martes, abril 06, 2010

Burocracia impositiva

Barómetro Internacional

Bruno Perón

Un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indica que “sistemas tributarios complejos” y “alta evasión fiscal” perjudican el crecimiento económico en América Latina y el caribe.

Aunque el objetivo no sea, como se ha vuelto moda en los análisis económicos, enfocarse en el crecimiento económico, vale el reconocer la necesidad de una reforma tributaria que atienda el desarrollo de cada uno de los países latinoamericanos en sus particularidades.

América Latina desperdicia mucho tiempo con la burocracia impositiva, el cálculo, la preparación, la cobranza, la recaudación. Para cada función microscópica, un funcionario público.

Según el BID el proceso de recaudación de impuestos dura aproximadamente 2.600 horas en Brasil, que posee holgadamente la burocracia más lenta de América Latina. Esta misma institución revela que comparativamente, los países latinoamericanos emplean casi el doble del tiempo en este proceso que los de renta elevada.

La reforma tributaria es también una bandera de los sectores empresariales, por eso hay que matizar el tema y orientarlo hacia el interés colectivo, más hacia el lado de como los ciudadanos están insatisfechos con la ineficiencia de la maquinaria pública. Es un tema urgente aún para aquellos que defendemos las causas más populares y progresistas.

No se trata sólo de recaudar menos, sino también de garantizar el retorno del valor de lo recaudado.

El estudio del BID señala que los estados latinoamericanos recaudan poco en comparación con los patrones internacionales, a pesar del diagnóstico de que los impuestos son altos y corresponden aproximadamente al 48% de la riqueza de la región.

Los países más ricos del globo tasan como promedio un 41% de la renta y cuentan con que la mayor parte de la recaudación de los tributos está apoyada en la austeridad y probidad de sus sistemas tributarios.

En América Latina las grandes empresas son quienes menos contribuyen, mientras que las empresas pequeñas o medianas raramente declaran todo su rendimiento con fines tributarios.

Los impuestos elevados reducen la productividad de las empresas en el sector formal y desincentivan la inversión que podría esperarse en un espectro mayor de la economía.


El punto axial del debate es que el Estado pierde su capacidad de retorno en forma de servicios públicos hacia la población y gana en descrédito siendo percibido como un obstáculo para el desarrollo del país.

Cuando el Estado deja de recaudar, se reduce la inversión en políticas para la educación, la vivienda, la salud, la seguridad, entre los sectores sociales.

En Brasil, quien paga los mayores costos es el consumidor final en la cadena económica, en vista que el valor de un producto en los anaqueles raramente discrimina los impuestos del precio de venta. Se engañan las conciencias de cuanto pagamos de impuestos y por lo tanto, cuanto debemos de cobrar a cambio.

No se trata de hacer apologías, ni de despreciar la capacidad del Estado de regular las actividades económicas, sino de alertar ante la ineficiencia de los aparatos de tributación que determinan el nivel de inversión y productividad de las economías latinoamericanas.

Es preferible que los impuestos sean más bajos y la burocracia más eficiente en América Latina, a que se cobre lo injusto y los emprendedores se disputen entre sí a ver quien engaña mejor al Estado.

El estudio del BID, a pesar de ser realizado por instituciones ajenas a nuestra región, ilumina mentes acomodadas o viciadas. La cautela sin embargo debe acompañar naturalmente al riesgo de minimizar la importancia del Estado de acuerdo a políticas ilusorias de apertura irrestricta de la economía. Los últimos años han demostrado que el Estado es indispensable.

La reforma tributaria podrá aumentar la productividad y la renta, mejorar el financiamiento de los programas sociales y disminuir la informalidad.

La simplificación de los impuestos beneficiará al Estado y a los ciudadanos.

Presionemos por caminos más justos

http://www.brunoperon.com.br

Traducción del português: Miguel Guaglianone

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