jueves, abril 03, 2008

Sabines, el troglodita de Chiapas

Alvaro Cepeda Neri

El caso de los juniors cuando incursionan en la burocracia política, es patético. Y esto en el sentido de que escenifican personajes siniestros ya de por sí y todavía insisten en impresionar con sus actos de barbarie. Y a los chiapanecos casi siempre les ha ido de mal en peor con sus gobernantes desde que Pedro de Alvarado, el segundón de Cortés, a sangre y fuego los conquistó y mantuvo sometidos. Se anexaron a México por propia voluntad y mejor les hubiera ido si se hubieran declarado una nación autónoma. No han visto un gobierno, pues, que los coordine, con toda su riqueza humana y de su pródiga, desbordante, naturaleza. Solamente déspotas y jueces con diputados cómplices, sobre todo duro y tupido contra los indígenas, luego contra los mestizos.
Los Pedro de Alvarado se han sucedido. Y desde, sobre todo, la barbarie de Patrocinio González Garrido (ver de Adriana Amezcua y Juan E. Pardiñas: Todos los gobernadores del presidente; Grijalbo) los chiapanecos, los más pobres (“los jodidos”, como llamó a ese sector el segundo Azcárraga, padre del junior de Televisa) las clases medias (pero no los hacendados, los ricos) sufrieron a partir de entonces una camada de desgobernadores de horca y cuchillo. El levantamiento indígena local del EZLN (rebelión pacífica, al parecer ya agonizante) de nada sirvió. Fue un espectáculo de guerrilla.
Ahora tienen los chiapanecos al ex perredista (antes príista, después panista-foxista para salirnos con su panismo-calderonista), Juan Sabines, junior del poeta. Se ha distinguido por ser un discípulo de Patrocinio: represor, enemigo de los indígenas, dispuesto solamente a quedar bien con el centralismo. Las desgracias de cuando la inundación de Tabasco, dejaron en Chiapas secuelas gravísimas; una de ellas: la desaparición del poblado Juan de Grijalva, que se dice fue consecuencia más de un bombardeo aéreo que del casi tsunami que provocó el desbordamiento del río que conecta a las presas Peñitas con Malpaso.
Y el señor Juan Sabines apenas si intervino. Ha dejado que los chiapanecos afectados sufran pérdidas humanas, enfermedades y sobrevivan con grandes necesidades como padecer hambre. Ese Sabines ha estado encarcelando a los que protestan, a los desempleados y a los que sobran en el proyecto elitista del obeso desgobernador porque se ve que come a sus horas.
Los que actualmente están presos, que son cientos, ayunaron para que se sepa de su desgracia, ya que sin deberla, son los presos políticos del sabinismo. Y los cuales la policía tortura. Es el salvajismo de Sabines quien presume de haber leído la producción amorosa de su padre. Es como los nazis que llevaban a los judíos a los hornos y después se iban a sus casas, escuchaban música de Wagner, acariciaban a sus hijos, eran buenos y hasta rezaban. Igual Sabines: se va contra los pobres e indígenas, los encarcela y regresa a sus oficinas como si nada.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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