05 marzo 2010
¿Veintiséis millones de dólares son suficientes para resarcir abuso sexual, sicológico y abandono? Según los Legionarios de Cristo, éste es el precio que los hijos de Marcial Maciel le pusieron a sus años de violencia y abuso familiar. El escándalo continúa y no termina. La vida de Maciel era conocida por todos. En el absurdo y la complicidad le permitieron a lo largo de años que hiciera lo que quisiera y, cuando fue cuestionado y denunciado, los aparatos de la Iglesia y los legionarios se encargaron del resto. Defendieron lo indefendible y hasta el papa Juan Pablo II, seguramente también sometido por el entorno de Maciel, se sumó a la defensa de un personaje perverso, por decir lo menos.Maciel desarrolló en su entorno complicidades, amenazas y utilizó religión, creencias, sueños, miedos y prejuicios de padres de familia y de sus hijos para aprovecharse y violentarlos sexualmente en su adolescencia y en su niñez. Todos sabían lo que hacía Maciel. Norberto Rivera fue alertado con datos concretos por Alberto Athié en más de una ocasión. El resultado fue enviar a Alberto a Chicago y alejarlo de cualquier posibilidad de dar a conocer el caso que era más que conocido pero que escondían burdamente.
En el programa Círculo Rojo, Athié, en su calidad de sacerdote, dijo que si no se investigaba el caso de abuso sexual de Maciel dejaría el sacerdocio después de ejercerlo por más de 25 años. Meses después, Athié, un gran hombre de fe, dejó el sacerdocio. Norberto Rivera desatendió el asunto a la vez que los denunciantes eran día con día fustigados por los legionarios y el mismísimo Vaticano. Canal 40 vivió una suerte del principio del fin de su existencia. “Probos” empresarios tomaron la decisión de retirar su anuncios debido a la información difundida sobre las perversiones de Maciel.
Ha sido un juego de máscaras. El testimonio difundido en el noticiario de Carmen Aristegui confirma que Maciel a lo largo de décadas vivió de la religión, utilizando a alguien a quien llamaba Dios. El “admirado” Maciel, era el “guía” de muchos empresarios los cuales lo tenían no sólo como confesor sino también en su nómina. Desde algunos medios se trató de salir en su defensa, a estas alturas ya no les queda de otra que olvidarlo porque ya no es rentable o porque les da pena reconocer cómo atacaron a aquellos que denunciaron a quien era su “guía”.
Los testimonios de los hijos de Maciel reflejan las contradicciones de lo que ha pasado. Si efectivamente quieren 26 mdd diríamos que están en su derecho y que también se ve que han heredado al padre. Lo importante además del perdón es no olvidar a aquellos que escondían lo que pasaba. Era un secreto a voces que todos conocían y nadie dentro de la Iglesia católica hizo ni hace algo para defender a los niños y jóvenes que defendieron su dignidad y que hoy se han convertido en grandes hombres de este país.
¡OOUUUUUCHCHCHCH! Llamó Marcial Maciel a la estación de radio de Oaxaca para felicitar al conductor Miguel Díaz de Rivera. El conductor se intimidó y se sintió al mismo tiempo halagado. Díaz de Rivera fue uno de los que “denunciaron”, siendo que es una víctima más, a quienes presentaron pruebas contra Maciel. Al final del programa, Maciel lo esperaba en el estacionamiento a un lado de una ostentosa limusina. Se fueron a la casa del otrora legionario quien, mientras nos narraba la historia, contenía las lágrimas entre admiración y coraje.
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