José Agustín Ortiz Pinchetti
Contesto por este medio a Jesús Silva-Herzog Márquez, quien ha hecho público nuestro cambio de impresiones (confidencial) sobre la posición política de Andrés Manuel López Obrador. Aclaro, jamás he pensado que Jesús tenga odio contra el tabasqueño por desequilibrio emocional. Creo que él tiene sus fobias y respeto su derecho a tenerlas y a cultivarlas. Me voy a concretar a dos temas: lo que él llama el gigantesco engaño sobre el fraude electoral de 2006 y mi crítica a los analistas políticos por sus juicio sobre AMLO, su movimiento y su relación con el PRD.
Por lo que toca al fraude, valdría la pena conocer la verdad partiendo de hechos conocidos, sin condenas apocalípticas.
Nadie puede negar la maquinación fraudulenta de Fox y de un grupo oligárquico para impedir la candidatura de AMLO o hacer imposible su triunfo. Creo que la cadena de abusos y agresiones desde marzo de 2004 hasta el mismo día de la elección son hechos públicos notorios. El proceso violentó los principios de ley: imparcialidad, certeza, independencia y equidad. El Congreso lo ha reconocido implícitamente al volver a prohibir, ahora de manera más enfática, todos los actos fraudulentos que torcieron el proceso electoral.
La destitución de Ugalde pone en evidencia que los partidos saben la verdad: este personaje es un personero de Elba Esther Gordillo; poder tras el trono en el IFE.
Por lo que toca a la jornada electoral, los indicios de anomalías son abrumadores y están documentados, desde coacción y compra del voto, sustitución de funcionarios el día de la elección, sobornos a representantes de la oposición, boletas faltantes o excedentes en las casillas, paquetes electorales sin los sellos y firmas de los representantes de los partidos, inconsistencias en los conteos en perjuicio de AMLO. A mí no me cuentan historias, fui observador en 18 procesos electorales reñidos. Y estuve en Puebla el 2 de julio de 2006. Por favor, Jesús, lee con mucho cuidado las conclusiones de la ímproba investigación de José Antonio Crespo.
¿Cómo afrontar la verdad de las elecciones de 2006? Se perdió una oportunidad de oro al negarse el recuento voto por voto. Cuando en la diligencia del Trife se descubrieron las irregularidades, el tribunal pudo ordenar la apertura de paquetes. No lo hizo. Hay el acuerdo de quemar las boletas. Debe impedirse. ¿De veras se quiere saber la verdad? ¿O prefieren olvidarse del fraude y de AMLO? Hay otra oportunidad de oro: una iniciativa de ley de Carlos Navarro, diputado sonorense del PRD, para crear una comisión investigadora. Reto públicamente a aquellos que creen que AMLO miente sobre el fraude, para que se integren en ella con expertos inobjetables de las distintas tendencias. La iniciativa no ha prosperado. Está esperando el olvido en la congeladora en la Cámara de Diputados. Por lo que toca al tema de la ignorancia y la soberbia de la elite intelectual respecto de AMLO y su movimiento, lo dejamos para próxima entrega.
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