miércoles, mayo 16, 2007

La misma brújula rota

Carlos Fernández-Vega

Con la misma brújula rota utilizada en aquellos felices tiempos en los que operaba como fiel escudero del gobierno del "cambio", el ahora secretario de Economía de la "continuidad", Eduardo Sojo, recurre a su vieja libreta de apuntes para recordar el estribillo: "México puede superar una desaceleración en Estados Unidos (porque) cuenta con una economía interna muy sólida".

Exactamente lo mismo dijo allá por mayo de 2001, cuando despachaba como jefe de la oficina foxista para las Políticas Públicas y coordinaba el gabinete económico, y lo afirmó justo en el momento en el que la desaceleración económica estadunidense se profundizaba y el gobierno mexicano presentaba su Programa para fortalecer la economía; acciones de un gobierno responsable, que no sirvió para nada ni evitó el golpe.

Eso celebraba el optimista escudero foxista/calderonista, quien hacía coro con el entonces inquilino de Los Pinos, el cual, sonriente, afirmaba que "la economía mexicana está más fuerte que nunca" y lo que registramos "es un simple atorón", mientras Martita, todavía en su papel público de vocera presidencial, terciaba: "en México no hay crisis, ni plan B, ni emergencia, ni contradicciones, ni desaceleración económica".

La octava maravilla, pues, pero la "solidez" de la economía mexicana, "más fuerte que nunca", que no estaba en crisis ni en desaceleración ni tenía plan B, se tradujo en un "crecimiento" promedio anual de 0.63 por ciento en el trienio que se prolongó la desaceleración económica en el vecino del norte, periodo en el que se cancelaron cientos de miles de empleos y se consolidó la expulsión masiva de mano de obra nacional, entre otras gracias, al tiempo que Fox invocaba a la madre Tonatzin para que lo sacara del "atorón".

Algo similar ocurre en este 2007. Seis años después de aquel mayo de 2001, Eduardo Sojo se fue a París para repetir el estribillo en una reunión de la OCDE y "convencer" a los asistentes que lo falso es verdadero. Parece que de nada le sirvió la experiencia del "cambio", ni registró lo que su optimismo le costó al país en términos de crecimiento y desarrollo, porque hoy como ayer, sonriente y seguro, afirma que "la fortaleza de la economía mexicana implica que el país está mejor preparado que en el pasado para enfrentar una desaceleración en Estados Unidos". Ello, a pesar de que una semana antes de tomar posesión como secretario de Economía del gobierno calderonista reconoció que el menor crecimiento de la economía estadunidense en 2007 "sin duda va a tener un impacto en nuestro país".

En mayo de 2001, una tras otra se esfumaban las promesas foxistas de campaña, especialmente aquella del 7 por ciento de crecimiento económico y generación de un millón 350 mil empleos formales por año. La desaceleración estadunidense pegó muy fuerte, y mientras en el discurso se aseguraba que la economía mexicana "está más fuerte que nunca", en los hechos el recorte presupuestal se hizo cotidiano, la modificación a la baja de los pronósticos económicos se aceleró y la tasa de desempleo se desbocó. Y Sojo, junto a Fox y Martita, repetía que México "está preparado", mientras comprobaban la incompetencia de la madre Tonatzin en cuestiones económicas.

Tijeras en mano, el gobierno foxista comenzó a recortar el presupuesto en mayo de 2001, mientras en conferencia de prensa en Los Pinos, Eduardo Sojo subrayaba que "existen signos alentadores en la nueva fortaleza que ha adquirido la economía mexicana" (a su lado estaba Francisco Gil Díaz, entonces secretario de Hacienda y hoy director de trasnacional telefónica, quien más flojito reconocía que "de la desaceleración mundial no hay escapatoria, y ningún país se salva"; especialmente México, añadiríamos; y no se salvó: 2.2 por ciento de "crecimiento" promedio anual en el sexenio lo certifica).

Como la registrada en 2001, la nueva desaceleración económica estadunidense se cantó mucho tiempo atrás, y hasta los más optimistas entre los optimistas del equipo foxista se animaron a encender las señales de alarma poco antes de concluir el sexenio del "cambio". Pero ni así. El gobierno entrante actúa con la misma ligereza que sus antecesores (¿será porque alrededor de 60 por ciento del "nuevo" gabinetazo proviene del foxismo?) y pretende evitar el golpe a base de discursos y estribillos.

Entonces, ¿aguantará el país otro sexenio de "economía interna muy sólida", que "está más fuerte que nunca" y "mejor preparada que en el pasado"?

Las rebanadas del pastel

Elba Esther Gordillo está muy contenta: mientras los maestros le recordaban la progenitora por el reciente "aumento" salarial, la profesora agradecía al inquilino los suculentos premios recibidos hasta el momento (léase ISSSTE, Lotería Nacional, secretaría ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la rebanada más gruesa de la Secretaría de Educación Pública y demás pagos en especie)... De la lectoría: "si ya el pueblo los enriqueció (a los barones) con la utilización de sus servicios y bienes, el pueblo puede quebrar estas grandes empresas no consumiendo nada de sus productos. Primero permitimos que nos hicieran una sociedad de consumo, y esto es producto de las televisoras. Si todos volvieran al tiempo de las canastas para ir al mercado, si compráramos el pan en la panadería del vecindario, si fabricáramos nuestra agua de limón o frutas. Si regresáramos al tiempo de los pañales de tela, cuánto bien haríamos no sólo a nuestra economía sino al medio ambiente, sin bolsas de papas que tapen las coladeras, pañales desechables que no son biodegradables, botellas de plástico que ahogan, al igual que a nuestra economía, al país entero. Sueño con que algún día los mexicanos realmente, como lo dice nuestro glorioso Himno Nacional, luchemos, pero unidos" (Xochitl Alvarez Pulido, xochitl_al@yahoo.com.mx)

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