Carlos Fernández-Vega
Acostumbrada a obtener la ficha ganadora (toma todo), Televisa debe sentir muy cerca la navaja como para hacer pública su queja en torno de una propuesta de gravamen incluida en la "reforma" fiscal calderonista: el impuesto de 20 por ciento a las ganancias en juegos y sorteos, un negocio en el que la "fábrica de sueños" (Azcárraga dixit) recientemente incursionó por obra y gracia del foxismo.
La CETU (Contribución Empresarial a Tasa Unica) tampoco es de su grado, ni el gravamen de 2 por ciento a los depósitos en efectivo, aunque para estos casos el consorcio ha utilizado mecanismos y canales tradicionales para manifestar su inconformidad, pero en lo relativo al impuesto a las ganancias en juegos y sorteos el grito en el cielo ha sido abierto, sonoro y coincidente con su reporte financiero correspondiente al segundo trimestre de 2007, el cual no es todo lo favorable que Televisa hubiera deseado.
En voz de su vicepresidente ejecutivo, Alfonso de Angoitia, el brazo derecho de Emilio Azcárraga Jean, Televisa reclama que "el impuesto es extremadamente alto, y (la del juego) es una industria en desarrollo y si le impones un tributo de esa magnitud (...) la afectará severamente".
En realidad, la industria del juego es tan vieja como la humanidad misma, pero como Televisa apenas incurrió en ella en 2005, tras los generosos permisos de precampaña que le otorgó el ahora sentido Santiago Creel, cree que esta actividad nace con ella y tiene derecho de exigir impunidad fiscal, como en tantas otras actividades.
A la fecha, el consorcio ha invertido alrededor de 37 millones de dólares en su negocio de juegos y sorteos. En este renglón la información es detallada, no así la relativa a las ganancias obtenidas desde que en mayo de 2005 obtuvo sus 130 permisos (mitad para centros de apuestas remotas e igual proporción para salas de sorteos de números) con 25 años de vigencia, para su nueva empresa Apuestas Internacionales, creada tres meses antes de que la Secretaría de Gobernación, con Creel de inquilino, oficialmente le diera el visto bueno.
De acuerdo con la quejumbrosa Televisa, en voz de Angoitia, el citado impuesto de 20 por ciento "pondría en riesgo" la apertura, en los próximos meses, de seis salas de juego adicionales a las ocho en funcionamiento. Según su propia información, la "fábrica de sueños" tiene planeado abrir 65 bingos y salones de apuestas deportivas en los siguientes ocho años. Sus firmas comerciales son Play City y Multijuegos, que no pocas utilidades le generan, aunque en su reporte financiero vienen disfrazadas dentro del renglón "otros negocios". Por cierto, su principal competidor es el Grupo Caliente, del pulcro Jorge Hank Rhon, el resucitado candidato priísta al gobierno de Baja California.
La queja de Televisa por el gravamen referido parece ser parte de su terapia ante los desalentadores resultados financieros en el segundo trimestre de 2007, periodo en el que los principales indicadores reportaron descensos: las ventas netas bajaron 3.7 por ciento; la utilidad de operación, 11.9 por ciento; las ganancias netas, 5.4 por ciento, y las atribuibles al interés minoritario 15.4 por ciento. De cualquier suerte, el ingreso trimestral no es para que sus accionistas mueran de hambre: 9 mil 808 millones de pesos por ventas y 2 mil 247 millones de utilidades netas.
Concluida la jauja por motivos electorales, la "fábrica de sueños" debe seguir con el negocio tradicional. Las ventas en el segmento de televisión abierta fueron 15.5 por ciento menores a las registradas en el mismo periodo de 2006 (cuando las campañas políticas estaban a tope), pero, explica Televisa, fueron parcialmente compensadas por mayores ventas en los segmentos de "otros negocios", entre ellos los juegos y sorteos, Sky, televisión por cable y exportación de programación. "La comparación desfavorable debido a las ventas de publicidad no recurrentes generadas el año anterior por las campañas políticas y por el Mundial de Fútbol".
Por el contrario, en el segmento de "otros negocios" Televisa indica que las ventas del segundo trimestre aumentaron 37.6 por ciento (592.7 millones de pesos contra 430.7 millones en igual periodo de 2006), como resultado de los "ingresos en el negocio de juegos y sorteos y mayores ventas en los negocios de fútbol y distribución de películas de largometraje. Estos incrementos fueron parcialmente afectados por menores ingresos en los negocios de Radio e Internet debido a menores ventas en la prestación del servicio SMS".
Y si a la casa matriz no le fue bien, en la sucursal la cosa está que arde, porque Tv Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, también reportó sus resultados financieros al segundo trimestre de 2007, y entre sus resultados destaca, con respecto a igual periodo de 2006, la caída de 19 por ciento en las ventas netas y el desplome de 68 por ciento en las utilidades.
Hasta donde se sabe, el dueño de esta televisora no tiene permisos de Gobernación para salas de juegos y apuestas, pero de cualquier suerte está acostumbrado a la ficha ganadora, aunque igual que Televisa resiente la ausencia de campañas políticas como la de 2006. Justifica así la caída en sus números: "la magnitud de los ingresos relacionados con eventos extraordinarios hace un año fue determinante en el desempeño de las ventas este trimestre. Sin embargo, en meses subsecuentes la influencia de ingresos cíclicos se reduce sustancialmente, y nuestra programación genera oportunidades sin paralelo para campañas de publicidad exitosas, en un entorno económico que se anticipa más favorable".
Las rebanadas del pastel
De la lectoría y la desigualdad impositiva en el país: "una iniciativa privada (como la mexicana) con privilegios fiscales que invierte en el extranjero mas de 30 mil millones de dólares, nos dice lo suficiente para darnos cuenta de que la tributación no es la correcta". Mucho menos la política respectiva, (Dr. Leonardo Moctezuma, Cocoyoc, Morelos, siemprelys@yahoo.com).
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