Yosoyuxi, Copala, Oaxaca. El asesinato del máximo líder del movimiento autonomista triqui, Timoteo Alejandro Ramírez, amenaza con sumir a la región en la violencia total. En medio de grupos paramilitares armados con AK-47, AR-15, M-16 y granadas, que sitian un pueblo entero, emboscan en las carreteras y veredas, asaltan comunidades autonomistas y ejecutan a dirigentes, el líder y fundador del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI) privilegió la resistencia pacífica.
Firme en la construcción del Municipio Autónomo con sede en San Juan Copala, le apostó a la paz y al diálogo entre los triquis, a pesar de las decenas de asesinatos que comenzó a contar su organización. Él mismo y su esposa se sumaron a las estadísticas el pasado 20 de mayo, cuando un operativo desarrollado con seis meses de antelación terminó con las vidas de Timoteo y su esposa Tleriberta Castro.
Mientras que el doble asesinato se concretaba en esta comunidad de Yosoyuxi, un grupo paramilitar de alrededor de 15 efectivos intentó tomar el palacio municipal de San Juan Copala. Las autoridades autónomas cerraron los accesos y se pusieron a salvo de las cerradas descargas de AK-47 y AR-15. Los asaltantes, que llegaron a las inmediaciones del edificio, finalmente se retiraron. Simpatizantes de la autonomía triqui consideran que se trató de una acción coordinada para acabar con el proyecto de los indígenas en resistencia: asesinar al dirigente máximo del movimiento y tomar San Juan Copala.
De la región salió toda representación formal del gobierno federal: Ejército Mexicano, Policía Federal, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Secretaría de Desarrollo Social. También huyeron los funcionarios estatales, los maestros, los médicos, los sacerdotes, las enfermeras.
Violencia cotidiana
La muerte del líder autonomista no arredra a los simpatizantes del Municipio Autónomo como no los han amedrentado las emboscadas y los tiroteos diarios.
“Sabemos que nos podemos morir; pero, como triquis, no tenemos miedo. Es más grande el coraje y la muina”, dice el presidente autónomo suplente de San Juan Copala, Julián González Domínguez.
Originario de la comunidad Cruz Chiquita, a sus 52 años es uno de los veteranos de la lucha. A pesar de su voz apagada, sus palabras se escuchan nítidas en la habitación donde se reúne con “líderes naturales” y representantes de las comunidades que integran el Municipio Autónomo: San Juan Copala (cabecera), Yosoyuxi, Santa Cruz Tilapa, Paraje Pérez, Agua Fría, y con integrantes de otras comunidades que militan en la autonomía casi en secreto por temor a represalias.
En dos ocasiones, a lo largo de su vida, ha tenido que beber la sangre cruda directamente de las arterias de una gallina y un perro negros: es el único remedio en estos montes cuando se ha sufrido una emboscada y la víctima vomita su propia sangre.
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