de enero, la nota principal de negocios del portal Esmas.com, propiedad de Televisa, se regodeó: “Impedirán fusión monopólica de Telmex y América Móvil”.
La advertencia
La historia de desencuentros entre el tercer hombre más rico del mundo y los dos últimos gobiernos panistas se comenzó a escribir la noche del 4 de septiembre de 2006, horas antes de que el tribunal electoral declarara la validez de las elecciones presidenciales del 2 de julio.
Slim le advirtió a Calderón que si su gobierno le impedía ingresar al mercado de la televisión restringida a través del Acuerdo de Convergencia, retiraba sus inversiones de México, según relataron a Proceso fuentes cercanas a esa negociación.
El enojo de Slim obedeció a un duro oficio del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, dirigido a su homólogo de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola. Gil Díaz cuestionó la intención de cambiar las cláusulas 1.9 y 2.2 del título de concesión de Telmex para que ofreciera servicios de video. Al terminar el sexenio de Fox, Gil Díaz se convirtió en el director de MoviStar, la filial de Telefónica, competidor de Telmex.
Para calmar a Slim, Calderón se comprometió a facilitar el ingreso de Telmex al triple play, a cambio de su apoyo en plena crisis postelectoral. Semanas después, el pilar del Grupo Carso calificó de “kafkiana” la resistencia civil y el bloqueo de la avenida Reforma, convocados por Andrés Manuel López Obrador, exjefe de Gobierno capitalino, con quien años atrás había articulado el rescate del Centro Histórico del Distrito Federal.
La promesa de Calderón a Slim nunca se cumplió. Originalmente se pronosticó que en el segundo semestre de 2007 Telmex entraría al mercado de la televisión restringida, una vez que se garantizaran las condiciones de interoperabilidad, interconexión y portabilidad numérica, los tres ejes del Acuerdo de Convergencia.
Entre las empresas que se negaron a firmar ese acuerdo estuvieron Avantel, propiedad de Roberto Hernández, viejo rival de Slim, y principal accionista de Banamex. Hernández fue el jefe de Gil Díaz y desplazó a Slim como uno de los más importantes accionistas de Televisa a través de diversos fideicomisos.
En 2008, las diferencias entre el gobierno de Calderón y Slim fueron apenas sutiles. El título de concesión de Telmex se mantuvo intacto. A cambio, las autoridades regulatorias le aprobaron a Televisa la conformación de un holding de empresas de televisión por cable (Cablevisión, Cablemás y TVI) y le refrendaron la concesión para explotar el Canal 46.
En mayo del mismo año, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le ordenó a Telmex que, en un plazo de 10 días, le otorgara la interconexión a Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas (GTM), filial de Telefónica. Gil Díaz reapareció públicamente para acusar a Telmex de “depredador” y “monopólico”. Y Telmex argumentó que GTM era propiedad en 97% de Telefónica, con lo cual violaba la prohibición de la Ley Federal de Telecomunicaciones para que una empresa extranjera tuviera más de 49% en telefonía fija.
El 30 de septiembre de 2008, en pleno crack financiero internacional, Slim afirmó que la crisis de Estados Unidos sería peor que la Gran Depresión de 1929 y cuestionó que el Banco de México decidiera aumentar las tasas de interés de corto plazo.
En febrero de 2009, mientras el gobierno de Felipe Calderón insistía en minimizar los efectos del crack de los bancos de inversión, Slim insistió en que México enfrentaría la peor crisis económica de su historia. Los voceros del gobierno federal señalaron al presidente del Grupo Carso de “catastrofista” y Calderón le soltó un reproche, sin mencionarlo, dijo que en lugar de hacer pronósticos graves, lo importante era invertir.
Semanas después, Calderón y Slim aparecieron juntos. El tono de las recriminaciones disminuyó, pero por poco tiempo: una fuerte disputa se desató por el proyecto fiscal de 2010, en especial por el plan impositivo para frenar la consolidación fiscal y por el impuesto de 3% a las telecomunicaciones.
En su conferencia de prensa del miércoles 20 de enero, Slim calificó como “irracional” ese impuesto de 3% y argumentó:
“La única forma en la que yo podría entender ese impuesto es que se hayan caído tanto los ingresos el año pasado por la caída de la actividad económica que hubiera una emergencia de ingresos, pero yo creo que de no haberla ese impuesto tendrá que ir para atrás.”
Los efectos de la crisis en el mercado de la telefonía móvil, sector que durante los años anteriores creció a un ritmo de 20% anual, fueron los más graves de las últimas dos décadas.
Al tercer trimestre de 2009, las telecomunicaciones móviles crecieron sólo 7.5%. De los 81.4 millones de celulares que existen en México, 71.7% son suscriptores de Telcel, 20.2% de Telefónica, 4.4% de Iusacell-Unefon y 3.6% de Nextel.
Un análisis de la consultoría CIU advierte que Telcel terminó 2009 con un crecimiento de 7.3%, mientras que Telefónica incrementó 17.1% sus ingresos y Nextel creció 12.6%.
En contraste, en las otras 17 naciones de América Latina donde América Móvil tiene presencia a través de distintas filiales (Claro, Corcel y Conecel), el crecimiento promedio de los negocios de telecomunicaciones de Slim fue de 12.6%. Tan sólo en Brasil creció 18.5% y en Estados Unidos, con 13.2 millones de suscriptores, creció 26.3%.
lunes, enero 25, 2010
Slim prepara el adiós
Labels:
America Latina,
Brasil,
Carlos Slim,
fracaso del PAN,
Grupo Carso,
jenaro villamil. proceso,
mentiras y enganos,
nextel,
SCT,
Telecomunicaciones,
Telmex,
Triple play
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario