Medios locales afirman que prosiguen las detenciones y abusos en Birmania
La violenta situación en Birmania ha desatado una ola de condena internacional (Foto:Efe)
TeleSUR _ 07/10/07 - 09:07 CCS enviar imprimir
Entre los periodistas birmanos, que informaron sobre las protestas a medios de comunicación internacionales, se propaga el temor. Debido a que hay escuchas telefónicas, muchos ya no se atreven a dar información por ese medio.
Más de una semana después de reprimir una pacífica protesta encabezada por monjes budistas, la junta militar que gobierno Birmania continuó arrestando e interrogando a presuntos participantes en las manifestaciones, según admitió este domingo un medio de prensa estatal.
Según precisa, un total de 78 personas, que las autoridades militares llamaron "cómplices" de los manifestantes, fueron arrestadas durante varias redadas efectuadas el sábado en Rangún, la mayor ciudad del país y escenario de las multitudinarias manifestaciones encabezadas por los monjes budistas.
Estas nuevas detenciones se producen mientras que la Junta Militar ignora la ola de condenas internacionales desatada a raíz de la violenta represión empleada para sofocar las protestas. Precisamente este domingo, numerosos jóvenes, políticos y representantes de países extranjeros participan en la XVII edición de la Marcha de la Paz, dedicada este año a apoyar la lucha de los monjes de Birmania.
Las autoridades sostienen que cerca de 2 mil 700 personas, entre ellas 573 monjes de monasterios de Rangún, fueron arrestadas desde que el pasado 28 de septiembre emprendieron una amplia operación para dar con el paradero de birmanos que fueron filmados o vistos durante las manifestaciones.
Sin embargo, grupos antigubernamentales y varios gobiernos de países occidentales con representación diplomática en Birmania estiman que la cifra real de arrestados se eleva a más de 6 mil.
La cifra oficial de detenidos y el trato que reciben no han sido asuntos examinados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, organismo al que la Junta Militar prohíbe el acceso a las prisiones y centros de detención montados en recintos militares y edificios gubernamentales.
El Gobierno birmano afirma que ha puesto en libertad a unas mil 600 personas de las casi 2 mil 700 detenidas, que diez murieron durante las cargas de los soldados y la Policía contra los manifestantes, y que en los registros realizados en los monasterios encontró cuchillos, armas y municiones.
Entretanto, camiones del Ejército seguían el domingo aparcados en torno a las pagodas de Shwedagon y de Sule, aunque la presencia de soldados era menor en las calles de Rangún, y habían sido levantadas las barricadas de espinos, según dijeron testigos a radio Mizzima.
La disidencia birmana estima que la cifra de víctimas mortales se aproxima a los dos centenares, y según relatos de testigos, creen que muchos cadáveres han sido incinerados en el tanatorio municipal de Rangún después de sacarlos en camiones militares de la prisión de máxima seguridad de Insein, situada a las afueras de la ciudad.
Las redadas siguen también a la anunciada oferta del general Than Shwe de reunirse con la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la única formación política de la oposición que resiste a la presión del régimen.
Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde junio de 2003, ha pasado en cautividad casi 12 de los últimos 18 años.
mt-Efe-Afp-Bbc/MT
TeleSUR _ 07/10/07 - 09:07 CCS enviar imprimir
Entre los periodistas birmanos, que informaron sobre las protestas a medios de comunicación internacionales, se propaga el temor. Debido a que hay escuchas telefónicas, muchos ya no se atreven a dar información por ese medio.
Más de una semana después de reprimir una pacífica protesta encabezada por monjes budistas, la junta militar que gobierno Birmania continuó arrestando e interrogando a presuntos participantes en las manifestaciones, según admitió este domingo un medio de prensa estatal.
Según precisa, un total de 78 personas, que las autoridades militares llamaron "cómplices" de los manifestantes, fueron arrestadas durante varias redadas efectuadas el sábado en Rangún, la mayor ciudad del país y escenario de las multitudinarias manifestaciones encabezadas por los monjes budistas.
Estas nuevas detenciones se producen mientras que la Junta Militar ignora la ola de condenas internacionales desatada a raíz de la violenta represión empleada para sofocar las protestas. Precisamente este domingo, numerosos jóvenes, políticos y representantes de países extranjeros participan en la XVII edición de la Marcha de la Paz, dedicada este año a apoyar la lucha de los monjes de Birmania.
Las autoridades sostienen que cerca de 2 mil 700 personas, entre ellas 573 monjes de monasterios de Rangún, fueron arrestadas desde que el pasado 28 de septiembre emprendieron una amplia operación para dar con el paradero de birmanos que fueron filmados o vistos durante las manifestaciones.
Sin embargo, grupos antigubernamentales y varios gobiernos de países occidentales con representación diplomática en Birmania estiman que la cifra real de arrestados se eleva a más de 6 mil.
La cifra oficial de detenidos y el trato que reciben no han sido asuntos examinados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, organismo al que la Junta Militar prohíbe el acceso a las prisiones y centros de detención montados en recintos militares y edificios gubernamentales.
El Gobierno birmano afirma que ha puesto en libertad a unas mil 600 personas de las casi 2 mil 700 detenidas, que diez murieron durante las cargas de los soldados y la Policía contra los manifestantes, y que en los registros realizados en los monasterios encontró cuchillos, armas y municiones.
Entretanto, camiones del Ejército seguían el domingo aparcados en torno a las pagodas de Shwedagon y de Sule, aunque la presencia de soldados era menor en las calles de Rangún, y habían sido levantadas las barricadas de espinos, según dijeron testigos a radio Mizzima.
La disidencia birmana estima que la cifra de víctimas mortales se aproxima a los dos centenares, y según relatos de testigos, creen que muchos cadáveres han sido incinerados en el tanatorio municipal de Rangún después de sacarlos en camiones militares de la prisión de máxima seguridad de Insein, situada a las afueras de la ciudad.
Las redadas siguen también a la anunciada oferta del general Than Shwe de reunirse con la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la única formación política de la oposición que resiste a la presión del régimen.
Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde junio de 2003, ha pasado en cautividad casi 12 de los últimos 18 años.
mt-Efe-Afp-Bbc/MT
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