
Jenaro Villamil
MÉXICO, D.F., 6 de diciembre (Proceso).-  “Eso no se vale. Yo estoy de acuerdo en que hagan todo lo posible por  defenderse Televisa y TV Azteca, pero el poder no se utiliza así”,  exclamó Miguel Alemán Velasco en enero de 2007 al referirse a la campaña  de linchamiento que ambas televisoras encabezaron contra el empresario  Isaac Saba a fin de frenar su participación en la sociedad con  NBC-Universal para ir por la tercera cadena televisiva en México.
Los noticiarios de los canales 2 y 13 se unificaron para  acusar al Grupo Casa Saba de ser responsable de “miles de muertes” (por  su condición de distribuidor de medicamentos); Morir sin remedio,  titularon a los reportajes que nunca hicieron explícito que Saba era un  posible competidor.
Televisa y TV Azteca intimidaron al Grupo  Casa Saba, que se retiró de la inversión anunciada con NBC-Universal y  le canceló la posibilidad de tener un socio mexicano para una tercera  cadena comercial de televisión.
Alemán se quejó de los excesos de los  conductores de noticias, del uso y abuso de la pantalla para litigar  intereses comerciales: “Los noticiarios no son solamente nota roja. Y el  conductor no debe ser juez y parte, menos fiscal o verdugo. Eso se  prohíbe en otras partes del mundo. Aquí desgraciadamente la opinión  cuenta más que la información. Es decir, estamos opinando en vez de  informando, y basta y sobra con que nos caiga mal alguien para que lo  hagamos polvo. Y más con el poder de la edición. Eso no se vale”  (Proceso 1578).
Tres años después de aquella queja de  Alemán, Televisa ha arreciado sus campañas contra adversarios  comerciales y exsocios en empresas de representación artística –como en  el caso de Simón Charaf, accionista de Imagen y Talento–, medios  impresos que han criticado la “ganga” de la Licitación 21 –como  Reforma–, empresarios de la industria farmacéutica que son sus  adversarios y recientemente contra Proceso, bajo el pretexto de un video  con declaraciones de Sergio Villarreal, El Grande.
Bar-Bar
“¡Mataron  a Cabañas, mataron a Cabañas!”
Ese fue el grito que escucharon varios  asistentes al Bar-Bar hacia las cinco de la mañana del 25 de enero de  este año. Una detonación seca se escuchó en los sanitarios. El agresor,  Juan José Balderas Garza, el JJ, amigo del delantero paraguayo, salió  del bar sin que lo detuvieran. 
No mataron a Salvador Cabañas, jugador del  América, pero estaba herido. Con la ambulancia y las autoridades de la  Procuraduría General de Justicia del DF llegaron también las cámaras de  Televisa. En la emisión Primero Noticias, conducida por Carlos Loret de  Mola, comenzó una cobertura exhaustiva que se convirtió pronto en un  escándalo mediático.
Televisa trató de inculpar a los  trabajadores del Bar-Bar –“ese oscuro antro”, dijeron los comentaristas  de la televisora– y a su dueño, Simón Charaf.
El  28 de enero Primero Noticias difundió una fotografía en la que mostraba  al supuesto agresor de Cabañas al lado de Simón Charaf. Éste le reclamó  en un correo electrónico a Emilio Azcárraga Jean:
“Con  toda honestidad me ha sorprendido que en la misma cobertura de los  medios que tú presides, el trato que hemos recibido muestra una culpa  del Bar-Bar que no existe.
“(…) El mejor ejemplo de lo anterior fue  el grave error cometido por Carlos Loret de Mola en Primero Noticias el  día de hoy, en donde se muestra una fotografía en la que asevera que  aparece el agresor de Salvador Cabañas conmigo a su lado. Por fortuna,  Iván Puentes, quien es la persona que aparece en la fotografía junto a  mí, llamó a la producción del noticiero y se logró corregir el error  antes de que terminara la transmisión.
“(…) Creo que lo  menos que puede hacer Carlos Loret es ofrecer una disculpa pública en su  espacio noticioso por la afectación a mi persona”.
Ni  la disculpa ni la réplica se dieron. Por el contrario, se agudizó el  linchamiento.
En marzo de 2010 Charaf decidió  contraatacar. Reveló en entrevista con Gloria Leticia Díaz (Proceso  1743) que el trasfondo de la agresión de Azcárraga era su intento de  apropiarse por completo de la empresa Imagen y Talento Internacional  (ITI), donde Charaf tenía 49% de las acciones, y Televisa, 51%.
Charaf afirmó que mes y medio antes de la agresión contra  Cabañas se reunió con Alejandro Benítez, funcionario de Televisa, quien  lo amenazó con iniciar ataques contra sus empresas si no vendía sus  acciones de ITI.
El vínculo entre Televisa y el Bar-Bar fue  más allá de la sociedad en ITI. En 2006 fue escenario del reality show  El Bar Provoca, producido por Televisa y Endemol México y conducido por  Roberto Palazuelos.
Charaf sostiene que la animadversión en su  contra tiene como finalidad evitar el pago que le corresponde por las  utilidades de la contratación de actores como imágenes de gobiernos de  los estados o de campañas electorales, como el caso de Angélica Rivera  en el Estado de México o de Mayté Perroni y Raúl Araiza para el Partido  Verde.
 Ataque a Grupo Reforma
 De manera casi imperceptible, el 30 de  agosto en El Noticiero de Joaquín López Dóriga se inició una campaña  contra Alejandro Junco, propietario del Grupo Reforma, editor de El  Norte, Reforma y Mural, entre otros impresos. 
López  Dóriga aludió a un mensaje enviado en Twitter por el empresario  regiomontano Lorenzo Zambrano, quien convocó a los hombres de negocios a  mantenerse en la entidad. “Quien se va de Monterrey es un cobarde”,  decía el mensaje. Televisa lo “ilustró” con Junco de la Vega, quien  desde 2008 vive en Austin, Texas.
Seis días después la campaña tomó otro  cariz. Del lunes 6 al jueves 9 de septiembre El Noticiero y todos los  espacios informativos de la televisora unificaron su cobertura acusando  al periódico Metro, del Grupo Reforma, de promover la trata de personas a  través de los anuncios clasificados de servicios sexuales. Violencia y  sexo, bomba de tiempo, titularon el “reportaje de investigación”.
Televisa entrevistó a legisladores, revivió un debate de meses  atrás que se dio en España para legislar en esa materia, entrevistó a  supuestas sexoservidoras que denunciaron el maltrato e ilustró con  varios anuncios clasificados lo que consideró “la doble moral” de  Reforma.
En Tercer Grado los comentaristas  coincidieron en que se trataba de “un caso muy grave” de falta de ética  periodística, pero no hicieron alusión a otros medios que también tienen  ese tipo de anuncios, entre ellos la revista TV y Novelas, propiedad de  Editorial Televisa.
La ofensiva contra Reforma duró una  semana. El periódico no respondió directamente, pero varios de sus  principales colaboradores advirtieron que el ataque era una respuesta a  la cobertura crítica que ese periódico realizó sobre el resultado de la  “ganga” de la Licitación 21, que favoreció claramente a la sociedad  Televisa-Nextel.
Sin embargo el ataque de Televisa no fue  producto sólo del interés de la televisora. Proceso pudo confirmar que  detrás estuvo la autorización de Los Pinos para emprender en pantalla un  linchamiento contra el grupo editorial con el pretexto de los anuncios  clasificados.
Reforma ha publicado resultados de  encuestas que documentan los bajos índices de aprobación de Felipe  Calderón. En septiembre, en vísperas del ataque de Televisa, su sondeo  arrojó el más bajo nivel de aprobación al gobierno calderonista (55%).  En ese sondeo 59% opinó que la guerra contra el narcotráfico la estaba  ganando el crimen organizado.
Las farmacéuticas, el escándalo
El  linchamiento más reciente, previo al enderezado contra Proceso y el  reportero Ricardo Ravelo, ocurrió entre el 9 y el 12 de noviembre  pasados cuando El Noticiero difundió dos llamadas telefónicas que  documentaban “la relación corrupta a base de comisiones y sobornos”  entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y los laboratorios  farmacéuticos.
El caso fue una pifia de Televisa. La  persona a la que se presentó como “funcionario aún no identificado” que  negociaba con Rafael Castro, del laboratorio Novartis, era en realidad  Carlos Abelleyra Cordero, presidente de la Cámara Nacional de la  Industria Farmacéutica de 2007 a 2009 y presidente ejecutivo de la  compañía Stendhal.
Este semanario documentó que detrás del  linchamiento estaban los intereses del vicepresidente de Televisa,  Bernardo Gómez, en el laboratorio Landsteiner –sancionado por la  Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios–, así como la  sociedad del consorcio con Gennoma Lab y la búsqueda de una  multimillonaria adjudicación de telefonía interna del IMSS para Bestel,  subsidiaria del grupo que preside Azcárraga Jean (Proceso 1776 y 1777).
La sospecha de un acuerdo entre Televisa y Calderón también  salió a relucir. Bestel impugnó en octubre de este año las bases de  licitación para otorgar –por 2 mil millones de pesos– una red interna de  telecomunicaciones en el IMSS. Los abogados de Bestel argumentaron que  dichas bases beneficiaban a Telmex.
El pasado 11 de  noviembre el juez Francisco Rebolledo le otorgó un amparo a  Bestel-Televisa. En esa fecha concluyó la campaña sobre la “red de  corrupción” en el Seguro Social.
Publicidad a Televisa
La campaña contra Ricardo Ravelo y Proceso,  iniciada el miércoles 1, coincidió con una larga entrevista de Joaquín  López Dóriga a Felipe Calderón en el Canal 2, para hablar sobre sus  nuevos retos en vísperas del cuarto año de gobierno. Asimismo, la  cobertura favorable y la amplia difusión de esa entrevista coinciden con  un incremento sustancial para el gasto en Comunicación Social y  Publicidad que el gobierno federal planea para 2011.
Según  el Presupuesto de Egresos el gasto en esta materia pasará de mil 670  millones de pesos en 2010 a mil 940 millones en 2011. Más de 50% de ese  gasto se destinará a la televisión.
Un estudio del  Centro de Análisis e Información, Fundar, destaca que sólo en 2009 el  gasto en Comunicación Social y Publicidad del gobierno de Calderón  “aumentó 501% respecto de lo que se gastó en el último año del gobierno  de Vicente Fox” y además el gasto ejercido ese mismo año “fue 145% mayor  de lo que se había presupuestado y 49% más de lo que se gastó en 2008”.
El análisis de Fundar no tiene aún el gasto real ejercido al  finalizar 2010, pero advierte en su reporte, del cual Proceso obtuvo una  copia, que existen “grandes divergencias” entre lo que reportan las  dependencias de gobierno.
De lo que no hay duda es que el principal  cliente de publicidad en televisión es el gobierno federal. Pese a los  montos manejados en el Presupuesto de Egresos, un reporte de KP Central  Media (empresa de Carlos Alazraki) basado en tarifas publicadas, calcula  que sólo en 2009 el gobierno de la República destinó 4 mil 585 millones  52 mil pesos a publicidad en televisión. 60% fue a los canales de  Televisa.  l
Fuente:  Proceso 

 
 
 
 







 
 Entradas
Entradas
 
 





No hay comentarios.:
Publicar un comentario