miércoles, julio 25, 2007

Demandan a Gobernación actúe contra el activismo de la Iglesia

Busca desviar atención en caso de pederastia: PRD

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Distrito Federal reprobó las opiniones de la Arquidiócesis de México sobre la relación del gobierno capitalino con el federal y pidió a la Secretaría de Gobernación actúe y haga efectiva la vigencia del artículo 130 constitucional a fin de preservar la sana separación que debe existir entre Estado e iglesias.

Consideró también que se trata de una táctica mediática premeditada para distraer la atención de la opinión pública sobre el interrogatorio al que será sometido el cardenal Norberto Rivera por una demanda interpuesta por una de las víctimas del sacerdote Nicolás Aguilar, acusado de pederastia, en la que se le acusa de encubrimiento.

En un comunicado, el líder del sol azteca local, Ricardo Ruiz Suárez, dijo que de nueva cuenta la Iglesia católica interviene en política, colocándose del lado del poder, mediante una crítica infundada hacia las autoridades y las instituciones del Distrito Federal ignorando un movimiento social legítimo y pacífico en defensa del sufragio efectivo y la imposición.

Subrayó que la Arquidiócesis de México viola el artículo 130 constitucional que establece limitaciones contundentes a las iglesias para intervenir en política partidista al criticar desde el semanario Desde la Fe, a las autoridades capitalinas, legítimamente electas e inmiscuirse en asuntos de orden civil y opinar sobre cuestiones políticas.

En ese sentido, recomendó al cardenal Norberto Rivera que no se rasgue las vestiduras por las manifestaciones de carácter cívico en la Catedral Metropolitana, por que su intromisión en asuntos políticos y su intención fallida de contraponer a los ciudadanos del Distrito Federal con sus autoridades, dan pie para ello.

El pasado fin de semana, la Arquidiócesis de México en el editorial de su semanario Desde la Fe, pidió al titular del Ejecutivo local, Marcelo Ebrard, cambiar su actitud de empecinamiento de no reconocer a Felipe Calderón como presidente, con el argumento de que expone a la capital del país y a sus ciudadanos a una situación de irregularidad en relación con el resto de la nación.

Aún más, argumentó que la falta de "congruencia" y la "inconsistencia" del jefe del Gobierno había quedado en evidencia con la recepción del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el exhorto a la Secretaría de Hacienda para que se otorgue más fondos a la ciudad.

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