MEXICO D.F., 12 de mayo (apro).- Manuel Espino acusó hoy directamente a Felipe Calderón de impulsar en su contra una sistemática “persecución al más puro estilo del viejo PRI”, y advirtió que, aun si es expulsado del Partido Acción Nacional (PAN), mantendrá activo su movimiento que agrupa a más de 25 mil panistas.
“Lo panista no se me va a quitar aunque me expulsen”, declaró el expresidente del PAN después de que se enteró de que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de ese partido integra un expediente de sus declaraciones públicas que supuestamente “lastiman” a su partido y que se suman a la demanda promovida por la dirigencia en el estado de México para que sea expulsado.
--¿Ve inminente su expulsión del partido?
--Tanto como inminente no, pero de que se les cuecen las habas porque así sea, no tengo duda.
En conferencia de prensa para dar a conocer sus nuevas oficinas particulares, ubicadas en la colonia Del Valle, y para reiterar su rechazo a las “difamaciones” del presidente del PAN, César Nava, en el sentido de que se mantiene de manera “irregular en la presidencia de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y que impulsa como su sucesor al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, Espino habló sobre el permanente choque con Calderón.
De hecho, Espino distribuyó un documento de cinco cuartillas para detallar las acciones de Calderón en su contra desde antes de que, en 2005, ganó la presidencia del PAN y, sobre todo, después de que asumió la presidencia de la República por decisión de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
“En reiteradas ocasiones me han preguntado por qué existe un distanciamiento político entre Felipe Calderón Hinojosa y yo, ese que comenzó con una percepción alimentada con versiones falsas desde las filas del autonombrado calderonismo y que ha derivado en un hostigamiento a mi persona, que raya en la persecución al más puro estilo del viejo PRI, reflejo de una intolerancia al disenso que es legítimo y que él interpreta como agravio”, escribe en el documento.
Tal como lo había revelado en una entrevista con Proceso, en febrero pasado, Espino reiteró hoy que fue el propio Calderón el que, antes de las elecciones de julio de año pasado, ordenó acelerar su expulsión del PAN en una reunión con la dirigencia y legisladores de ese partido.
“Hace más de un año, en Los Pinos, el presidente Calderón pidió en una reunión del Sistema PAN que ya se acelerara la expulsión mía del partido, y alguien tuvo entonces la osadía de sugerir que no, porque me iban a hacer víctima; que mejor se esperarán a que el PAN se erigiera con la más importante victoria electoral de su historia, la de 2009. Y entonces, ya con esa victoria en mano, poder expulsar a Manuel Espino y no hubiese reacciones de ningún tipo. Pero creo que la derrota les hizo olvidar la intención.”
El expresidente del PAN, quien vaticina muchas derrotas del PAN en las elecciones de julio próximo, informó que el más reciente episodio de animadversión de Calderón hacia él, fue la repentina cancelación del alquiler del alcázar del Castillo de Chapultepec, donde el pasado 5 de mayo presentaría su libro sobre Ciudad Juárez.
Después de que había recibido la autorización del organismo encargado y de hacer el pago de 75 mil pesos, así como enviar las invitaciones, súbitamente se le informó que, “por decisión del gobierno federal”, se cancelaba el evento, porque habría otro que, sin embargo, jamás se celebró.
“Es un exceso de complejos, es una visión corta de lo que es la gestión de gobierno”, interpretó Espino, quien dijo que comenzó a tener trato con Calderón desde 1996, pero también diferencias de forma, “derivadas de su muy conocida actitud que tiende a imponer su voluntad, haciendo difícil el diálogo y el acuerdo”.
El primer desencuentro ocurrió cuando, siendo Luis Felipe Bravo Mena presidente del PAN, Espino aceptó ser secretario general, cuando era diputado federal bajo la coordinación de Calderón, quien quería esa cargo para Germán Martínez para impulsar su proyecto político.
“Desde mi nueva responsabilidad institucional ofrecí resistencia a la permanente intentona que Calderón y su equipo hacían para imponer su voluntad, que solían unificar en reuniones previas de cabildeo, al CEN. Así solían influir en decisiones propias del partido que debían asumirse como consecuencia de la deliberación con visión de país y no de la inducción con visión de grupo”, señaló.
Espino describe todos los desencuentros tras ganar la presidencia del PAN y ya con Calderón como candidato, que exigía controlar las estructuras del partido: “Pidió nombrar secretario general, secretario Electoral, secretario de Fortalecimiento Interno y Tesorero del CEN. No lo permití y, pese al respaldo permanente que se dio a su campaña, sin el cual no hubiese ganado la presidencia de la República, vino la recurrente cantaleta de que yo no apoyaba al candidato presidencial”.
Espino describe, también, cómo después de las elecciones de julio de 2006, cuando él buscó ser presidente de la ODCA, fue saboteado por colaboradores de Calderón y, cuando ganó, Calderón exigió que Vicente Fox no estuviera presente en la inauguración de la sede de ese organismo.
“El día previo al evento, desde la secretaria particular del presidente de México, se llamó a Vicente Fox, también invitado a cortar el listón, para pedirle que no asistiera porque el presidente consideraba que era demasiado pronto para coincidir ambos en un evento público”, dijo.
Pero, aunque Fox no asistió, tampoco lo hizo Calderón: “Rumores alentados desde Los Pinos hicieron que la inasistencia del nuevo mandatario de México fuera interpretada, y reflejada en medios de comunicación, como consecuencia de su animadversión hacia el primer panista que asumía la presidencia de una internacional a la que pertenece su partido y de la que él mismo fue vicepresidente”.
Las acciones de Calderón y su facción en el PAN, detalla Espino en el escrito, son diversas: El despido de más de 100 trabajadores cuando fue presidente; el veto de sus colaboradores en ese partido y en el gobierno federal, y el uso del aparato gubernamental para integrar los órganos partidistas, como ocurrió en la integración del Consejo Nacional hace tres años.
Inclusive, lo hizo del conocimiento de Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación:
“Entregué pruebas y evidencias de corrupción y de la injerencia que, usando recursos públicos, tenían algunos panistas en procesos internos del PAN. De este hecho fue informado Germán Martínez en ocasión de un encuentro mío con ambos. En esa ocasión, Germán se concretó a decirle a Juan Camilo que eso le tocaba resolverlo a él. Nunca ocurrió nada. En cambio, sí se recrudeció la campaña de hostigamiento en mi contra, sobradamente reflejada en medios de comunicación”, añadió.
Fuente: Proceso
“Lo panista no se me va a quitar aunque me expulsen”, declaró el expresidente del PAN después de que se enteró de que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de ese partido integra un expediente de sus declaraciones públicas que supuestamente “lastiman” a su partido y que se suman a la demanda promovida por la dirigencia en el estado de México para que sea expulsado.
--¿Ve inminente su expulsión del partido?
--Tanto como inminente no, pero de que se les cuecen las habas porque así sea, no tengo duda.
En conferencia de prensa para dar a conocer sus nuevas oficinas particulares, ubicadas en la colonia Del Valle, y para reiterar su rechazo a las “difamaciones” del presidente del PAN, César Nava, en el sentido de que se mantiene de manera “irregular en la presidencia de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y que impulsa como su sucesor al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, Espino habló sobre el permanente choque con Calderón.
De hecho, Espino distribuyó un documento de cinco cuartillas para detallar las acciones de Calderón en su contra desde antes de que, en 2005, ganó la presidencia del PAN y, sobre todo, después de que asumió la presidencia de la República por decisión de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
“En reiteradas ocasiones me han preguntado por qué existe un distanciamiento político entre Felipe Calderón Hinojosa y yo, ese que comenzó con una percepción alimentada con versiones falsas desde las filas del autonombrado calderonismo y que ha derivado en un hostigamiento a mi persona, que raya en la persecución al más puro estilo del viejo PRI, reflejo de una intolerancia al disenso que es legítimo y que él interpreta como agravio”, escribe en el documento.
Tal como lo había revelado en una entrevista con Proceso, en febrero pasado, Espino reiteró hoy que fue el propio Calderón el que, antes de las elecciones de julio de año pasado, ordenó acelerar su expulsión del PAN en una reunión con la dirigencia y legisladores de ese partido.
“Hace más de un año, en Los Pinos, el presidente Calderón pidió en una reunión del Sistema PAN que ya se acelerara la expulsión mía del partido, y alguien tuvo entonces la osadía de sugerir que no, porque me iban a hacer víctima; que mejor se esperarán a que el PAN se erigiera con la más importante victoria electoral de su historia, la de 2009. Y entonces, ya con esa victoria en mano, poder expulsar a Manuel Espino y no hubiese reacciones de ningún tipo. Pero creo que la derrota les hizo olvidar la intención.”
El expresidente del PAN, quien vaticina muchas derrotas del PAN en las elecciones de julio próximo, informó que el más reciente episodio de animadversión de Calderón hacia él, fue la repentina cancelación del alquiler del alcázar del Castillo de Chapultepec, donde el pasado 5 de mayo presentaría su libro sobre Ciudad Juárez.
Después de que había recibido la autorización del organismo encargado y de hacer el pago de 75 mil pesos, así como enviar las invitaciones, súbitamente se le informó que, “por decisión del gobierno federal”, se cancelaba el evento, porque habría otro que, sin embargo, jamás se celebró.
“Es un exceso de complejos, es una visión corta de lo que es la gestión de gobierno”, interpretó Espino, quien dijo que comenzó a tener trato con Calderón desde 1996, pero también diferencias de forma, “derivadas de su muy conocida actitud que tiende a imponer su voluntad, haciendo difícil el diálogo y el acuerdo”.
El primer desencuentro ocurrió cuando, siendo Luis Felipe Bravo Mena presidente del PAN, Espino aceptó ser secretario general, cuando era diputado federal bajo la coordinación de Calderón, quien quería esa cargo para Germán Martínez para impulsar su proyecto político.
“Desde mi nueva responsabilidad institucional ofrecí resistencia a la permanente intentona que Calderón y su equipo hacían para imponer su voluntad, que solían unificar en reuniones previas de cabildeo, al CEN. Así solían influir en decisiones propias del partido que debían asumirse como consecuencia de la deliberación con visión de país y no de la inducción con visión de grupo”, señaló.
Espino describe todos los desencuentros tras ganar la presidencia del PAN y ya con Calderón como candidato, que exigía controlar las estructuras del partido: “Pidió nombrar secretario general, secretario Electoral, secretario de Fortalecimiento Interno y Tesorero del CEN. No lo permití y, pese al respaldo permanente que se dio a su campaña, sin el cual no hubiese ganado la presidencia de la República, vino la recurrente cantaleta de que yo no apoyaba al candidato presidencial”.
Espino describe, también, cómo después de las elecciones de julio de 2006, cuando él buscó ser presidente de la ODCA, fue saboteado por colaboradores de Calderón y, cuando ganó, Calderón exigió que Vicente Fox no estuviera presente en la inauguración de la sede de ese organismo.
“El día previo al evento, desde la secretaria particular del presidente de México, se llamó a Vicente Fox, también invitado a cortar el listón, para pedirle que no asistiera porque el presidente consideraba que era demasiado pronto para coincidir ambos en un evento público”, dijo.
Pero, aunque Fox no asistió, tampoco lo hizo Calderón: “Rumores alentados desde Los Pinos hicieron que la inasistencia del nuevo mandatario de México fuera interpretada, y reflejada en medios de comunicación, como consecuencia de su animadversión hacia el primer panista que asumía la presidencia de una internacional a la que pertenece su partido y de la que él mismo fue vicepresidente”.
Las acciones de Calderón y su facción en el PAN, detalla Espino en el escrito, son diversas: El despido de más de 100 trabajadores cuando fue presidente; el veto de sus colaboradores en ese partido y en el gobierno federal, y el uso del aparato gubernamental para integrar los órganos partidistas, como ocurrió en la integración del Consejo Nacional hace tres años.
Inclusive, lo hizo del conocimiento de Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación:
“Entregué pruebas y evidencias de corrupción y de la injerencia que, usando recursos públicos, tenían algunos panistas en procesos internos del PAN. De este hecho fue informado Germán Martínez en ocasión de un encuentro mío con ambos. En esa ocasión, Germán se concretó a decirle a Juan Camilo que eso le tocaba resolverlo a él. Nunca ocurrió nada. En cambio, sí se recrudeció la campaña de hostigamiento en mi contra, sobradamente reflejada en medios de comunicación”, añadió.
Fuente: Proceso
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