Teletón pibil
Foto: octavio gómez
México, D.F., 4 de marzo (apro).- A partir de esta semana, el programa matutino de Canal 2, Hoy, inició transmisiones en territorio yucateco, en una clara retribución mediática a la “generosidad” de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco. Esta joven funcionaria priista comprometió 340 millones de pesos del erario estatal para construir un “Centro Teletón” y hasta entregó 95 millones de pesos en efectivo y por adelantado a la fundación estrechamente vinculada a Televisa.Sería ingenuo defender esta estrategia como parte del compromiso filantrópico de ambas partes. Existen bastantes evidencias para saber que en Televisa nada es gratis y menos ahora que el consorcio mediático busca nuevas estrategias para darle la vuelta a la reforma electoral que prohíbe la promoción de los políticos a través de spots financiados con recursos públicos.El compromiso de Ivonne Ortega, gobernadora de la nueva generación de políticos que buscan rating a toda costa, es similar al que inauguró su socio y padrino político, el mexiquense Enrique Peña Nieto: buscar a través de “empresas pantalla” una manera de comprar tiempo-aire en Televisa para garantizar apoyo mediático y publicidad del monopolio televisivo.Por supuesto, ni Ivonne Ortega ni Peña Nieto son los únicos que con dinero público compran tiempo-aire de promoción política de manera opaca y sin transparentar los convenios y facturas que derivan de ellos. El gobernador panista de Jalisco, Emilio González Márquez, o el coahuilense Humberto Moreira, tan proclive al telenarcicismo, o el propio jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, pertenecen a esta generación de políticos que ante la ausencia del “dedazo” buscan imponerse a partir del rating comprado. Otro grupo de gobernadores como el precioso Mario Marín, de Puebla, o el impugnado oaxaqueño Ulises Ruiz han destinado cuantiosos recursos para comprar los favores informativos de medios impresos y electrónicos para que los expedientes negros que los involucran desaparezcan de la agenda noticiosa.
Lo novedoso y escandaloso de la ruta inaugurada por la gobernadora Ortega Pachecho radica en la opacidad de la estrategia, en la hipocresía filantrópica que encubre los intereses políticos y en el mecanismo perverso que ha encontrado Televisa para exentar impuestos con sombrero ajeno.
Nos explicamos:
1. El verdadero objetivo de Teletón no radica en combatir la discapacidad de miles de jóvenes mexicanos. Su objetivo real es justificar la exención de impuestos que Televisa y las grandes empresas participantes acreditan ante la Secretaría de Hacienda con las donaciones que hacen decenas de miles de incautos telespectadores que creen que su dinero servirá efectivamente para construir centros CRIT.La gobernadora Ortega Pachecho ahora comprometió recursos del presupuesto público yucateco, nada boyante, para pagar durante una década la construcción del CRIT, cuya primera piedra se puso el pasado 27 de febrero.
2. Para demostrar que es una gobernadora aplicada, la mandataria yucateca entregó 98 millones de pesos en efectivo y por adelantado a Televisa, que se sumarán a los más de 300 millones. No es una cantidad menor. Estos 98 millones representan casi tres veces más que los 28 millones de pesos que el gobierno estatal destinará a comunidades marginales de Kanasín, municipio conurbado con Mérida, para agua potable, pavimentación y electrificación.Lo lógico es que estos recursos millonarios se hubieran entregado a los Centros de Asistencia Múltiple, entidades locales destinadas a atender a niños y adolescentes con discapacidades, y no a una fundación privada como Teletón.
3. En los hechos, Teletón funciona como empresa “pantalla” de Televisa, al igual que otras empresas menos conocidas como TV Promo, la compañía que desde 2005 asesora a Peña Nieto vendiéndole su promoción en todos los espacios editoriales y televisivos controlados por la compañía de Azcárraga Jean. El director de Teletón, Fernando Landeros, pertenece al Consejo de Administración de Televisa. Y es claro que el consorcio televisivo manipula desde hace una década el tema de la filantropía para obtener recursos de los gobiernos estatales que no sean fiscalizados por las autoridades electorales y regulatorias. Así lo han hecho en el Estado de México, en Hidalgo o en Veracruz, donde se han construido CRIT similares. Ahora buscan que la gobernadora yucateca les abra la llave del presupuesto estatal para resarcir las pérdidas que registran con la reforma electoral. El costo de 340 millones de pesos es excesivo y no lo acredita ninguna auditoría pública.Por estas razones, el “Teletón al estilo pibil” tiene un ingrediente sumamente picoso: la falta de transparencia y la sospecha fundada de que se trata de arreglos publicitarios para comprar rating y, al mismo tiempo, desviar fondos públicos sin auditar.Comentarios: jenarovi@yahoo.com.mx
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