Homero Campa y Rosa Santana
CANCUN, Q.Roo, 6 de diciembre (apro).- “No  existe un texto secreto ni un proceso paralelo, como se ha hecho saber a  los negociadores”, atajó Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones  Exteriores y presidenta de la Conferencia de las Partes de la Convención  Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-16).
La aclaración era pertinente: y es que ayer  y la mañana de este lunes surgió la versión de que, ante el impasse en  las negociaciones que se llevan a cabo en esta ciudad, un grupo de  países –entre ellos Estados Unidos, Canadá y Japón-- realizaban  negociaciones paralelas con el propósito de acordar un documento sobre  el cambio climático, lo que equivalía a reproducir lo que sucedió en la  cumbre de Copenhague el año pasado y que la llevó al fracaso.
“Tras muchos meses de trabajo, existe un  más alto nivel de confianza entre las partes y en el proceso mismo. La  presidencia mexicana de las Conferencias (COP-16 y CMP6) ha trabajado de  manera transparente e incluyente. Reitero hoy ante ustedes nuestro  compromiso con esos principios (…) Se requiere que cada voz sea tomada  en cuenta para que logremos obtener los resultados que todos estamos  buscando”, declaró Espinosa durante una conferencia de prensa que  ofreció junto con Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la  Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUC).
Luego, a pregunta de un reportero sobre la  existencia de “negociaciones secretas”, la canciller dijo que “este  tipo de inquietudes se dan en los procesos de negociación que tiene una  complejidad muy grande”. 
Aseguró  que no existe indicio alguno sobre que se esté perdiendo el proceso de  Cancún o su credibilidad.
“Eso no  ha ocurrido”, sostuvo, y agregó que “hemos actuado muy rápido para  desmentir todos estos rumores que de repente se presentan”.
Y considero que el origen de esta  “especulación” se encuentra en las dudas sobre cuándo va surgir el  documento final, el cual “todavía no se tiene”.
Optimismo
Transcurrida más de una semana de la COP-16, Espinosa se dijo  convencida de que “existen las condiciones para lograr un paquete de  decisiones amplio y balanceado que conduzca a acciones globales más  efectivas”. 
Señaló que “se  requiere la toma de decisiones políticas clave para consolidar el  paquete” Cancún, y dijo que ello podría ocurrir a partir de este martes,  cuando inicie el llamado “segmento de alto nivel”, que contará con la  participación de ministros y de una veintena de presidentes y jefes de  Estado.
“He solicitado el apoyo  de los ministros de diversos países para concentrar las voluntades en la  construcción de consensos. Ellos sostienen ya consultas –-platicas de  pasillos, de uno a uno, encuentros informales—para ayudar a identificar  donde se encuentran los equilibrios que estamos buscando”, dijo.
Sin embargo, a la pregunta sobre cuáles  son las “áreas mas difíciles” de la negociación, Espinosa reconoció que  varios temas se encuentran atorados y que requieren de “decisiones  políticas” de los gobiernos para sacarlos adelante. 
Menciono los siguientes: mitigación  (reducción de emisiones); un segundo periodo de compromiso del Protocolo  de Kyoto, y los mecanismos de Medición, Reporte y Verificación (MRV) y  de Consulta y Análisis Internacional.
“No hay un país que se retracte de sus compromisos de  reducción de emisiones, pero no se sabe cómo se van a reflejar esas  posiciones en un documento para ayudar a dar un equilibrio en el paquete  de decisiones”, explicó.
Y se  apuró a destacar el “aspecto positivo” de las negociaciones: “Si bien no  hemos encontrado esa fórmula de compromiso” para un acuerdo global  vinculante, “si hay una coincidencia amplísima sobre la necesidad de  darle continuidad al régimen sobre el cambio climático”, el cual está  basado en la Convención Marco sobre Cambio Climático y en la Convención  sobre el Protocolo de Kyoto.
A su  lado, Figueres sostuvo que en el centro de la negociación se encontraba  el Protocolo de Kyoto y que al respecto existen “posturas opuestas”. 
Explico: “Unos países han dicho durante  todo un año que no están en posición de unirse a un segundo periodo de  compromiso del Protocolo de Kyoto; otros dicen que requieren de ese  segundo periodo para asegurarse de que las naciones desarrolladas se  comprometen en una postura seria. Lo posible es que exista un punto  intermedio entre ambas posturas. Hay una búsqueda activa de ese punto  intermedio”. 
Y añadió: “Nada me  hace pensar que no se lograra un acuerdo sobre el Protocolo de Kyoto ni  que ese será el resultado. Por el contrario: los gobiernos saben que  tienen la responsabilidad de encontrar una solución a ello”.
Fuente: Proceso 

 
 

 
 







 
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