Mexicanos se oponen a la privatización de Pemex
Senadores pernoctaron el jueves en la sede para impedir que continuara la discusión de la reforma energética. (Foto: La Jornada)
La reforma energética propuesta por el gobierno del presidente Felipe Calderón cuenta con el rechazo de la izquierda mexicana, que se opone a la privatización de la estatal PEMEX. El senado suspendió la discusión del proyecto ante la férrea oposición de los senadores del Frente Amplio Progresista (FAP) quienes pernoctaron ayer en el recinto legislativo.
En México continúan las protestas en las calles y dentro de las cámaras de senadores y diputados en contra de la reforma energética propuesta por el gobierno del presidente Felipe Calderón.Senadores de los partidos Frente Amplio Progresista (FAP), Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia pernoctaron el jueves en la sede del Senado para impedir que continuara la discusión de la reforma energética.Actualmente se discute si se cambiará de sede para continuar la discusión, ante lo que el senador Ricardo Monreal, del FAP, declaró que "las protestas los seguirán a cualquier lugar".Los líderes de la izquierda mexicana proponen que se realice un referendo y se le permita al pueblo votar por la aprobación o rechazo de la reforma que daría luz verde para que la estatal Petróleos de México (Pemex) se aliara con compañías trasnacionales extranjeras.Liderados por Manuel López Obrador, ex candidato presidencial, y los partidos de izquierda, miles de personas se oponen a lo que consideran una nueva privatización de Pemex, empresa que hace 70 años fue nacionalizada gracias a la lucha de los trabajadores mexicanos.Aproximadamente 2 mil ciudadanos han protestado pacíficamente ante las puertas del Senado desde el jueves pasado, manifestando su total rechazo a la reforma energética promulgada oficialmente el 8 de abril y han anunciado que continuarán apostados frente el recinto legislativo por lo menos hasta el próximo domingo.Los manifestantes se han dividido en brigadas de hombres y mujeres. La brigadista Norma Flores declaró que el petróleo mexicano es "una riqueza por la que lucharon nuestros padres, y (…) nosotros debemos seguir luchando para las futuras generaciones".Por su parte, el presidente Felipe Calderón sostiene que con la reforma petrolera se "enterrará" la pobreza extrema y se harán "grandes cosas". La reforma del Gobierno busca dar a Pemex autonomía para contratar obras y proyectos con empresas privadas. El argumento gubernamental indica que es necesario contar con mayor capital y recursos para lograr la explotación de las cuencas del Sureste, y las aguas profundas del Golfo de México.Sin embargo, para miles de mexicanos comprometer los recursos de hidrocarburos del país y su principal empresa no son decisiones beneficiosas para el futuro del país.La izquierda sostiene férreamente que la reforma sólo "disfraza" la privatización de Pemex, lo que tendría graves repercusiones en el bienestar de los trabajadores petroleros y los demás mexicanos.Los senadores del FAP y demás partidos continúan luchando por no perder en manos del capitalismo a una empresa estatal.
TeleSUR / LaJornada - Efe / bg - MC
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