sábado, mayo 15, 2010

Arizona, puerta abierta para la mariguana del "Chapo"


Diariamente los periódicos de Arizona informan sobre decomisos de droga a operadores del cártel del Chapo Guzmán, en tanto que agentes federales de Estados Unidos admiten que el estado es “la bodega de mariguana más grande del mundo”. El viernes 23 de abril, el mismo día en que la gobernadora Jan Brewer aprobó la Ley SB 1070 –que criminaliza a los inmigrantes mexicanos–, el alcalde de Phoenix, Phil Gordon, declaró a la cadena televisiva Fox: “¿Dónde está la DEA? Aquí, en Arizona, no está. Si estuviera, no habría tanta droga en el estado”. Pero los datos indican que entre omisiones y solapamiento, las autoridades locales han convertido a Arizona en territorio libre… del Chapo.

La gobernadora Brewer. Endurecimiento

J. Jesús Esquivel


DOUGLAS-NOGALES.- “La bodega de mariguana más grande del mundo”, denominan agentes federales de Estados Unidos y de México al estado de Arizona. El motivo: por esta región se introduce la droga que posteriormente se distribuye en los 50 estados del país.

De acuerdo con reportes obtenidos por este semanario, esa descomunal concentración de droga sólo se explica por el hecho de que las agencias policiacas locales están corrompidas por cárteles del narcotráfico.

El jueves 22 de abril el periódico Eastern Arizona Courier publicó un artículo en el que le atribuye a Tony Coulson, agente de la Drug Enforcement Administration (DEA) en el estado, declaraciones según las cuales diariamente se realizan ahí transacciones de droga procedente de México por 2 millones de dólares. El dato refleja la dimensión del problema y lo redituable que le resulta ese negocio en particular al cártel de Sinaloa.

“Es increíble, pero por la frontera de Arizona pasa casi toda la mariguana que se consume aquí; o por lo menos eso indican las estadísticas oficiales”, comenta a Proceso un agente federal estadunidense mientras acompaña al reportero en un recorrido por las ciudades hermanas de Nogales: la de Arizona y la de Sonora.

El entrevistado pide que se omita su nombre para no entorpecer, dice, una indagatoria que se realiza actualmente sobre la corrupción en los cuerpos policiacos locales y su implicación con el narcotráfico. Esta investigación se abrió hace varios meses e involucra también a los integrantes de la organización de los Beltrán Leyva.

Sin embargo, alerta: “Si pasa tanta droga es porque algo anda mal en este estado, o quizá porque las autoridades locales son ineficientes para contener ese tráfico”.

En junio de 2009, funcionarios y agentes de la DEA y del Buró Federal de Investigaciones (FBI) comentaron a este corresponsal que los cárteles mexicanos operan en la zona desde hace muchos años. En Arizona están casi todos: los Beltrán Leyva, el cártel de Juárez, La Familia michoacana, Los Zetas y la organización del Chapo Guzmán (Proceso 1704).

El mismo informante declaró en aquella ocasión que “su agencia tiene abiertas decenas de investigaciones sobre las operaciones de los cárteles mexicanos en esta región”.

Otro de los entrevistados comentó que desde hace tres años la gente del cártel de Sinaloa desbancó de esa plaza a los hermanos Beltrán Leyva, sus antiguos aliados.

Arizona comparte 626 kilómetros de frontera con México y es por esta franja limítrofe –“la puerta verde”, le dicen algunas personas en Agua Prieta, Sonora– por donde entran diariamente varias cargas de mariguana a Estados Unidos.

“¿Dónde está la DEA? Aquí, en Arizona, no está. Si estuviera, no habría tanta droga en el estado”, declaró Phil Gordon, alcalde de Phoenix, a la cadena de televisión Fox el pasado 23 de abril.

Las estadísticas de confiscación de estupefacientes proporcionadas a Proceso por el Buró de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) confirman por qué Arizona es llamada la “bodega de mariguana más grande del mundo”, y por qué la frontera que comparte con Baja California y Sonora es “la puerta verde”.

En el primer bimestre de este año, por ejemplo, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos incautó 168 mil 328 kilos de la yerba en el sector Tucson; otros 7 mil 246 en la zona Douglas-Agua Prieta; 3 mil 132 en el sector de Naco, y mil 575 kilos en el de Willcox.

“Y éstas son sólo cifras de la mariguana confiscada; seguramente los cargamentos que logran pasar son mucho mayores”, comenta un funcionario adscrito a la oficina de la CBP en Tucson.

De acuerdo con las estadísticas del CBP, durante 2009 sus agentes decomisaron 43 mil 571 kilos de cannabis en Douglas, 21 mil 64 en Naco, y 11 mil 178 en Willcox. El año previo interceptaron 13 mil 780 kilos en Douglas, 9 mil 126 en Naco y 8 mil 295 en Willcox.

La mayoría de la mercancía interceptada de 2008 a la fecha se realizó en cuatro ciudades de Arizona: Phoenix, Tucson, Mesa y Glendale, así como en el desierto que se localiza entre las montañas de Chiricahua y Huachuca, poblaciones adyacentes al estado de Sonora.

“La plaza de la distribución de mariguana en Arizona está dominada por la gente del Chapo (Joaquín Guzmán Loera)”, afirma a Proceso un agente federal mexicano en Nogales, Sonora.

Los medios de comunicación, en especial los periódicos de las ciudades fronterizas de Arizona, publican cotidianamente notas sobre los cargamentos decomisados al cártel de Sinaloa en la región desértica de Agua Prieta y Nogales.

El 19 de abril último, el diario Willcoxrangenews informó en su página electrónica que “agentes locales de la Patrulla Fronteriza confiscaron casi 439 kilos de mariguana, cuyo valor en el mercado asciende a 441 millones de dólares”.

Entre las montañas de Chiricahua y Huachuca hay una inhóspita franja desértica de unos 100 kilómetros de largo. Autoridades fronterizas de ambos países comentan al corresponsal que por este punto se introduce a Estados Unidos gran parte de la mariguana que se distribuye y consume en su territorio.

De manera coincidente ahí se concentran la mayoría de los “ranchos ganaderos” de Arizona, cuyos terrenos son utilizados por los cárteles de la droga y los traficantes de indocumentados, aseguran los entrevistados.

“Lo raro de esos ranchos ganaderos es que en ellos no hay vacas, sino puro desierto. Son extensas propiedades privadas colindantes con el estado de Sonora y que a la vista sólo tienen arbustos, cactus, arena. ¿Extraño, no?”, comenta a Proceso el agente federal que acompaña al corresponsal en el recorrido.

Ranchos “ganaderos” sin ganado

Para conocer los “ranchos ganaderos” el reportero contrató un guía que lo condujo por la carretera interestatal número 10, que atraviesa la ciudad de Douglas y el condado de Apache. Y, como dijo el funcionario estadunidense, en ese entorno agreste no se observa ningún animal.

Consultadas al respecto, autoridades de los condados de Apache y Cochise se niegan a hablar del asunto.

El 27 de marzo pasado el ranchero Robert Krentz fue asesinado en el interior de su propiedad. La extensión sobrepasa los 141 kilómetros cuadrados y se ubica al este de las montañas de Chiricahua, entre el condado de Apache y la ciudad de Douglas, colindante con territorio mexicano.

El sheriff de Cochise, Larry Dever, comentó al día siguiente que, según las pesquisas iniciales, el ranchero había muerto a causa de un disparo hecho por un indocumentado de origen mexicano.

La muerte de Krentz molestó a las autoridades de Arizona y a la Asociación de Rancheros local, cuyos integrantes se lanzaron contra los inmigrantes. Los calificaron de criminales y los acusaron de estar ligados al tráfico de drogas.

La gobernadora de Arizona, la republicana Jan Brewer, pidió incluso a la administración de Barack Obama que desplegara a la Guardia Nacional a lo largo de la frontera con México; además, el senador estatal, el también republicano Russell Pearce, redactó una iniciativa de ley para proponer que la policía de Arizona tuviera facultades para detener a cualquier persona que por su aspecto físico resultara “sospechosa de ser inmigrante indocumentado”.

Semanas después de la muerte de Krentz, el 23 de abril, la gobernadora Brewer avaló la propuesta de Pearce y promulgó la Ley SB 1070. Las autoridades de Cochise aún no esclarecen el caso del ranchero Krentz, aunque insisten en que fue un inmigrante indocumentado quien le dio muerte.

Los medios locales manejan una versión diferente: Los hermanos Robert y Phil Krentz permitían que los narcotraficantes mexicanos utilizaran sus terrenos para el trasiego de la droga, pero tuvieron diferencias por el cobro que recibían y Phil disparó contra su hermano, según esa interpretación.

Lo extraño del caso es que un día antes del asesinato de Robert, agentes de la Patrulla Fronteriza de Tucson encontraron en su propiedad 131.5 kilos de mariguana en pacas. La noticia sólo fue publicada por The Arizona Daily el 29 de marzo, dos días después de ese crimen.

Robert Boatright, subdirector de la CBP en Tucson, informó a los medios de comunicación que tras el hallazgo de la mercancía en el rancho de Krentz se rastrearon “unas huellas humanas” y se logró capturar a ocho inmigrantes indocumentados. Sin embargo, horas después se les deslindó del caso por falta de evidencias.

“En Arizona hay mucha corrupción por narcotráfico. Que no lo quieran admitir las autoridades de Estados Unidos, es otra cosa”, subraya un agente federal mexicano consultado en Nogales.

La red de Cochise

El 29 de enero, las autoridades del condado de Cochise anunciaron el desmantelamiento de una “red” de aliados del narcotráfico mexicano en el poblado de Bisbee. En conferencia de prensa, las autoridades los responsabilizaron de traficar por lo menos 18 mil 143 kilos de mariguana durante tres años.

Entre los detenidos estaban Angélica Borquez e Ignacio Erives, a quienes se acusó de proporcionar información confidencial al cártel de Sinaloa sobre los operativos antinarcóticos en el condado de Cochise entre noviembre de 2008 y enero de 2010. Borquez trabajaba en la oficina del fiscal del condado, informó a los medios locales la vocera del sheriff, Carol Capas.

“Centro de distribución”

Por su ubicación geográfica, Arizona es la joya de la corona en el trasiego de narcóticos. ¿La razón?: Además de compartir frontera con México, esa entidad colinda con Utah, Nevada, Nuevo México, California y Colorado.

“La mayoría de la mariguana que entra a Arizona no se consume en el estado; Arizona es una especie de centro de distribución hacia casi todo el territorio de Estados Unidos”, dice un funcionario de la CBP consultado por Proceso.

Desde México los operadores del cártel de Sinaloa utilizan varios métodos para introducir la droga a territorio estadunidense a través de Arizona, dicen al corresponsal funcionarios de ambos lados de la frontera.

Un agente federal mexicano describe el modus operandi: “La mariguana entra por el desierto en cargamentos pequeños. Los inmigrantes indocumentados sólo piden ayuda para llevar la mercancía a ciudades como Tucson, camuflada en camiones de carga o en las cajuelas de autos privados; en lomos de caballo, y hasta en aviones superligeros”.

–¿En aviones superligeros? –pregunta el reportero.

–Sí, por supuesto. Apenas el 4 de marzo el Ejército Mexicano descubrió tres aviones superligeros en Agua Prieta. Dos de ellos en óptimas condiciones y otro que estaba en reparación.

El pasado 29 de enero, The Sierra Vista Herald publicó en su primera plana un artículo sobre la confiscación de dos caballos por parte de la Patrulla Fronteriza en Douglas. Los animales transportaban un cargamento de 71 kilos de mariguana. Las personas que guiaban los caballos huyeron hacia Agua Prieta.

El corresponsal acudió a la oficina regional de la DEA en Phoenix para solicitar información sobre el narcotráfico y la forma en que las autoridades locales lo combaten. Ningún funcionario quiso abordar el tema de manera abierta.

Sólo el funcionario de la CBP en Tucson comentó al corresponsal que una dependencia del gobierno federal tiene bajo investigación a todo el departamento de policía de Bisbee, “por su presunta colaboración con el cártel de Sinaloa para introducir a territorio estadunidense mariguana y otras drogas”.

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