MÉXICO, D.F. 19 de febrero (apro).- Los golpes bajos y los jaloneos iniciaron entre aquellos que buscan ejercer un control sobre el ente “fiscalizador” de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), es decir la Unidad de Evaluación y Control (UEC).
Ellos saben que “algo” sucede en la ASF, por eso su descontento a las observaciones e indagaciones que la UEC está haciendo a esa dependencia.
Vayamos por partes: para entender qué es lo que ocurre en uno de los organismos más importantes de la Cámara de Diputados que, a su vez, debe servir para que los ciudadanos conozcan de las irregularidades y, en algunos casos, tropelías y corruptelas que se cometen en diversas secretarías
Me refiero a la ASF, un organismo que depende de la Cámara de Diputados que se encarga de revisar si el presupuesto que ésta le autorizó a las secretarías y los poderes Judicial y Legislativo, así como a los órganos autónomos (léase Pemex, IFE, IFAI), se aplica correctamente.
Desde su creación, en 2002, el trabajo de la ASF y sus funcionarios no ha sido cuestionado por el organismo encargado de verificar su labor –la UEC– y tampoco por los grupos parlamentarios, en virtud de que el desempeño ha sido pulcro, aunque cabe aclarar que en una ocasión fue cuestionado con aquella “observación” a un cheque que emitió uno de los hijos de Marta Sahagún (esposa del expresidente Vicente Fox) para que uno de sus amigos pudiera adquirir bienes que estaba “rematando” el gobierno federal.
Sin embargo hoy, por primera vez, el auditor del auditor, es decir la UEC, mantiene dudas razonables sobre algunos funcionarios de la ASF. Además, cuestionó el hecho de que haya aceptado la entrega de 47.7 millones de pesos de parte de uno de los entes auditados (Secretaría de Hacienda), y a las oficinas de la UEC han llegado denuncias serias sobre el desempeño del director de capacitación, a quien han acusado de cobrar 20% de comisión por cada contrato que da a prestadores de servicios externos.
Puede ser que todos estos señalamientos tengan una justificación o un sustento legal, pero por lo pronto a la UEC le han hecho ruido, y así lo ha manifestado en diversos documentos en poder de esta reportera.
La labor del titular de la UEC, Roberto Michel Padilla, ha sido impecable. Desde que llegó como titular de ese ente, el 30 de abril de 2003, y hasta esta fecha, ha trabajado de manera escrupulosa y ha indagado sobre el trabajo realizado por la ASF.
De ahí que resulte preocupante que ahora la UEC de Michel Padilla haya emitido oficios donde relata posibles anomalías en la dependencia encargada de revisar, justamente, el buen funcionamiento de las secretarías y otros órganos.
Tampoco se explica que algunos diputados no estén de acuerdo con las observaciones de la UEC e incluso consideren que es momento de “desaparecer” a este organismo, bajo el argumento de que en ninguna parte del mundo el ente que se encarga de auditar al gobierno federal está sometido a otro organismo para vigilarlo.
De acuerdo con el artículo 102 de la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, la UEC tiene, entre otras, la obligación de “vigilar el estricto cumplimiento de las funciones a cargo de los servidores públicos de la ASF”. Y si Michel Padilla únicamente cumple con sus obligaciones, no se entiende por qué el malestar de algunos legisladores.
En su edición de esta semana, la revista Proceso (número 1789) reveló los oficios en los que Michel Padilla manifiesta sus dudas sobre el desempeño de funcionarios de la ASF (incluso a uno de ellos lo tiene suspendido), y también dio a conocer documentos que fueron entregados a la UEC por el presunto cobro de comisiones.
El tema molestó a algunos legisladores, quienes incluso manifestaron la pretensión de “destituir” al titular de la UEC, que de hacerlo generarían más dudas sobre lo que ocurre en la ASF.
El de la idea fue el diputado del PRI Humberto Lepe Lepe, quien ante algunos integrantes de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados consideró que, debido a lo que se publicó en Proceso, era mejor sustituir a Roberto Michel Padilla.
El legislador bajacaliforniano está ligado desde hace varios años a la diputada Beatriz Paredes Rangel, y otro diputado cercano a la coordinadora del PRI en San Lázaro ha comentado que sería bueno “desaparecer” la UEC.
¿Por qué el interés hacia el quehacer de la UEC? Bueno, porque entre los políticos, la ASF es considerada el órgano técnico que hace las auditorías al gobierno federal, mientras que a la UEC se le ve como el ente político. A final de cuentas no es así, aunque, ciertamente, la UEC tiene un gran poder al ser el “auditor del auditor”.
Los golpes bajos hacia la UEC y hacia su titular, Roberto Michel Padilla, tienen, por el momento, otra razón: el relevo.
Michel Padilla llegó a la Unidad el 30 de abril de 2003 y fue electo por ocho años, así que su tiempo concluye oficialmente en dos meses más, aunque puede ser reelecto.
Y quienes pretenden apoderarse o por lo menos influir en la UEC serían quienes hoy utilizan el trabajo de Proceso para descalificar a Michel Padilla y poner en su lugar a alguien afín a ellos o, en su defecto, desaparecer la Unidad.
Pero ni una ni otra cosa sucederá. Primero, porque la UEC forma parte de la estructura de la Cámara de Diputados, y requeriría del apoyo de todos los grupo parlamentarios para su desaparición. Y, en segundo lugar, a los diputados no les conviene destituir a Michel Padilla, no en estos momentos en que se acaba de entregar la cuenta pública de 2009, correspondiente al tercer año de gobierno de Felipe Calderón.
La UEC, además de vigilar el buen desempeño de los funcionarios de la ASF, revisa y desgaja las auditorías realizadas por ese organismo. Y a los diputados les explica, casi con manzanas, lo que la ASF quiere decir en sus voluminosos documentos de cuenta pública.
Pero lo más importante de todo es que no hay un solo elemento que justifique el relevo de Michel Padilla. De hecho, una reelección por un periodo más es lo que más conviene a los legisladores en este momento de revisión de cuenta pública, con una elección presidencial en puerta.
En la Cámara de Diputados se adjudica la paternidad de la ASF al priista Francisco Rojas, debido a que Juan Manuel Portal, el auditor superior de la Federación, se desempeñó al lado del priista en varias dependencias, entre ellas la llamada Secretaría de la Contraloría de la Federación (Secodam) y en Petróleos Mexicanos.
Es claro que hoy la UEC tiene la animadversión de otro de los grupos al interior del PRI, y ante la ya cercana conclusión del periodo de Michel Padilla (30 de abril), se podría pensar que uno más de los grupos políticos del Revolucionario Institucional pretende apoderarse del contrapeso de la ASF, es decir la UEC, incluso si ello implica la reelección del actual titular.
El desenlace lo veremos en los siguientes meses. En tanto, no está de más decir que la ciudadanía debe vigilar al vigilante, denunciar lo que pueda suceder dentro, algo que al parecer los legisladores desconocen, y que también se pidan cuentas a la Auditoría Superior de la Federación.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
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