Carlos Fernández-Vega
Con 46 a favor y 19 en contra, se despenalizó el aborto en la capital del país
En bancos, la buena, la mala y la pésima
Allá por julio del año pasado, las hordas panistas decían que en una democracia "un solo voto de diferencia es más que suficiente". Eso, claro, siempre y cuando la balanza y las instituciones les resulten favorables y proclives, respectivamente, lo que no sucedió ahora en su fanática intentona por frenar, con la cruz en la mano, la despenalización del aborto en el Distrito Federal.
Con 70 por ciento de los votos en contra de su postura del siglo XVI, ahora la fanaticada panista se olvida de aquella frase por ella misma pronunciada y defendida a mediados del año pasado. El problema para ella es que no fue uno, sino 46 (de 66 en total) los votos en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal los que avalaron la despenalización del aborto en esta ciudad. Su causa sólo acumuló 19, con una abstención en el decorado de ayer.
Instalado en la prehistoria, con la militancia más fanática y retrógrada como punta de lanza, una vez más el PAN mordió el polvo en la capital de la República, y la decisión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal puede derivar en muchas más en los Congresos estatales, que finalmente provoquen un acuerdo federal.
Un solo voto es más que suficiente, decían, pero siempre a su favor, desde luego. Bienvenida, pues, esta decisión, aunque las Adoradoras Nocturnas se tornen diurnas, las de la Vela Perpetua cambien el cirio por la guadaña, y el pobre monseñor Carlos Abascal, por fin, salga del closet vestido de cristero.
Ya entrados en candela, con riesgo a la excomunión y la condena de la fanaticada religiosa, van algunas estadísticas herejes sobre el aborto en América Latina, cortesía de la Cepal y el Banco Interamericano de Desarrollo, dos instituciones no precisamente promotoras de esa alternativa.
En toda la región, independientemente del nivel de desarrollo, son comunes los embarazos no planeados. El porcentaje de nacimientos recientes que notifican las mujeres como inoportunos o no deseados va de 29 por ciento en Guatemala a 54 por ciento en Haití. En cuanto al bienestar de la mujer y los niños, preocupan en particular los nacimientos no deseados (en mujeres que posteriormente dicen que no querían más hijos en el momento en que se embarazaron).
En Bolivia y Perú, por ejemplo, aproximadamente 37 por ciento de las mujeres que habían dado a luz durante los cinco años previos a la encuesta demográfica y de salud indicaron que no querían tener más hijos, incluso en Colombia, un país relativamente desarrollado, alrededor de 23 por ciento de las mujeres notifican que habían decidido no tener más hijos antes de su embarazo más reciente. Los nacimientos inoportunos tienden a ser más comunes entre las madres adolescentes, en tanto que los nacimientos no deseados son más típicos de las mujeres de más edad.
En América Latina y el Caribe, las mujeres que desean interrumpir un embarazo no deseado tienen pocas opciones que no presenten riesgos. Si bien el aborto está sujeto a restricciones legales en todos los países de la región, con la excepción de Cuba, es común, y en la mayoría de los casos se realiza en condiciones poco higiénicas. El informe más fidedigno sobre el tema indica que el aborto es común en Perú y en Chile, donde, en promedio, casi una de cada 20 mujeres en edad reproductiva tiene un aborto cada año.
Se estima que México registra la incidencia más baja de aborto de la región: en promedio, cada año aproximadamente una mujer entre 40 se somete a un aborto. No obstante, en promedio, la mujer mexicana se habrá sometido por lo menos a un aborto antes de los 50 años.
Las elevadas tasas de aborto, combinadas con condiciones a menudo poco seguras y no reguladas, en las cuales se efectúa este procedimiento, tienen consecuencias devastadoras para la salud. En América Latina y el Caribe se calcula que una quinta parte de las defunciones maternas se atribuyen a problemas relacionados con el aborto, y que 40 por ciento de las mujeres que se someten a abortos son víctimas de graves complicaciones.
Las defunciones relacionadas con las complicaciones del aborto inseguro representan un porcentaje elevado que, por su alto subregistro, se estima en mucho más del 11 por ciento que figura en las estadísticas oficiales. Las complicaciones del aborto suelen ser una causa importante de la mortalidad materna en países de la región. Sin embargo, la magnitud real del aborto es desconocida por las características de clandestinidad, ilegalidad y penalización que lo rodea.
La falta de legislación sobre el aborto perjudica sobre todo a las mujeres pobres. Los riesgos del aborto inducido para la salud de la mujer tienen una alta vinculación con los métodos utilizados, el momento del embarazo en el que se realiza, la competencia técnica de la persona que lo aplica, el estado de salud de la embarazada y la calidad de los cuidados médicos recibidos. La penalización del aborto impide o dificulta la atención de las mujeres pobres cuanto tienen complicaciones por abortos inseguros.
Las rebanadas del pastel
Una buena, otra mala y una pésima: la primera, que los senadores aprobaron la Ley de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, con el fin de regular el cobro de servicios financieros y reducir número y monto de las comisiones que clavan a sus usuarios bancos y casas comerciales; la segunda, que serán Condusef, Profeco y Comisión Nacional Bancaria las encargadas de vigilar y sancionar a las instituciones financieras que cobren comisiones "muy altas" o, lo que es lo mismo, las entidades gubernamentales que han permitido cualquier cantidad de excesos de los que supuestamente vigilan y regulan; la tercera, que si los bancos violan la citada ley, las multas no pasarán de 500 mil pesos, cuando las comisiones significan un multimillonario negocio.
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