Antonio Gershenson
En varios países se está dando un proceso de uso creciente de etanol -que aquí se ha conocido como alcohol de caña-, mezclado con la gasolina u otros combustibles. Sustituye a otros oxigenantes o antidetonantes, como el MTBE, muy usado hasta hace poco en Estados Unidos. Luego de algunos accidentes con graves consecuencias, y la contaminación de pozos, el MTBE se ha dejado de usar gradual, pero rápidamente, en el país vecino, y en su lugar ha entrado el etanol. Este fenómeno se ha ido generalizando en ese país por la prohibición de agregar MTBE a la gasolina en varios estados, empezando por California y Nueva York. En México se ha copiado la primera parte, importar MTBE, pero no la segunda, sustituirlo por alcohol.
El caso más importante de fabricación y uso de etanol es el de Brasil. Allá se trató ante todo de sustituir la gasolina derivada de un petróleo que tenían que importar. Por un lado, han aumentado su producción de petróleo, pero al mismo tiempo han sustituido porcentajes crecientes de la gasolina con etanol.
Este combustible líquido se puede producir a partir de diferentes vegetales, pero en América mayormente a partir de la caña de azúcar -como en Brasil, primer productor y primer consumidor mundial de etanol-, o del maíz -caso principal en Estados Unidos, sobre todo ahora con su creciente demanda-, de los cuales es sabido que ambas plantas son producidas en escala importante en México.
Desde que las tortillas subieron de precio de manera escandalosa, se han discutido posibles causas del alza. Entre ellas se ha mencionado el gran aumento del consumo -en Estados Unidos- de maíz para producir etanol, que ahora surte a las refinerías de petróleo, pues las gasolinas reformuladas requieren de etanol y no de MTBE para cumplir con su norma de oxígeno. Y se han expresado, generalizando, opiniones en el sentido de que el etanol va a causar hambre y que debe ser descartado.
Tenemos que ver el problema desde México, y considerar la realidad mexicana actual. De acuerdo en que si se producen aquí grandes cantidades de etanol a partir del maíz, eso presionará al alza el precio de las tortillas, otra vez. Pero, ¿para qué? Ya se produce alcohol en los ingenios azucareros. Habría que hacer algunos cambios relativamente menores, sea en los ingenios o en las refinerías, pero es mucho más barato que construir desde cero instalaciones para procesar el maíz con un propósito similar. Y usando caña, se genera empleo en los ingenios, pero en mayor escala entre los campesinos cañeros. Sería un primer paso para rescatar el campo.
Además, ¿cuál es el principal producto del actual consumo de la caña? ¡El azúcar! ¿Y quiénes son las principales consumidoras de azúcar? ¡Las productoras y envasadoras de refrescos! Empezando por la mayor de ellas, la Coca-Cola. ¿Qué podría subir de precio si crece mucho la demanda de caña para fabricar etanol? Pues el azúcar, y como consecuencia los refrescos, empezando por la Coca-Cola, que usa mucha azúcar en el refresco para contrarrestar el sabor agrio del ácido fosfórico. Y eso podría reducir el consumo de los productos encarecidos. ¿De veras es eso tan trágico?
Hace unos días, en estas páginas se publicaron declaraciones de un diputado al respecto, y el encabezado decía: "Refrescos causan obesidad, diabetes, gastritis y otros males". Se señala en esa declaración que ha aumentado el consumo de refrescos a costa del de alimentos nutritivos. Hay que señalar aquí que los refrescos Pascual, cuya cooperativa está en problemas, usan fruta y menos azúcar.
De lo anterior se deduce que la oposición a que en México se produzca etanol, o alcohol de caña purificado, a partir del maíz, se justifica para defender un alimento básico; pero es correcto producir este energético a partir de la caña. Si se sustituye 5 por ciento de la gasolina con etanol, no sólo tendremos un beneficio ambiental, y una mejor combustión. Tendremos una reducción en las importaciones de gasolina. Si en un momento dado se importaba 25 por ciento del consumo total, con esta medida las importaciones se reducirían a 20 por ciento. Y la tarea de lograr independencia en materia de este producto sería más accesible mediante la construcción de nuevas refinerías.
No, visto así, no es trágico que sacasen el etanol del azúcar pues eso perjudicaría a la Coca Cola y beneficiaría la salud de los mexicanos, lo trágico es que la Coca Cola para el gobierno espurio está antes que los mexicanos por tanto antes de sacrificar las ganancias de Coca Cola querrán sacrificar al pueblo mexicano sacando el etanol del maíz, eso es lo trágico.
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