Carlos Fernández-Vega
Podría ser casualidad, aunque más parece una descuidada práctica de Felipe Calderón: acusar de pirómano al enemigo, cuando su propia tienda se le quema. Le sucedió en tiempos de campaña, le sucede hoy como inquilino de Los Pinos. Y entonces como ahora, "olvida" que en cualquiera de sus presentaciones (federal, estatal o municipal) son los mexicanos quienes pagan el endeudamiento, sin por ello exigir un reconocimiento.
Allá por mayo del año pasado, en este espacio comentamos lo siguiente: andaba el gárrulo Felipillo de agorero del desastre por el "aumento de la deuda del gobierno del Distrito Federal", cuando de repente fuego amigo lo atacó sin misericordia, pues en el primer trimestre de 2006, el débito interno del gobierno federal (el de Fox, el del PAN) se incrementó en casi 40 mil millones de pesos (a razón de 444.44 millones por día, sábados y domingos incluidos). Sin recuperar el aliento, un segundo ataque le reventó el micrófono: en igual periodo, "la deuda del gobierno del Distrito Federal presentó un desendeudamiento neto por 18.8 millones de pesos, siendo el límite de endeudamiento neto autorizado para el año de mil 600 millones de pesos", o lo que es lo mismo el "peligro" pregonado por el panista lejos de incrementarse va a la baja. Las referidas cifras no provienen de los grillos perredistas que con desesperante pachorra reaccionaron ante el embate propagandístico del Jelipollas, sino de las buenas conciencias de la Secretaría de Hacienda, que encabeza Francisco Gil Díaz, mejor conocido como el "tesoro" de la nación, dependencia gubernamental que ayer divulgó los Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública, correspondientes al primer trimestre del presente año. Digerido el golpe, es de esperar que a la brevedad el siempre preocupado candidato panista aborde el problema de la deuda a nivel nacional, porque hasta el momento no ha dicho una sola palabra. Y tendría que hacerlo, toda vez que la deuda neta interna del gobierno federal se ha incrementado en casi 650 mil millones de pesos (algo así como 60 mil millones de dólares, casi el monto actual del débito neto externo) en los angelicales años del "cambio" (termina la cita).
Desde luego que como candidato no lo hizo; tampoco como inquilino de Los Pinos, y prácticamente un año después de ese patinón, repite el descuido, en plena grilla, más que negociación, por el asunto de la deuda del gobierno capitalino: mientras Calderón subrayaba el "muy notable" crecimiento del débito capitalino en los últimos años, la Secretaría de Hacienda disparaba fuego amigo, y por medio de sus Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública oficialmente daba a conocer que en el primer semestre de la "continuidad" el débito interno del gobierno federal se incrementó en casi 12 mil millones de pesos (a razón de 67 millones de pesos diarios en el periodo), mientras el débito externo creció mil 66 millones de dólares, lo que se traduce en un endeudamiento conjunto cercano a 130 millones por día.
Lo anterior, sin considerar "deuda contingente", ni que en los primeros 180 días de 2007 de las arcas nacionales salieron casi 90 mil millones de pesos por concepto del costo del débito (interno y externo) del gobierno federal.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda, al cierre del primer semestre de 2007 la deuda pública del Distrito Federal equivale al 0.48 por ciento del producto interno bruto nacional; el débito del gobierno federal (interno y externo) es igual al 19.8 por ciento del mismo PIB (15.4 por ciento deuda interna, 4.4 por ciento deuda externa).
Algunos datos del más reciente informe de Hacienda sobre el tema de la deuda: el saldo del débito interno neto del gobierno federal al cierre del segundo trimestre de 2007 se ubicó en un billón 558 mil 854.7 millones de pesos, monto superior en 11 mil 742.6 millones de pesos al observado al cierre de 2006. Esta variación fue el resultado conjunto de un endeudamiento neto por 114 mil 436.2 millones de pesos, un aumento en las disponibilidades del gobierno federal por 105 mil 515.8 millones de pesos y ajustes contables al alza por 2 mil 822.2 millones de pesos, derivados del efecto inflacionario de la deuda interna indizada. En igual periodo, el saldo de la deuda externa neta del gobierno federal se ubicó en 40 mil 872.4 millones de dólares, monto superior en mil 65.8 millones de dólares al registrado al cierre de 2006.
Por su parte, en el lapso de referencia el saldo de la deuda pública del Distrito Federal se situó en 41 mil 954.64 millones de pesos, generando así un desendeudamiento nominal de 4.9 por ciento y un desendeudamiento real de 5.9 por ciento con respecto al cierre de 2006, cuando la deuda se situó en 44 mil 132.99 millones de pesos.
En fin, esta es una historia más de grillas y de intereses políticos que de soluciones reales a un problema, el de la deuda (federal, estatal o municipal), que año tras año se engulle buena parte del presupuesto (ídem) público, no obstante que desde 1990 (de la "solidaridad" a la "continuidad") cada uno de los inquilinos que ha tenido Los Pinos ha jurado que el del débito "es un asunto resuelto". Y cada año que pasa los mexicanos pagan más por algo supuestamente solucionado.
Las rebanadas del pastel
Y mientras Hacienda se niega a atender la solicitud del gobierno capitalino para refinanciar su deuda, el Banco de México decidió apostar en sentido contrario de lo pronosticado por el FMI, la Cepal y el BID: dice que sí cree que la economía mexicana logrará la "proeza" de "crecer" 3.5 por ciento en 2007, luego de un "avance" de 2.6 por ciento en el primer trimestre y un estimado de 2.8 para el segundo. Es dura la apuesta, porque para concretar el presentimiento del banco central, en el tercer y cuarto trimestres esta misma escuálida economía tendría que reportar un incremento conjunto no menor a 8.3 por ciento, algo que no ve desde hace 26 años.
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