Jaime Avilés
Dos subprocuradores, gente de Morales Lechuga
En Homicidios, un colaborador de Chapa Bezanilla
Más evidencias contra Félix Cárdenas y Rubalcava
El juez Alberto Rubalcava Ramírez, en entrevista el pasado 18 de junio Foto: Luis Humberto González
El 15 de junio, La Jornada divulgó el contenido de una agenda que, durante 2003, la secretaria Nora Patricia Millán Sánchez le llevó, día tras día, de enero a diciembre, a Carlos Ahumada Kurtz (en adelante CAK). En ella había una lista de "Gastos de Promoción de Ventas" (GPV) con los nombres de muchas personas que recibían dinero del novelesco corruptor. Entre esos beneficiarios estaban Ignacio Morales Lechuga, que fue procurador de la República en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, y el juez Alberto Rubalcava Ramírez, que el pasado mes de mayo dejó a CAK en libertad.
Tras la publicación de estos datos, Rubalcava afirmó en entrevista con Agustín Salgado y Raúl Llanos (La Jornada, 19 de junio): "desconozco por qué aparecen mi nombre y teléfono" en la agenda. Y para zafarse, mencionó la nota de Gabriela Romero Sánchez, quien marcó el número correspondiente al domicilio del juez y oyó una voz que le decía: "ya no vive aquí" (La Jornada, 16 de junio).
"Yo tengo viviendo en ese domicilio desde que nací", aseguró Rubalcava en la entrevista para "demostrar" que el número de ese teléfono era falso. Sin embargo, ni él ni nadie se refirió a otro teléfono que en la agenda de CAK, con la menuda letra de Nora Millán, figura como el del "trab" (o sea, oficina) del juez: el "2156-1052 ext 38 y 39". En aquella época, ese número pertenecía al conmutador del Reclusorio Sur y las extensiones al juzgado 66, en donde Rubalcava, en sus propias palabras, reconoció haber estado desde "el primero de enero de 2003 al 16 de febrero de 2007".
¿De dónde sacó la secretaria de CAK ese teléfono vinculado con ese juez? No lo tomó del directorio telefónico ni tampoco de la Agenda del Abogado, una publicación que sale a la venta cada año y ofrece todo lo que un litigante requiere para su quehacer profesional, como direcciones y teléfonos de todas las dependencias públicas del área de la justicia, y entre éstas, por supuesto, los nombres y teléfonos de todos los jueces capitalinos.
En la edición 2003 de la Agenda del Abogado consta que el juzgado 66 penal del Reclusorio Sur estaba a cargo de María Teresita de Jesús Montes Garza, pese a que Rubalcava asegura que él asumió ese cargo el primero de enero de 2003. ¿Qué pasa, entonces? Que la Agenda del Abogado 2003 "se terminó de imprimir en los talleres de Litográfica Oro SA, Antonio Maceo No. 9, Col. Escandón, México DF (en) Diciembre de 2002", y no alcanzó a registrar ese cambio porque fue posterior a su salida a la venta.
Lo anterior demuestra que tuvieron que ser fuentes de información particulares las que llevaron a la agenda de CAK el nombre del juez, así como el teléfono y las extensiones de su despacho en el Reclusorio Sur. No sé si se comprenda la importancia de este dato que vuelve a poner en entredicho la muy mermada credibilidad del procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas, ex abogado defensor de CAK, quien al saber que el 16 de febrero de 2007 el juez Rubalcava pasó al juzgado 12 de lo penal en el Reclusorio Norte y se hizo cargo del expediente del corruptor, no dijo ni pío, quizá porque ambos son miembros del grupo político que encabezan Ignacio Morales Lechuga, el también ex procurador Antonio Lozano Gracia y el ex senador Diego Fernández de Cevallos.
Que esos tres personajes están metidos hasta el cuello en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) lo demuestra lo siguiente: como titular de la PGR en el sexenio de Salinas, Morales Lechuga tuvo al licenciado Moisés Moreno como director de Consignaciones, y al licenciado Héctor Carreón como subdirector de la misma oficina. Cuando la PGR pasó a las manos de Lozano Gracia, en el sexenio de Ernesto Zedillo, Moisés Moreno ascendió a subprocurador de Control de Procesos, recomendado por Fernández de Cevallos. Por su parte, Carreón vivió esa etapa en el norte del país como delegado de la PGR en los estados de Durango, Sinaloa y Chihuahua.
Hoy en día, Moisés Moreno es subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas, y Héctor Carreón, subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, las dos áreas más importantes de la PGJDF, adonde llegaron invitados por Félix Cárdenas. Este, como cosa suya, nombró fiscales de ambas subprocuradurías a los jóvenes litigantes que trabajaban a su servicio en el bufete Félix, Izunza y Maluf, que llevó la defensa legal de CAK hasta que Félix Cárdenas tomó posesión de la PGJDF, en diciembre; entonces cambió de razón social, pero conservó a su cliente.
Pero si el procurador capitalino no protestó por la llegada del juez Rubalcava al juzgado penal 12 del Reclusorio Norte, al juez Rubalcava tampoco le importó que CAK nombrara como abogados defensores a José Luis Izunza, dizque "ex socio" de Félix Cárdenas en el despacho Félix, Izunza y Maluf, o a Jorge Nader Kuri, socio a su vez del despacho Valdés, Vázquez y Nader Kuri SC, integrado por Clemente Valdés, Macedonio Vázquez Castro y el propio Nader Kuri, con oficinas en Río San Angel 81, colonia Guadalupe Inn, al que también pertenece o perteneció hasta hace muy poco el subprocurador Moisés Moreno, cuya esposa, María Elena Leguizamo Ferrer, como titular del juzgado sexto penal, tiempo atrás le otorgó a CAK un amparo estratégico para ayudarlo a salir de la cárcel.
Actualmente, Leguizamo Ferrer trabaja en un instituto de investigaciones jurídicas que preside Lozano Gracia. Cuando La Jornada publicó en abril que el procurador Félix Cárdenas había premiado a uno de sus colaboradores con la medalla Ignacio Morales Lechuga, mucha gente no supo qué pensar. Hoy es obvio que, gracias a Félix Cárdenas, la PGJDF se ha convertido en un santuario de leguleyos y policías vinculados con Morales Lechuga, Lozano Gracia y Fernández de Cevallos, que representan lo peor del salinismo. Entre ellos, por ejemplo, acaba de ser nombrado fiscal de Homicidios Gustavo Salas, que jugó un papel destacado en el caso de la finca El Encanto, donde el brazo derecho de Lozano Gracia, Pablo Chapa Bezanilla, sembró un cadáver y trajo a una vidente llamada La Paca para que "adivinara" en qué parte del jardín estaba enterrado ese cuerpo.
Marcelo Ebrard ha puesto en marcha una serie de programas sociales que continúan y profundizan el proyecto alternativo impulsado por Andrés Manuel López Obrador. Su negativa a reunirse con Felipe Calderón y a mantener sus diferencias con el "gobierno" de los usurpadores es digna de elogio, pues contrasta con la indignidad de los gobernadores del PRD que en Guerrero, Chiapas, Michoacán y Zacatecas se han desvivido por halagar al que se robó la Presidencia para ensangrentar y envilecer al país.
Sin embargo, Ebrard cometió un error gravísimo al dejar la PGJDF en manos de Félix Cárdenas, porque éste de inmediato llenó el barco de ratas... ¿para hundirlo? Aunque no todas se encuentran a bordo todavía. De un momento a otro se espera que asuma la dirección de Comunicación Social Gustavo Lomelí, que hasta hace no mucho era "jefe de prensa" de Luis Carlos Ugalde en el IFE, una pieza no menor en el manejo del fraude electoral de 2006. Y luego, ¿quién más llegará?
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