¿Qué más han negociado?
Para el senador panista Ricardo García Cervantes, el acuerdo del secretario de Gobernación con el PRI para evitar las alianzas electorales del PAN es una muestra de que su partido está copado por políticos de un pragmatismo aberrante. En entrevista, admite que, al margen de las consideraciones éticas y de principios, el carácter cupular del pacto lo lleva a preguntarse si otras importantes legislaciones, como la Ley Federal de Telecomunicaciones y la de Seguridad Nacional, también son materia de esos o de otros acuerdos secretos. “A ver: ¿qué más han negociado?”.
El senador Ricardo García Cervantes no vacila: dice que la cúpula del Partido Acción Nacional (PAN), en el que milita desde hace 32 años, ha impuesto un pragmatismo extremo, capaz de signar el pacto “absolutamente aberrante” de aprobar aumentos de impuestos a cambio de cancelar alianzas electorales, pero también ha incubado la sospecha sobre el alcance de otros arreglos.
Porque este acuerdo, aclara, no fue sólo responsabilidad del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sino también del presidente del PAN, César Nava, y de los coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados, Josefina Vázquez Mota, y en el Senado, Gustavo Madero.
“¡No me digan que Josefina y Madero no tienen vela en el entierro! Por supuesto que la tienen frente al secretario de Gobernación, que yo no sé de dónde saca que sí puede comprometer todo el accionar de una institución política como Acción Nacional, a la cual él conoce.”
El legislador dice que el diferendo por el pacto con la cúpula del Partido Revolucionario Institucional (PRI), supuestamente al margen de Felipe Calderón, “ahora queda entre el presidente del partido y sus coordinadores parlamentarios”.
–¿Cree usted que Calderón no lo sabía?
–Mire: a creer, en la religión. Aquí ciertamente hay una palabra del secretario de Gobernación. Me quedo con los dichos del secretario, y el secretario dice que no.
–¿Y de quién es la responsabilidad política?
–Lo más importante de la relación del secretario y del presidente de la República es su nivel de confianza. Yo no especulo. Veo que el presidente Calderón tiene confianza en el licenciado Gómez Mont, lo hace público, y lo demás es lo de menos.
–Como parlamentario, ¿tiene confianza en la palabra del secretario de Gobernación que se comprometió a algo y no lo cumplió?
–No, en lo que ya no empiezo a tener mucha confianza es en la coordinación, porque ahí estaba comprometiendo también nuestros votos, nuestra propia ética personal, nuestra propia responsabilidad frente a nuestro cargo, que es una responsabilidad de conciencia
Sobre este pacto, que define como “una devaluación o una autodenigración de los cuerpos colegiados”, a García Cervantes le surgen dudas como miembro del grupo parlamentario del PAN: “Si yo estoy fuera de las consideraciones éticas, estratégicas y tácticas que involucran mi responsabilidad personal, yo lo primero que digo es: ‘A ver... ¿y qué más han negociado?’”.
Plantea: “¿(Se negoció) esa concesión que se da para no cobrar derechos al nuevo tramo del espectro radioeléctrico y que ya se sabía quiénes, y ahora se ve la concentración de ese espectro y la concentración del poder en la comunicación y en la economía de un grupo como Televisa con estos privilegios? ¿Fue parte del negocio, fue parte de la negociación? ¿O por qué está parada y no sale una serie de piezas legislativas urgentes para el país, como la Ley de Seguridad Nacional, que podría darle un marco jurídico (si se quiere cuestionable, pero cuando menos que se discuta) a la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico? ¿Son también parte de las negociaciones?
–¿Lo son?
–Yo creo que sí lo son ahora. ¿Por qué? Porque ahora se negocia una cosa por la otra.
El legislador afirma que este comportamiento ya incubó la sospecha entre los legisladores del PAN: “Ha traído la desconfianza en todo tipo de negociación el hecho de que cupularmente se haga sin informar a quienes luego tenemos que ser idiotas útiles acompañando el proceso, negociaciones que se salen de los cánones de la ética política y de la práctica política como tal”.
El estilo Gamboa-Kamel
Actual vicepresidente del Senado, presidente de la Cámara de Diputados en la LVIII Legislatura –en carácter de tal invistió a Vicente Fox con la banda presidencial–, exsubsecretario de Gobernación y miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN desde 1990, García Cervantes se niega a ser un “político práctico” y por eso reprueba el pacto que hizo renunciar a Gómez Mont a su militancia en el PAN.
“Nada tiene que ver una negociación de carácter legislativo con un compromiso de conducción de un partido político”, critica el legislador. “Por eso vemos el alejamiento que tienen ahora la sociedad y los electores con los partidos, que siempre ha estado, pero ahora están a flor de piel las razones”.
Aclara que no es vergonzoso crear mayorías parlamentarias, ni siquiera para aumentar impuestos, como ocurrió cuando los legisladores del PRI y los del PAN aprobaron elevar el IVA, el ISR y las gasolinas. “Ese no es el tema. El tema es: ¿a cambio de qué? Eso es lo que a mí me parece absolutamente aberrante”.
Aunque se ha impuesto la práctica de vincular una legislación con otra, como condicionar la fiscal a la política, al menos en este tema se da en el terreno legislativo. “Pero ahora ya hay negociación legislativa por otros intereses”, censura.
Y pone como ejemplo la conversación difundida en septiembre de 2006 entre el senador Emilio Gamboa Patrón y el empresario Kamel Nacif, en la que el legislador le informa que se aprobará una reforma legal sobre el hipódromo:
–¿Cómo lo ves? (pregunta Gamboa).
–No, no la chingues (se opone Nacif).
–Entonces lo que tú digas, cabrón, lo que tú digas, por ahí vamos cabrón.
–No, dale pa’ tras, papá.
–Pues entonces va pa’ tras, esa chingadera no pasa en el Senado, ¿eh?
–¡A huevo!
García Cervantes compara este episodio con el arreglo de Gómez Mont y el PAN con el PRI: “Eso era reprobable porque se estaba sacando una negociación del ámbito legislativo para un interés económico. Bueno, ¡pues esto es exactamente igual!”.
Explica: “Es sacar una negociación del ámbito legislativo hacia el ámbito electoral, y el ciudadano se da cuenta de que la mezquindad, la ruindad en la política, ya llegó, porque se ancló en el cálculo electoral. ¡Sólo si me da rentabilidad, si tengo utilidad o ganancia electoral, hago o dejo de hacer! ¡Eso es absolutamente decepcionante!
Diego, el maestro
García Cervantes se define como practicante de la negociación, “pero no en este tipo de arreglos”, como el que signó Gómez Mont, quien se alejó de la militancia en el PAN en 1996, a partir de que sus compañeros de partido manifestaron su molestia porque él era también asesor de Ernesto Zedillo y socio de Rubén Valdés Abascal, asesor de Carlos Salinas.
“No niego que en Acción Nacional empieza a gestarse un estado de ánimo de inconformidad en contra de Fernando –confirmó García Cervantes en agosto de ese año, cuando era coordinador de la bancada–. Genera parque para el detractor y le arrima piedras al enemigo.”
Gómez Mont calificó las “falsedades, medias verdades e inexactitudes” como “una manera torpe y cobarde de hacer política”, y se mantuvo alejado del PAN hasta que, en 2008, Germán Martínez, entonces presidente del PAN, lo llamó a colaborar con él en el Comité Ejecutivo Nacional, y luego, a la muerte de Juan Camilo Mouriño, asumió la Secretaría de Gobernación.
Controvertido como su mentor, Diego Fernández de Cevallos, Gómez Mont ha sido criticado más bien en voz baja por los panistas, salvo Manuel Espino, expresidente del PAN, y Juan José Rodríguez Prats, quien, en entrevista, censura el pacto con el PRI.
“Es mi amigo Gómez Mont, pero se entrometió en la vida del PAN. Somos un partido político, uno; y dos, si a estas alturas estamos creyendo en la palabra del PRI, entonces no tenemos remedio”, dice el exdiputado, quien censura la posición del funcionario sobre las alianzas, tal como lo hizo también Fernández de Cevallos. “Siento que Diego ya arrió sus banderas de panista”.
–De plano.
–De plano. Ir al informe de gobierno de Enrique Peña Nieto es una traición. Peña Nieto es el candidato de la ultraderecha, detrás de él están los intereses más nefastos y sucios del país. ¡Cómo puede ir!
Cuenta que el año pasado, después de que supo que asistió al cuarto informe de gobierno del gobernador del Estado de México, habló por última vez con Fernández de Cevallos: “Le dije que tenga autoestima: ‘Qué desgracia que tu lema de un México sin mentiras sea una mentira’”.
–¿Qué le respondió?
–Nada. Se quedó callado.
A su vez, García Cervantes lamenta que el pragmatismo en el PAN se exhiba al no tener candidatos propios, sino expriistas que no significan, como ha ocurrido en procesos anteriores, un cambio real. Ahora postula en Puebla a Rafael Moreno Valle, en Oaxaca a Gabino Cué y en Veracruz a Miguel Ángel Yunes.
“Los actuales empoderados de mi partido hablan de que los principios y la doctrina no ganan elecciones. Yo creo que sí. Pero si no lo creen, por eso estamos perdiendo.”
Añade: “Yo nada más veo ambiciones y procesos de invasión del poder económico sobre el poder político, de la colusión del poder económico y del poder político para intereses de grupo, y veo a una sociedad cada vez más decepcionada de lo que ahora llaman la política real”.
Pragmatismo estéril
El senador aclara, sin embargo, que tampoco es correcto censurar a rajatablas las alianzas, sobre todo en estados como Oaxaca e Hidalgo, “que tienen los más altos índices de pobreza, de marginación y de cinismo político en su máxima expresión”.
En esas dos entidades está de acuerdo con las alianzas, pero no en Durango ni en Puebla, aunque asume la decisión de la mayoría. Algo distinto, contrasta, es cuando se signa un pacto como el que se hizo con el PRI para aumentar impuestos a cambio de que el PAN no se alíe con la izquierda.
–¿Deshonra este pacto al PAN y a su gobierno?
–Tampoco lo llevemos a esos extremos de deshonra, porque estas son conductas personales, y tampoco se puede llevar de la actitud personal a la deshonra institucional.
La responsabilidad, dice, cae en el ámbito de las personas concretas y puntuales, con nombre y apellido, con trayectoria y con ubicación concreta, sus responsabilidades, como ya lo hizo Gómez Mont con la renuncia al PAN.
“Queda en el ámbito personal de Nava y de los coordinadores parlamentarios, y en la de todos los que de alguna manera creen que es posible negociar piezas legislativas con actitudes o por conductas institucionales que toma un órgano distinto. El que me enseñe la factura del partido que tome las decisiones, porque ni siquiera el dueño mayoritario de las Chivas puede explotar el nombre de las Chivas.”
–La factura la tiene Calderón, que ejerce control en el PAN.
–Sí, pero la diferencia entre la factura unipersonal es que poco importaría el sentimiento de los empleados. Este es un empoderamiento, una capacidad de decidir, pero que ha generado el desánimo, que ha generado la desilusión, la irritación y la división al interior del partido. No de ahora, desde tiempo atrás.
García Cervantes insiste: “Estas prácticas de hacer política cupular, que llaman civilizatorias, sin tomar en cuenta la deliberación de órganos colegiados ni muchísimo menos los sentimientos, el estado de ánimo de las bases y de los militantes, da como resultado todo esto”.
Convencido de que la política se debe subordinar a la ética, el senador dice que es posible corregir el rumbo: “Tampoco puedo hacer de un episodio destino. Estamos en presencia de una perversidad de la política al tratar de llevar una negociación de carácter legislativo a un comportamiento electoral. Eso está reprobado. Punto. El PAN tiene un capital político y una reserva moral que lo puede sacar adelante con toda tranquilidad”.
–¿Ha pensado renunciar al PAN?
–Como pensado, sí.
–¿Y qué lo ha hecho desistir?
–Esos pensamientos están en el ámbito personal. Pero, además, no se me adelante. Ya lo veremos…
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