26 marzo 2010
La propuesta y rechazo a la Ley Televisa fue un capítulo más hacia una auténtica democratización de los medios de comunicación. Como antes, como ahora y como será seguramente mañana, sin una democratización de los medios no se va a consolidar la democracia mexicana; sin una Reforma del Estado que contemple una nueva organización legal y política de los medios no se podrá dar el paso para que haya reglas justas. En los medios prevalecen, como en muchas áreas del país, los que actúan bajo la complicidad, los que tienen el poder económico, los que ejercen su influencia, y los que saben cómo infundar temor. No importan las reglas lo que gobierna son las conveniencias y una mirada ciega de futuro.
La Ley Televisa y la lucha por el poder en México, libro coordinado por Javier Esteinou y Alma Rosa de la Selva, versa sobre los ires y venires de lo que a lo largo de años se han ido “construyendo” entre los medios, la sociedad y el poder político. Recoge una de las batallas más emblemáticas por la democratización de los medios. La Ley Televisa puso en evidencia de nuevo los controles y las formas políticas. Los legisladores que aprobaron la “minuta” bajo el “no sabíamos que estábamos aprobando”, mostraron una evidente falta de profesionalismo y compromiso. Fueron cómplices de los medios a los cuales se atreven a criticar en público pero ante los cuales se someten en privado.
La respuesta social fue, quizá para algunos, inesperada. Sin embargo, no lo era. Lo que pasó fue y es parte de lo que a lo largo de años se ha discutido en diferentes foros. La reacción es la confirmación de que la comunicación, la información, las nuevas tecnologías y los medios han sido y son objeto de análisis serio y profundo en nuestro país.
La red de medios públicos estableció ante la “minuta” una posición contestataria, rebelde y fundamentada. La movilización social por su parte significó y significa la demanda de la sociedad por que se produzcan nuevas condiciones en materia de comunicación. Los medios públicos requieren de modificaciones que les den autonomía y decisiones colegidas. Es urgente que se les permita la comercialización bajo reglas claramente definidas. El mercado comercial de los medios privados alcanza el 95% del total del mismo lo que no deja en claro a qué es a lo que le temen.
Las divisiones típicas en nuestro país pueden alentar la antidemocracia entre quiénes hoy genuinamente quieren un cambio en los medios. Es tiempo de negociaciones pero sobre todo de decisiones en el senado. Es tiempo de recordar lo que a lo largo de años se ha discutido y propuesto a través del trabajo de especialistas, universitarios, legisladores, sociedad, y empresarios de los medios. La inteligencia que anima el texto de Esteinou y Alma Rosa de la Selva es una de las piedras de toque para cohesionar posiciones y no dejar pasar las oportunidades que inevitablemente están por venir. Es tiempo de que los medios sean parte de la sociedad y no que sean quienes la gobiernen.
¡OUUUUUCHCHCH! La Corte contempla para el mes de mayo la decisión sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo. El ministro Sergio Valls dice que es el tiempo que se requiere con elecciones o sin ellas.
La Ley Televisa y la lucha por el poder en México, libro coordinado por Javier Esteinou y Alma Rosa de la Selva, versa sobre los ires y venires de lo que a lo largo de años se han ido “construyendo” entre los medios, la sociedad y el poder político. Recoge una de las batallas más emblemáticas por la democratización de los medios. La Ley Televisa puso en evidencia de nuevo los controles y las formas políticas. Los legisladores que aprobaron la “minuta” bajo el “no sabíamos que estábamos aprobando”, mostraron una evidente falta de profesionalismo y compromiso. Fueron cómplices de los medios a los cuales se atreven a criticar en público pero ante los cuales se someten en privado.
La respuesta social fue, quizá para algunos, inesperada. Sin embargo, no lo era. Lo que pasó fue y es parte de lo que a lo largo de años se ha discutido en diferentes foros. La reacción es la confirmación de que la comunicación, la información, las nuevas tecnologías y los medios han sido y son objeto de análisis serio y profundo en nuestro país.
La red de medios públicos estableció ante la “minuta” una posición contestataria, rebelde y fundamentada. La movilización social por su parte significó y significa la demanda de la sociedad por que se produzcan nuevas condiciones en materia de comunicación. Los medios públicos requieren de modificaciones que les den autonomía y decisiones colegidas. Es urgente que se les permita la comercialización bajo reglas claramente definidas. El mercado comercial de los medios privados alcanza el 95% del total del mismo lo que no deja en claro a qué es a lo que le temen.
Las divisiones típicas en nuestro país pueden alentar la antidemocracia entre quiénes hoy genuinamente quieren un cambio en los medios. Es tiempo de negociaciones pero sobre todo de decisiones en el senado. Es tiempo de recordar lo que a lo largo de años se ha discutido y propuesto a través del trabajo de especialistas, universitarios, legisladores, sociedad, y empresarios de los medios. La inteligencia que anima el texto de Esteinou y Alma Rosa de la Selva es una de las piedras de toque para cohesionar posiciones y no dejar pasar las oportunidades que inevitablemente están por venir. Es tiempo de que los medios sean parte de la sociedad y no que sean quienes la gobiernen.
¡OUUUUUCHCHCH! La Corte contempla para el mes de mayo la decisión sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo. El ministro Sergio Valls dice que es el tiempo que se requiere con elecciones o sin ellas.
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