Sique
Con el objeto de frenar los esfuerzos de los gobiernos progresistas de nuestra América para unirse en el combate al capitalismo que tantos desastres ha causado en todos los pueblos de América Latina, el imperio gringo orquestó junto con la oligarquía hondureña el golpe de estado al Presidente Manuel Zelaya. El 28 junio del año pasado, los militares, asesorados por los gringos, llevaron a cabo el secuestro del Presidente Zelaya llevándoselo vía la base de Palmerola a Costa Rica con su lacayo Arias, mientras los golpistas hondureños argumentaron una patraña legaloide en la que acusaban al Presidente Zelaya de que había violado la Constitución porque quería preguntarle al pueblo hondureño si estaría de acuerdo en poner, a propósito de las elecciones presidenciales que se avecinaban, una urna en la que se votara si querían una Nueva Constituyente.
En un principio, el hipócrita de Obama declaró que era “ilegal”, de inmediato los presidentes progresistas se movilizaron en la OEA, en el ALBA, en el SICA, la Unión Europea se pronunció en contra, el FMI y el Banco Mundial congelaron los fondos de ayuda para el gobierno golpista de Michelletti, sin embargo, el imperio se salió con la suya.
No restituyeron a Zelaya, se llevaron a cabo elecciones bajo el gobierno golpista, han asesinado y reprimido a cientos de hondureños de la resistencia y ahora el FMI descongeló 160 millones de dólares destinados al gobierno espurio que pusieron los golpistas, un día después de que Hillary Clinton reconoció los “pasos importantes” de la actual administración. Seguramente esos “pasos importantes” a los que se refiere esa nefasta señora, son la cantidad de violaciones a los derechos humanos de la administración de Lobo. Ya prácticamente todos los países serviles al imperio que supuestamente se “indignaron” con el burdo golpe de estado reconocen al gobierno impuesto por los golpistas.
A pesar de los cambios evidentes en países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, el imperio sigue imponiéndose. En menos de un año, los Estados Unidos pudieron sacar a un presidente elegido democráticamente por su pueblo e imponer al que se les antojó a base de violencia en contra de un pueblo centroamericano, igual que ha sucedido en los últimos cincuenta años, sin que haya habido forma de impedirlo.
Esto debe llenar de vergüenza no sólo a los ciudadanos latinoamericanos sino a todos los seres humanos que aspiramos a un mundo más justo. No es posible que en el 2010 cuando estamos dizque celebrando el bicentenario de la emancipación del imperio español se permita que otro imperio continúe imponiéndose de manera tan flagrante. Cuál emancipación, cuál soberanía, no hay nada que celebrar. Resulta vergonzante que la televisión mexicana nos atiborre de mensajes sobre 200 años de "orgullosamente mexicanos". Nada de orgullo, vergüenza es lo que provoca que el imperio gringo esté metido hasta la médula en nuestro país manejando a un gobierno fraudulento y corrupto al que apoya mientras más crímenes comete contra el pueblo mexicano. El modelo que el imperio ha elegido para México es Colombia, y ya en eso estamos, pero estaremos peor, nuestra situación geográfica hace que nuestra lucha por la soberanía, la justicia y el bienestar del pueblo sea todavía más difícil.
Después de lo que Estados Unidos hizo en Honduras, podemos imaginar lo que es capaz de hacer en México, cuyo gobierno se somete a los intereses imperiales, si el pueblo trata de liberarse y consumar su independencia, ya no digamos instaurar la democracia.
Hasta cuando vamos a seguir aguantando tanta humillación.
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