"El Estado se está cayendo a pedazos": Montemayor

Narcos, banqueros y medios "hacen lo que quieren"

JOSE GALAN

Al reprimir movimientos sociales y otorgar al mismo tiempo todas las facilidades a las grandes corporaciones, el Estado mexicano no sólo demuestra que es débil, sino que se encuentra en proceso de desmantelamiento, pues carece de fuerza y cohesión para salvaguardar el estado de derecho, coincidieron en señalar Carlos Montemayor, Miguel Concha, Luis Hernández Navarro y Gilberto López y Rivas, en la segunda edición del foro México, estado de excepción: de Atenco a Oaxaca.

En el aula magna Fray Alonso de la Veracruz, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, los asistentes a la reunión -organizada por Adolfo Gilly- pudieron observar dos videos sobre los hechos en Oaxaca, e inclusive parte del informe de la Comisión Civil Investigadora de los derechos Humanos de la entidad (CCIDHO).

El escritor Carlos Montemayor aseguró que los testimonios de personas detenidas y torturadas le recordaron frases que escuchó durante su niñez en zonas rurales de su natal Chihuahua.

"Se los llevó el gobierno" o "anda aquí, buscando, el gobierno". Son frases que se dicen en los pueblos, porque aparentemente el gobierno es fuerte, pero hay que ir más allá: "es un Estado débil, que se está desmantelando: no tiene capacidad para cobrar impuestos a los grandes consorcios, que deberían ser los grandes contribuyentes, pero sí la tiene para (cobrar) impuestos al consumo", que afectan siempre a la mayoría de la población.

Por otra parte, dijo, "el narco hace lo que quiere y las mineras ponen en riesgo la vida de millones de personas, como en San Luis Potosí, debido a la contaminación. Quien tiene capacidad toma su espacio, como los medios de comunicación, los banqueros y los magnates. Así, la paz social es un concepto colgado de alfileres". Y luego se preguntó: "¿qué hacer? El Estado se está cayendo a pedazos. La poca fuerza del gobierno ilegítimo es en realidad el símbolo restante de un Estado agónico que quiere mandar sobre muchos que no se deciden a ocupar el espacio que les corresponde".

Vaciamiento del Estado

Para Miguel Concha, se trata del "vaciamiento" del Estado democrático de derecho, pero también de una "refuncionalización" del Estado en beneficio del gran capital asociado con empresarios mexicanos, en beneficio de los intereses geoestratégicos de la Casa Blanca.

De allí, dijo, la importancia del informe de la CCIDHO, que evidencia acciones gubernamentales que son un eslabón de la estrategia jurídica, política y militar para lograr el control y amedrentar a la población civil, justamente ahí donde hay movimientos sociales y partidistas; se trata de una represión no selectiva, sino masiva.

"Y lo que resalta es la voluntad de un pueblo de establecer un pacto social distinto al que le han impuesto en los últimos años, un orden jurídico distinto, es decir, un verdadero Estado democrático de derecho, participativo, incluyente, pero eso no lo permiten quienes han vaciado al Estado para refuncionalizarlo en favor del gran capital", sostuvo Concha.

Luego de relatar el caso de un humilde vendedor de raspados, Ismael Cruz Caballero, detenido en Oaxaca, acusado de ser un personaje peligroso y subversivo, cuyo encarcelamiento dejó sin apoyo a su mujer y cuatro niños, Luis Hernández Navarro afirmó que en la tierra de Benito Juárez el respeto al derecho ajeno por parte del poder no es la paz, sino una quimera.

Amarga ironía, subrayó el coordinador de opinión de La Jornada: México, que encabeza la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, es uno de las principales violadores de las garantías individuales; sus instituciones de procuración de justicia transforman a luchadores sociales en delincuentes, y el responsable de la política interna, el titular de la Secretaría de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ha sido señalado como uno de los peores violadores de derechos humanos. Sin embargo, pese a esta tendencia, "sus buenas conciencias callan ante las atrocidades".

De este foro surgió la propuesta para crear un comité de defensa de presos políticos, proyecto asumido por Gilberto López y Rivas, quien lo consideró "necesidad inaplazable", y recordó que la consigna "libertad a los presos políticos" ha acompañado a los movimientos sociales en el México moderno.