María Teresa Jardí
El pueblo mexicano pareciera condenado a repetir una y otra y otra vez la misma historia. Amenazan a Esparza con la Cárcel, repitiendo la historia de Napoleón Gómez Urrutia. Es como si nos hubieran condenado a dar vueltas y vueltas en redondo como a las mulas se las condenaba en las norias. Empeñado está el desgobierno usurpador en repetir los mismos errores una y otra y otra vez, sin que logremos los ciudadanos hacer el alto que nos permita ver que la corrupción, no sólo tolerada, sino incluso admirada por diversos y variados sectores sociales, es responsable de mucho de lo que hoy nos pasa. Con el vacío que van dejando los valores, pasa como con los vacíos de poder, los vacíos se llenan siempre de la peor de las maneras posibles. Los antivalores ocupando el lugar de los valores anunciaban como crónica que la tolerada, e incluso admirada también, impunidad como regla afecta al pueblo.
No pueden con el servicio de mantener la luz encendida, que en muchas colonias como la Roma, falta unas horas, al menos, todos los días. Otras colonias hace varios días que están sin luz en la Ciudad de México. Dicen que por el exceso de agua de lluvia. Será el sereno. El caso es que nada funciona y si además se ataca a los que hacen funcional, lo que mal funciona, no hay nada que hacer.
Apagada mantienen la luz, que pretenden que el pueblo le pague a la CFE, tan ineficiente.
Pero se dan el lujo de no aceptar la ayuda generosa que Martín Esparza les ofrece, para que los corridos trabajadores miembros del SME les ayuden a resolver los apagones, producidos por la CFE, tan ineficiente, pero que pretende que el usuario le pague un servicio convertido en oscuridad, que a las velas nos remite, regresando a la Edad Media a una buena parte de la capital del país.
Los mismos que hoy, algunos, incluso desde la PGR despachan, que creían haber encontrado el hilo negro de la delincuencia culpando a la noche de lo que apenas era la punta de lanza de lo que hoy en la ciudad les estalla en la cara con la ejecución de los hijos de las madres y padres, de la familia, que pierden el tiempo defendiendo, como única aceptable, la formada por un hombre y una mujer, se enfilan, al alimón, con denunciantes antes bien comprados como Muñoz, a encarcelar a Esparza u obligarlo a huir del país para continuar desde la CFE con sus transas. Quien no transa no avanza. El fascismo calderonista regresa a México a la Edad Media, aunque a lo bestia. Con menos muertos en aquella época. Ni la Inquisición se atrevió a masacrar jóvenes que departían en una fiesta como parte de la limpieza decidida del futuro que la juventud representa. Que se joda el pueblo que no entiende que la prioridad del fascismo usurpador no es servir al pueblo.
El usurpador y sus compinches, bajo las siglas del PAN, desgobiernan en términos de sus propios intereses y lo mismo hacen todos los partidos políticos y todos los integrantes de los tres poderes políticos.
Poderes desde donde simplemente algunos fingen, si son ministros, votar en contra de algún inciso de lo que saben, todos los ministros, que es un robo disfrazado de préstamo que el gobierno se hace con cargo al contribuyente más jodido. Porque al jodido es al que no le regresan el IETU.
Al empresario amigo sí que se lo deben devolver. Y por eso ahora ya buscan crear un organismo revisor --lo que de hecho ya lograron en Campeche-- por encima del IFAI. Por aquello de que al IFAI se le ocurra considerar alguna información, de la mucha que se reserva, como no reservada.
Aquí ya se sabe que la cosa pública incluso la evidentemente manejada de manera corrupta como Vamos México, esa creación “genial” de Marta Sahagún para apoderarse del dinero que a través de las instituciones de asistencia privada se destinaba a dar limosna a los más pobres, se convierte en cuestión de seguridad nacional para poder así dejar la corrupción reservada disfrazándola de seguridad nacional.
No sea que alguien se le ocurra preguntar sobre el pago del IETU y su devolución con cargo a TELEVISA o a Roberto Hernández, por poner a dos de los más obvios beneficiados por la corrupción que deja impune a los poderes fácticos también.
Y si son legisladores, algunos, por estos días se enteran de lo que tendrían que haber dicho sobre el entreguismo que supone el Plan México o Mérida, como quiera cada quien llamarlo. El cambio de nombre no cambia los ríos de sangre derramada que trae consigo ese plan maldito del imperio yanqui.
Si fueran representantes del pueblo, aunque sólo lo fueran los de los partidos que hoy pasan a la tribuna a cuestionar lo ocurrido en Juárez, mostrando su asombro, hubieran alertado a los ciudadanos representados, llamándolos incluso a manifestarse en la calle millones, como medida de presión que a ellos les sirviera para oponerse, con visos de lograrlo, a la barbaridad que hoy cuestionan, antes de que se consumaran los hechos y sin necesidad de miles de niños de escuela ejecutados en Juárez. Que se joda el pueblo…
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